Las acusaciones de fraude ensombrecen la victoria de Thaci en Kosovo
Pristina, Agencias
Las acusaciones de fraude han ensombrecido la victoria que se adjudicó el primer ministro Hashim Thaci para su Partido Democrático (PDK) en las legislativas celebradas ayer en Kosovo, las primeras desde su independencia de Serbia en 2008.
"Las irregularidades que se han observado son decepcionantes", afirmó hoy con rotundidad el enviado especial de la Unión Europea (UE) para Kosovo, Pieter Feith.
Las acusaciones se centran en dos bastiones históricos del Ejercito de Liberación de Kosovo, y actual granero de votos del PDK, Skenderaj y Gllogvc, donde se produjo una participación de alrededor del 90% y la inmensa mayoría de los 80.000 votos allí contabilizados fueron para Thaci.
"¿Es posible que en algunos sitios más del 95% de los votos vayan al mismo partido?", se preguntaba hoy la eurodiputada alemana Doris Pack, que lidera a los observadores de la Eurocámara, para responder: "No creo que sea posible".
Esa enorme participación es "estadísticamente imposible, irrazonable desde el punto de vista lógico, políticamente inaceptable y legalmente rebatible en la realidad kosovar", indicó Arben Gashi, portavoz del mayor partido opositor, la Liga Democrática.
El primer ministro, que ayer proclamó que su triunfo había sido un "referendo ciudadano a favor del buen gobierno", explicó hoy en un breve comunicado que se debía de corregir cualquier irregularidad.
En algunos colegios electorales se han encontrado participaciones de más del 100%, y todos los partidos de la oposición sostienen que existen pruebas documentadas de votaciones múltiples y de que personas fallecidas habían depositado su sufragio.
La UE, el embajador de EEUU y los observadores de la Eurocámara han solicitado que se aclaren cuanto antes esas alegaciones y se castigue a los posibles culpables.
"Los votos sospechosos en Gllogovc y Skenderaj tienen secuestradas las elecciones", tituló hoy a toda página el diario más importante de Kosovo, Koha Ditore.
En medio de las impugnaciones de la oposición y las acusaciones de las ONG, la Comisión Electoral Central guarda absoluto mutismo, mientras que varios analistas consideran probable que se repitan las elecciones en varios municipios.
Esto no variaría la victoria del PDK porque son zonas donde goza de gran simpatía, pero moderaría el margen del triunfo.
El último censo de Kosovo data de hace treinta años y se tiene la certeza de que decenas de miles de personas llamadas a votar han muerto, lo que ha podido ser utilizado para sufragar por partida múltiple con documentación falsificada.
Los albano-kosovares no solían certificar las defunciones en la Yugoslavia comunista, y posteriormente Serbia, para evitar el contacto con las autoridades, de las que desconfiaban, algo que se ha extendido por inercia hasta la actualidad.
Este fraude empaña el desarrollo pacífico de los comicios, sin grandes incidentes y que por lo demás ha sido motivo de elogio por los observadores internacionales.
Las autoridades kosovares esperaban que un desarrollo ejemplar de los comicios impulsase nuevos reconocimientos internacionales.
Hasta ahora Kosovo ha sido aceptado como país soberano por 72 Estados, entre ellos la mayoría de la UE, EEUU y Japón, pero han rechazado dar ese paso naciones importantes como China, India, Rusia, Brasil y España.
La previsible fragmentación del voto, con cinco formaciones en el Parlamento de 120 escaños, además de las formaciones de las minorías, hará más difícil la creación del Gobierno de coalición que lidere Thaci.
Como posible aliado figura la Alianza por un Kosovo Nuevo (AKR), del multimillonario Behgjet Pacolli, que junto a los apoyos de los partidos serbo-kosovares, que podrían obtener hasta 15 escaños, y otras minorías, se lograría un Ejecutivo de coalición.
Entre las primeras tareas que deberá acometer este Ejecutivo, a cuya formación ha urgido Bruselas, se encuentra el diálogo entre Kosovo y Serbia bajo auspicios de la UE, que se espera se inicie en enero.
Entre las prioridades del PDK, que apenas ha perdido un tres por ciento de los apoyos desde 2007, se encuentra mejorar la situación económica de Kosovo, que tiene una tasa de paro del 47% y una renta per capita de apenas 1.800 euros.
