Miles de pasajeros dudan aún si llegarán a sus destinos antes de fin de año
Nueva York, Agencias
La tormenta de nieve caída en Nueva York y gran parte del noreste de EE.UU. el pasado domingo ha dejado tras de sí una estela de casi 10.000 vuelos cancelados y miles de pasajeros que hoy, tres días después, aún no saben si llegarán a sus destinos antes de que acabe el año.
"Pensaba viajar el domingo 26 de Barcelona a Nueva York, donde planeaba pasar el fin de año, pero desviaron mi vuelo a Londres por la tormenta. Allí pasé una noche hasta que me dijeron que no había manera de recolocarme en ningún vuelo", explicó hoy a Efe un español de 30 años que no quiso difundir su nombre.
En conversación telefónica añadió: "Me devolvieron a Barcelona y me dijeron que podría viajar el día 30, sin embargo, aún no están seguros de que vaya a poder llegar a Manhattan antes de fin de año".
Como él, miles de personas están pendientes en diversos lugares del mundo, incluido Nueva York, de ser recolocadas en vuelos que ya de por sí están muy llenos debido a las festividades y los recortes de capacidad acometidos a raíz de la crisis.
"Unas 3.000 personas permanecen en JFK a la espera de que se les recoloque. Se prevé una vuelta a la normalidad propia de estas fechas este miércoles o jueves", detalló hoy Steve Coleman, portavoz de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, la entidad que gestiona los tres grandes aeropuertos cercanos a Nueva York.
La nevada -que ha desatado el mayor despliegue de servicios de emergencias en la ciudad desde el 11-S, según el Departamento de Bomberos- motivó que los aeropuertos de Newark, La Guardia y JFK cerraran cerca de 24 horas entre el domingo y lunes pasados, en uno de los fines de semana más ajetreados del año y en que los aviones registran sus mayores tasas de ocupación.
Ello hizo que, según Coleman, además de los problemas por la cancelación de miles de vuelos en las horas de cierre de los aeropuertos, posteriormente se tuvieran que suspender muchos otros, porque el ritmo de recuperación de la actividad hacía imposible dar cabida al tráfico habitual.
Un portavoz del aeropuerto de La Guardia explicó que, "con todas las cancelaciones y retrasos, se van a necesitar de dos a tres días para que las compañías aéreas recuperen un horario regular".
En cualquier caso, en los tres ya predominan las notificaciones de "en hora" en los paneles que informan sobre la puntualidad de los vuelos, algo que no ocurría desde hacía 4 días y, según la Autoridad Portuaria, todas sus pistas principales ya están operativas.
Aún así, las aerolíneas explican que, además de la gente que se acumula en los pasillos de JFK a la espera de ser recolocada, hay miles de viajeros que han sido enviados a sus casas hasta que se les pueda acomodar en un avión.
"Hacemos todo lo posible para lograr que la gente llegue a donde quiere viajar", aseguraba Delta a través de sus cuentas en redes sociales, en las que se compromete a completar la recolocación para que los afectados puedan viajar antes del 1 de enero.
Según diversas aerolíneas consultadas por Efe, ésa es una de las mayores preocupaciones de los afectados por el temporal, ya que la mayoría viajaba precisamente con la intención de celebrar la noche de fin de año.
"Seguimos recomendando a todos los viajeros que comprueben en la web la situación de sus vuelos antes de ir al aeropuerto. Trabajamos para recuperar la actividad lo antes posible", aseguraba igualmente un portavoz de Continental.
En Twitter la aerolínea añadía: "Somos los primeros que queremos llevar a nuestros clientes a su destino cuanto antes". Sin embargo, reconocía que "los vuelos para las próximas fechas están muy llenos y es extremadamente difícil recolocar a tantos afectados".
Además de estos problemas, en JFK diversos aviones recién aterrizados han tenido que esperar horas para que se les asignara una puerta, lo que ha mantenido atrapados a miles de pasajeros que no podían salir del avión ni recibir comida desde tierra.
"Las aerolíneas dejaron partir los aviones desde sus puntos de origen sin comprobar que tenían una puerta de desembarque asignada", explicó Coleman, quien insistió en que esos casos son excepcionales.
Ese ha sido el caso por ejemplo de un avión procedente de China que aterrizó en JFK a las 20.30 del martes (01.30 GMT) y del que los pasajeros no pudieron desembarcar hasta las 5.00 (10.00 GMT) de hoy.
"Reconozco que he llorado al salir. Estaba agotado. Sólo quería escapar del avión y llegar a casa de una vez", explicaba hoy a los medios locales uno de los miles de afectados por este problema.
Uno de los casos más llamativos es el de un avión de Cathay Pacific procedente de Vancouver (Canadá), que aterrizó en Nueva York a las 2.15 hora local (7.15 GMT) del martes y los pasajeros no pudieron desembarcar hasta 11 horas después.
