Lukashenko, reelegido presidente de Bielorrusia entre la repulsa por la detención de opositores
Moscú, Agencias
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha sido reelegido por otros cinco años en medio de la repulsa internacional por la detención de más de 600 opositores, entre ellos varios candidatos, tras los comicios del domingo.
"Quiero felicitar a mis partidarios por la victoria y a mis contrincantes les quiero transmitir la peor de las noticias: tendrán que lidiar conmigo durante otros cinco años, como mínimo", afirmó en rueda de prensa Lukashenko, en el poder desde 1994.
Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, ganó los comicios presidenciales con el 79,67 por ciento de los votos (más de cinco millones de electores), según los resultados oficiales divulgados hoy por la Comisión Electoral Central (CEC).
Curiosamente, la segunda casilla más votada, con el 6,47 por ciento, fue la de "Contra todos los candidatos", mientras que los otros nueve aspirantes en total no alcanzaron el 14 por ciento de los sufragios emitidos.
Estos resultados se vieron empañados por las imágenes de la represión violenta de las manifestaciones opositoras en Minsk, en las que tomaron parte unas 30.000 personas, que intentaron asaltar sin éxito el edificio del Gobierno donde se encuentra la sede de la CEC.
"Sólo necesitamos 7 minutos y medio para defender el país y su futuro. Recibieron lo que buscaban", aseguró ufano Lukashenko en relación al tiempo que tardaron las unidades especiales del Ejército y el KGB bielorruso en repeler el asalto.
Como resultado, "en prisiones preventivas se encuentran 639 personas. ¿Acaso se piensan que el presidente no sabe dónde se encuentra el candidato Vladímir Nekliáyev? Está en prisión. Quien quiera verlo, haga el favor", agregó.
Nekliáyev fue brutalmente golpeado anoche por la policía de camino al centro de Minsk y, una vez en el hospital, fue secuestrado por miembros de las fuerzas de seguridad bielorrusas, al igual que otro candidato presidencial, Vitali Rimashévski.
"Los sacamos del hospital. Ahora están hablando con los investigadores. Nosotros no metemos a nadie a la cárcel, ellos mismos van a parar allí solos", señaló Lukashenko, un confeso admirador del dictador soviético Iósif Stalin.
Según la oposición bielorrusa, siete de los nueve candidatos que participaron en las elecciones fueron detenidos tras el cierre de los colegios, mientras hoy las fuerzas de seguridad procedieron a arrestar a los líderes opositores.
Los tribunales de Bielorrusia comenzaron hoy a juzgar a los detenidos, "en su mayoría jóvenes. Los hemos identificado a todos y prácticamente no hay mayores de 21 años", según Lukashenko, que denunció la participación de activistas rusos y ucranianos en los disturbios.
La Justicia bielorrusa informó de que ha incoado expedientes penales según el artículo 293 del código penal (organización de disturbios masivos), cargos que podrían acarrear a los procesados hasta 15 años de prisión.
Lukashenko defendió a capa y espada a las fuerzas de seguridad que, en su opinión, "defendieron al país y al pueblo de la barbarie y la destrucción. Lo que intentaron organizar ayer en Minsk no es democracia, sino bandidaje".
"Camiones lanzadores de agua, balas de goma, gas lacrimógeno, detenciones masivas, y todos se dispersan en un minuto", dijo el mandatario, quien lamentó haber recurrido a efectivos militares para repeler a los manifestantes.
El jefe de la misión de observadores de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Tony Lloyd, llamó hoy en Minsk a las autoridades bielorrusas a "liberar a los detenidos", gesto que fue secundado por varias cancillerías occidentales.
"La jornada electoral se vio enturbiada por la detención de la mayoría de candidatos a la presidencia y centenares de activistas y periodistas", señala el informe presentado en Minsk por la Oficina para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR) y la Asamblea Parlamentaria de la OSCE.
Además, según Lloyd, "el escrutinio de votos careció de transparencia", ya que los observadores concluyeron "que casi la mitad de las papeletas fueron escrutadas mal o muy mal".
"El pueblo bielorruso merece algo mejor", afirmó.
Al respecto, el presidente bielorruso respondió: "En algunas misiones extranjeras se olvidan a veces de que han venido para observar las elecciones, y no para valorar ni opinar. Observar callados".
Lukashenko, que permanecerá en el poder hasta 2016, subrayó que la votación "fue limpia y transparente" y que Bielorrusia tuvo que "violar" la legislación nacional para "satisfacer" las demandas de la OSCE.
"No sé qué tiene que hacer Bielorrusia para que sus elecciones estén en consonancia con los estándares internacionales", sentenció el líder bielorruso, al que Occidente amenazó con sanciones internacionales si las elecciones no eran democráticas.