Las acusaciones de fraude han ensombrecido la victoria que se adjudicó el primer ministro Hashim Thaci para su Partido Democrático (PDK) en las legislativas celebradas ayer en Kosovo, las primeras desde su independencia de Serbia en 2008.
"Las irregularidades que se han observado son decepcionantes", afirmó hoy con rotundidad el enviado especial de la Unión Europea (UE) para Kosovo, Pieter Feith.
Las acusaciones se centran en dos bastiones históricos del Ejercito de Liberación de Kosovo, y actual granero de votos del PDK, Skenderaj y Gllogvc, donde se produjo una participación de alrededor del 90% y la inmensa mayoría de los 80.000 votos allí contabilizados fueron para Thaci.
"¿Es posible que en algunos sitios más del 95% de los votos vayan al mismo partido?", se preguntaba hoy la eurodiputada alemana Doris Pack, que lidera a los observadores de la Eurocámara, para responder: "No creo que sea posible".
Esa enorme participación es "estadísticamente imposible, irrazonable desde el punto de vista lógico, políticamente inaceptable y legalmente rebatible en la realidad kosovar", indicó Arben Gashi, portavoz del mayor partido opositor, la Liga Democrática.
El primer ministro, que ayer proclamó que su triunfo había sido un "referendo ciudadano a favor del buen gobierno", explicó hoy en un breve comunicado que se debía de corregir cualquier irregularidad.
En algunos colegios electorales se han encontrado participaciones de más del 100%, y todos los partidos de la oposición sostienen que existen pruebas documentadas de votaciones múltiples y de que personas fallecidas habían depositado su sufragio.
La UE, el embajador de EEUU y los observadores de la Eurocámara han solicitado que se aclaren cuanto antes esas alegaciones y se castigue a los posibles culpables.
"Los votos sospechosos en Gllogovc y Skenderaj tienen secuestradas las elecciones", tituló hoy a toda página el diario más importante de Kosovo, Koha Ditore.
En medio de las impugnaciones de la oposición y las acusaciones de las ONG, la Comisión Electoral Central guarda absoluto mutismo, mientras que varios analistas consideran probable que se repitan las elecciones en varios municipios.
Esto no variaría la victoria del PDK porque son zonas donde goza de gran simpatía, pero moderaría el margen del triunfo.
El último censo de Kosovo data de hace treinta años y se tiene la certeza de que decenas de miles de personas llamadas a votar han muerto, lo que ha podido ser utilizado para sufragar por partida múltiple con documentación falsificada.
Los albano-kosovares no solían certificar las defunciones en la Yugoslavia comunista, y posteriormente Serbia, para evitar el contacto con las autoridades, de las que desconfiaban, algo que se ha extendido por inercia hasta la actualidad.
Este fraude empaña el desarrollo pacífico de los comicios, sin grandes incidentes y que por lo demás ha sido motivo de elogio por los observadores internacionales.
Las autoridades kosovares esperaban que un desarrollo ejemplar de los comicios impulsase nuevos reconocimientos internacionales.
Hasta ahora Kosovo ha sido aceptado como país soberano por 72 Estados, entre ellos la mayoría de la UE, EEUU y Japón, pero han rechazado dar ese paso naciones importantes como China, India, Rusia, Brasil y España.
La previsible fragmentación del voto, con cinco formaciones en el Parlamento de 120 escaños, además de las formaciones de las minorías, hará más difícil la creación del Gobierno de coalición que lidere Thaci.
Como posible aliado figura la Alianza por un Kosovo Nuevo (AKR), del multimillonario Behgjet Pacolli, que junto a los apoyos de los partidos serbo-kosovares, que podrían obtener hasta 15 escaños, y otras minorías, se lograría un Ejecutivo de coalición.
Entre las primeras tareas que deberá acometer este Ejecutivo, a cuya formación ha urgido Bruselas, se encuentra el diálogo entre Kosovo y Serbia bajo auspicios de la UE, que se espera se inicie en enero.
Entre las prioridades del PDK, que apenas ha perdido un tres por ciento de los apoyos desde 2007, se encuentra mejorar la situación económica de Kosovo, que tiene una tasa de paro del 47% y una renta per capita de apenas 1.800 euros.