La tormenta de nieve caída en Nueva York y gran parte del noreste de EE.UU. el pasado domingo ha dejado tras de sí una estela de casi 10.000 vuelos cancelados y miles de pasajeros que hoy, tres días después, aún no saben si llegarán a sus destinos antes de que acabe el año.
"Pensaba viajar el domingo 26 de Barcelona a Nueva York, donde planeaba pasar el fin de año, pero desviaron mi vuelo a Londres por la tormenta. Allí pasé una noche hasta que me dijeron que no había manera de recolocarme en ningún vuelo", explicó hoy a Efe un español de 30 años que no quiso difundir su nombre.
En conversación telefónica añadió: "Me devolvieron a Barcelona y me dijeron que podría viajar el día 30, sin embargo, aún no están seguros de que vaya a poder llegar a Manhattan antes de fin de año".
Como él, miles de personas están pendientes en diversos lugares del mundo, incluido Nueva York, de ser recolocadas en vuelos que ya de por sí están muy llenos debido a las festividades y los recortes de capacidad acometidos a raíz de la crisis.
"Unas 3.000 personas permanecen en JFK a la espera de que se les recoloque. Se prevé una vuelta a la normalidad propia de estas fechas este miércoles o jueves", detalló hoy Steve Coleman, portavoz de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, la entidad que gestiona los tres grandes aeropuertos cercanos a Nueva York.
La nevada -que ha desatado el mayor despliegue de servicios de emergencias en la ciudad desde el 11-S, según el Departamento de Bomberos- motivó que los aeropuertos de Newark, La Guardia y JFK cerraran cerca de 24 horas entre el domingo y lunes pasados, en uno de los fines de semana más ajetreados del año y en que los aviones registran sus mayores tasas de ocupación.
Ello hizo que, según Coleman, además de los problemas por la cancelación de miles de vuelos en las horas de cierre de los aeropuertos, posteriormente se tuvieran que suspender muchos otros, porque el ritmo de recuperación de la actividad hacía imposible dar cabida al tráfico habitual.
Un portavoz del aeropuerto de La Guardia explicó que, "con todas las cancelaciones y retrasos, se van a necesitar de dos a tres días para que las compañías aéreas recuperen un horario regular".
En cualquier caso, en los tres ya predominan las notificaciones de "en hora" en los paneles que informan sobre la puntualidad de los vuelos, algo que no ocurría desde hacía 4 días y, según la Autoridad Portuaria, todas sus pistas principales ya están operativas.
Aún así, las aerolíneas explican que, además de la gente que se acumula en los pasillos de JFK a la espera de ser recolocada, hay miles de viajeros que han sido enviados a sus casas hasta que se les pueda acomodar en un avión.
"Hacemos todo lo posible para lograr que la gente llegue a donde quiere viajar", aseguraba Delta a través de sus cuentas en redes sociales, en las que se compromete a completar la recolocación para que los afectados puedan viajar antes del 1 de enero.
Según diversas aerolíneas consultadas por Efe, ésa es una de las mayores preocupaciones de los afectados por el temporal, ya que la mayoría viajaba precisamente con la intención de celebrar la noche de fin de año.
"Seguimos recomendando a todos los viajeros que comprueben en la web la situación de sus vuelos antes de ir al aeropuerto. Trabajamos para recuperar la actividad lo antes posible", aseguraba igualmente un portavoz de Continental.
En Twitter la aerolínea añadía: "Somos los primeros que queremos llevar a nuestros clientes a su destino cuanto antes". Sin embargo, reconocía que "los vuelos para las próximas fechas están muy llenos y es extremadamente difícil recolocar a tantos afectados".
Además de estos problemas, en JFK diversos aviones recién aterrizados han tenido que esperar horas para que se les asignara una puerta, lo que ha mantenido atrapados a miles de pasajeros que no podían salir del avión ni recibir comida desde tierra.
"Las aerolíneas dejaron partir los aviones desde sus puntos de origen sin comprobar que tenían una puerta de desembarque asignada", explicó Coleman, quien insistió en que esos casos son excepcionales.
Ese ha sido el caso por ejemplo de un avión procedente de China que aterrizó en JFK a las 20.30 del martes (01.30 GMT) y del que los pasajeros no pudieron desembarcar hasta las 5.00 (10.00 GMT) de hoy.
"Reconozco que he llorado al salir. Estaba agotado. Sólo quería escapar del avión y llegar a casa de una vez", explicaba hoy a los medios locales uno de los miles de afectados por este problema.
Uno de los casos más llamativos es el de un avión de Cathay Pacific procedente de Vancouver (Canadá), que aterrizó en Nueva York a las 2.15 hora local (7.15 GMT) del martes y los pasajeros no pudieron desembarcar hasta 11 horas después.