La Unión Europea impuso sanciones contra Lukashenko y otros 35 altos funcionarios por cometer fraude en las presidenciales de marzo de 2006, pero la suspendió dos años después a cambio de reformas democráticas, que no se han producido.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha sido reelegido por otros cinco años en medio de la repulsa internacional por la detención de más de 600 opositores, entre ellos varios candidatos, tras los comicios del domingo.
"Quiero felicitar a mis partidarios por la victoria y a mis contrincantes les quiero transmitir la peor de las noticias: tendrán que lidiar conmigo durante otros cinco años, como mínimo", afirmó en rueda de prensa Lukashenko, en el poder desde 1994.
Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, ganó los comicios presidenciales con el 79,67 por ciento de los votos (más de cinco millones de electores), según los resultados oficiales divulgados hoy por la Comisión Electoral Central (CEC).
Curiosamente, la segunda casilla más votada, con el 6,47 por ciento, fue la de "Contra todos los candidatos", mientras que los otros nueve aspirantes en total no alcanzaron el 14 por ciento de los sufragios emitidos.
Estos resultados se vieron empañados por las imágenes de la represión violenta de las manifestaciones opositoras en Minsk, en las que tomaron parte unas 30.000 personas, que intentaron asaltar sin éxito el edificio del Gobierno donde se encuentra la sede de la CEC.
"Sólo necesitamos 7 minutos y medio para defender el país y su futuro. Recibieron lo que buscaban", aseguró ufano Lukashenko en relación al tiempo que tardaron las unidades especiales del Ejército y el KGB bielorruso en repeler el asalto.
Como resultado, "en prisiones preventivas se encuentran 639 personas. ¿Acaso se piensan que el presidente no sabe dónde se encuentra el candidato Vladímir Nekliáyev? Está en prisión. Quien quiera verlo, haga el favor", agregó.
Nekliáyev fue brutalmente golpeado anoche por la policía de camino al centro de Minsk y, una vez en el hospital, fue secuestrado por miembros de las fuerzas de seguridad bielorrusas, al igual que otro candidato presidencial, Vitali Rimashévski.
"Los sacamos del hospital. Ahora están hablando con los investigadores. Nosotros no metemos a nadie a la cárcel, ellos mismos van a parar allí solos", señaló Lukashenko, un confeso admirador del dictador soviético Iósif Stalin.
Según la oposición bielorrusa, siete de los nueve candidatos que participaron en las elecciones fueron detenidos tras el cierre de los colegios, mientras hoy las fuerzas de seguridad procedieron a arrestar a los líderes opositores.
Los tribunales de Bielorrusia comenzaron hoy a juzgar a los detenidos, "en su mayoría jóvenes. Los hemos identificado a todos y prácticamente no hay mayores de 21 años", según Lukashenko, que denunció la participación de activistas rusos y ucranianos en los disturbios.
La Justicia bielorrusa informó de que ha incoado expedientes penales según el artículo 293 del código penal (organización de disturbios masivos), cargos que podrían acarrear a los procesados hasta 15 años de prisión.
Lukashenko defendió a capa y espada a las fuerzas de seguridad que, en su opinión, "defendieron al país y al pueblo de la barbarie y la destrucción. Lo que intentaron organizar ayer en Minsk no es democracia, sino bandidaje".
"Camiones lanzadores de agua, balas de goma, gas lacrimógeno, detenciones masivas, y todos se dispersan en un minuto", dijo el mandatario, quien lamentó haber recurrido a efectivos militares para repeler a los manifestantes.
El jefe de la misión de observadores de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Tony Lloyd, llamó hoy en Minsk a las autoridades bielorrusas a "liberar a los detenidos", gesto que fue secundado por varias cancillerías occidentales.
"La jornada electoral se vio enturbiada por la detención de la mayoría de candidatos a la presidencia y centenares de activistas y periodistas", señala el informe presentado en Minsk por la Oficina para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR) y la Asamblea Parlamentaria de la OSCE.
Además, según Lloyd, "el escrutinio de votos careció de transparencia", ya que los observadores concluyeron "que casi la mitad de las papeletas fueron escrutadas mal o muy mal".
"El pueblo bielorruso merece algo mejor", afirmó.
Al respecto, el presidente bielorruso respondió: "En algunas misiones extranjeras se olvidan a veces de que han venido para observar las elecciones, y no para valorar ni opinar. Observar callados".
Lukashenko, que permanecerá en el poder hasta 2016, subrayó que la votación "fue limpia y transparente" y que Bielorrusia tuvo que "violar" la legislación nacional para "satisfacer" las demandas de la OSCE.
"No sé qué tiene que hacer Bielorrusia para que sus elecciones estén en consonancia con los estándares internacionales", sentenció el líder bielorruso, al que Occidente amenazó con sanciones internacionales si las elecciones no eran democráticas.
La Unión Europea impuso sanciones contra Lukashenko y otros 35 altos funcionarios por cometer fraude en las presidenciales de marzo de 2006, pero la suspendió dos años después a cambio de reformas democráticas, que no se han producido.