Trichet insiste en que la prioridad es hacer creíbles los objetivos presupuestarios de 2011
París, Agencias
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, insistió hoy en que el problema de la zona del euro, donde las perspectivas económicas son cada vez mejores, es la política presupuestaria y por eso la prioridad para los gobiernos es hacer creíbles sus objetivos de déficit para el año próximo.
"Tenemos un mensaje para todos los países europeos" y es que deben poner en práctica "todas las medidas que hagan creíble los objetivos en materia presupuestaria" y "todas las medidas de reforma estructural que permitan elevar el ritmo de crecimiento potencial" a un nivel superior al actual, subrayó Trichet en una comparecencia ante la prensa en París.
Sin querer entrar a comentar la situación de ningún país en particular -por ejemplo las últimas medidas de ajuste anunciadas esta semana en España-, destiló una receta común para todos los de la moneda única: "la consolidación del crecimiento (...) depende de la confianza" en la "capacidad de cada país de continuar su programa de consolidación presupuestaria" y de "reformas estructurales".
Negó que el euro sea un obstáculo a esa recuperación: "el problema que tenemos no es de la moneda única, sino de política presupuestaria, que no ha sido correcta" y que se va a corregir.
Para lograrlo, consideró que "hay que llegar a tener el equivalente a una casi federación" en la gestión de las políticas presupuestarias y macroeconómicas de los países de la zona del euro, con "una activación casi automática" de la supervisión y de las sanciones.
A falta de un gobierno único, "es indispensable" el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija las reglas de control del déficit público, señaló antes de lamentar que el espíritu de ese tratado hubiera sido "debilitado" por los grandes países al ser reformado a mediados de la década pasada.
"La lección del presente es la necesidad de aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento tal y como fue creado", remachó.
No obstante, también hizo notar que los niveles de déficit de la zona euro -un 6,3% del Producto Interior Bruto (PIB) este año y un 4,6% previsto para 2011- son "netamente inferiores" que los de otros países desarrollados como Estados Unidos o Japón.
Igualmente recordó que el BCE había revisado ayer al alza sus perspectivas de crecimiento para el año que viene porque "tenemos sorpresas positivas constantemente".
Trichet esquivó una cuestión sobre si la entidad emisora había hecho ayer compras masivas de deuda irlandesa y portuguesa, como ha filtrado la prensa, y se limitó a recordar que las cifras de esas intervenciones "no convencionales" se harán públicas como siempre la semana próxima.
El BCE, que inició esas adquisiciones de títulos de deuda soberana en mayo pasado, "continúa" con esas medidas con el objetivo de "ayudar a restaurar un mecanismo de transmisión de la política monetaria" en un contexto en que "ciertos mercados no funcionan" correctamente, explicó.
Pero puntualizó que esas intervenciones deben hacerse sin alterar la política monetaria, cuya razón de ser es garantizar la estabilidad de precios, "condición necesaria para el crecimiento a medio y largo plazo y para la creación de empleo a medio y largo plazo".
En dirección de los bancos cuya actividad sigue dependiendo de la financiación que obtienen del BCE, su mensaje fue "que se refuercen" en términos de fondos propios y que "cuando están en situación de debilidad, que recurran a los mecanismos de re-capitalización pública que existen".
Trichet intentó echar balones ante posibles dudas sobre el futuro de la moneda única, y tras recordar que el euro se creó hace una docena de años "en un clima de gran escepticismo", replicó que "los observadores y los mercados nos dan crédito sobre la estabilidad de precios para los próximos cinco años".
Una prueba, a su juicio de que desde el BCE "hemos hecho lo que los países europeos nos habían pedido que hiciéramos".
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, insistió hoy en que el problema de la zona del euro, donde las perspectivas económicas son cada vez mejores, es la política presupuestaria y por eso la prioridad para los gobiernos es hacer creíbles sus objetivos de déficit para el año próximo.
"Tenemos un mensaje para todos los países europeos" y es que deben poner en práctica "todas las medidas que hagan creíble los objetivos en materia presupuestaria" y "todas las medidas de reforma estructural que permitan elevar el ritmo de crecimiento potencial" a un nivel superior al actual, subrayó Trichet en una comparecencia ante la prensa en París.
Sin querer entrar a comentar la situación de ningún país en particular -por ejemplo las últimas medidas de ajuste anunciadas esta semana en España-, destiló una receta común para todos los de la moneda única: "la consolidación del crecimiento (...) depende de la confianza" en la "capacidad de cada país de continuar su programa de consolidación presupuestaria" y de "reformas estructurales".
Negó que el euro sea un obstáculo a esa recuperación: "el problema que tenemos no es de la moneda única, sino de política presupuestaria, que no ha sido correcta" y que se va a corregir.
Para lograrlo, consideró que "hay que llegar a tener el equivalente a una casi federación" en la gestión de las políticas presupuestarias y macroeconómicas de los países de la zona del euro, con "una activación casi automática" de la supervisión y de las sanciones.
A falta de un gobierno único, "es indispensable" el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija las reglas de control del déficit público, señaló antes de lamentar que el espíritu de ese tratado hubiera sido "debilitado" por los grandes países al ser reformado a mediados de la década pasada.
"La lección del presente es la necesidad de aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento tal y como fue creado", remachó.
No obstante, también hizo notar que los niveles de déficit de la zona euro -un 6,3% del Producto Interior Bruto (PIB) este año y un 4,6% previsto para 2011- son "netamente inferiores" que los de otros países desarrollados como Estados Unidos o Japón.
Igualmente recordó que el BCE había revisado ayer al alza sus perspectivas de crecimiento para el año que viene porque "tenemos sorpresas positivas constantemente".
Trichet esquivó una cuestión sobre si la entidad emisora había hecho ayer compras masivas de deuda irlandesa y portuguesa, como ha filtrado la prensa, y se limitó a recordar que las cifras de esas intervenciones "no convencionales" se harán públicas como siempre la semana próxima.
El BCE, que inició esas adquisiciones de títulos de deuda soberana en mayo pasado, "continúa" con esas medidas con el objetivo de "ayudar a restaurar un mecanismo de transmisión de la política monetaria" en un contexto en que "ciertos mercados no funcionan" correctamente, explicó.
Pero puntualizó que esas intervenciones deben hacerse sin alterar la política monetaria, cuya razón de ser es garantizar la estabilidad de precios, "condición necesaria para el crecimiento a medio y largo plazo y para la creación de empleo a medio y largo plazo".
En dirección de los bancos cuya actividad sigue dependiendo de la financiación que obtienen del BCE, su mensaje fue "que se refuercen" en términos de fondos propios y que "cuando están en situación de debilidad, que recurran a los mecanismos de re-capitalización pública que existen".
Trichet intentó echar balones ante posibles dudas sobre el futuro de la moneda única, y tras recordar que el euro se creó hace una docena de años "en un clima de gran escepticismo", replicó que "los observadores y los mercados nos dan crédito sobre la estabilidad de precios para los próximos cinco años".
Una prueba, a su juicio de que desde el BCE "hemos hecho lo que los países europeos nos habían pedido que hiciéramos".