Largometraje de YouTube retrata un día en la vida de la humanidad
Dave Lee, Servicio Mundial de la BBC
A muchos de nosotros nos costará recordar lo que hicimos el 24 de julio de este año.
Sin embargo, aunque hayan pasado casi cinco meses, se trata de una fecha señalada para muchos usuarios de YouTube, videoaficionados o simplemente curiosos por un experimento cinematográfico único que pasará a la historia.
Kevin Macdonald, el director de cine de 43 años que alcanzó la fama con la película de 2006 "El último rey de Escocia", invitó a la vasta comunidad del sitio web YouTube a grabar unos pocos instantes de su vida en ese día.
Sus filmaciones fueron recopiladas y ahora están siendo ensambladas por un equipo con sede en el distrito londinense de Soho.
Unas 5.000 horas de material -80.000 piezas de video- han sido sintetizadas en una hora y medio de largometraje que se estrenará en enero en el festival de Sundance, en Estados Unidos.
Si suena a tarea monumental es porque realmente lo es. El director y el editor de la película, Joe Walker, hablaron en el programa de radio Digital Planet, de Snezana Curcic, sobre lo extenuante que fue el proceso.
Cámaras para los más pobres
"En el plazo de tiempo que teníamos, que era básicamente de unos pocos meses, nadie hubiera sido capaz de ver todo el material".
"Así que lo mejor que pudimos hacer fue montar una oficina con 24 especialistas. Todos eran o bien directores de cine con experiencia, o bien gente con formación en rodaje de documentales".
La película, que aún está siendo editada por el equipo de Macdonald, trata de dibujar "un día cualquiera en la Tierra".
"Yo creo que es como la historia de una sola persona", dice el cineasta escocés.
"Cada vez que haces un corte de edición el cuerpo de esa persona se va pero su alma permanece. Es casi como contar la historia del mundo en una sola persona, pero una persona que cambia de forma continuamente".
Antes de empezar su proyecto, Macdonald se dio cuenta de que la mayoría del contenido que iba a recibir procedería de los jóvenes procedentes del mundo rico, occidental y apasionado de la tecnología, y que para que su película fuera representativa del mundo entero tendría que hacer un esfuerzo para llegar a las comunidades menos favorecidas.
"Lo resolvimos comprando más de 400 cámaras y enviándolas a América Latina, África y Asia, en algunos casos lugares muy remotos", explica.
"No se ha hecho nunca nada así y, obviamente solo puede pasar ahora gracias a las nuevas tecnologías".
Parte dramática
Macdonald dijo que la historia también tiene su parte dramática. El 24 de julio, 21 personas murieron y 500 resultaron heridas en una avalancha durante un festival de música en Duisburgo, en Alemania.
"Había tantos chicos que grabaron lo que sucedió con sus celulares o con cámaras digitales que el resultado es que tenemos la visión de una tragedia evolucionando paso por paso".
"Por unos cinco o diez minutos entramos en la cabeza de alguien que tiene una visión peculiar de cómo funcionan las cosas", continúa. "También hay unos pocos clips en los que piensas que esa persona necesita ayuda, y no una cámara".
Sin embargo, a pesar de algunas escenas impactantes y conmovedoras, Macdonald cree que la sensación que dejará la película será gratificante.
"Es una película optimista que te hace ver lo maravilloso que es estar vivo".
A muchos de nosotros nos costará recordar lo que hicimos el 24 de julio de este año.
Sin embargo, aunque hayan pasado casi cinco meses, se trata de una fecha señalada para muchos usuarios de YouTube, videoaficionados o simplemente curiosos por un experimento cinematográfico único que pasará a la historia.
Kevin Macdonald, el director de cine de 43 años que alcanzó la fama con la película de 2006 "El último rey de Escocia", invitó a la vasta comunidad del sitio web YouTube a grabar unos pocos instantes de su vida en ese día.
Sus filmaciones fueron recopiladas y ahora están siendo ensambladas por un equipo con sede en el distrito londinense de Soho.
Unas 5.000 horas de material -80.000 piezas de video- han sido sintetizadas en una hora y medio de largometraje que se estrenará en enero en el festival de Sundance, en Estados Unidos.
Si suena a tarea monumental es porque realmente lo es. El director y el editor de la película, Joe Walker, hablaron en el programa de radio Digital Planet, de Snezana Curcic, sobre lo extenuante que fue el proceso.
Cámaras para los más pobres
"En el plazo de tiempo que teníamos, que era básicamente de unos pocos meses, nadie hubiera sido capaz de ver todo el material".
"Así que lo mejor que pudimos hacer fue montar una oficina con 24 especialistas. Todos eran o bien directores de cine con experiencia, o bien gente con formación en rodaje de documentales".
La película, que aún está siendo editada por el equipo de Macdonald, trata de dibujar "un día cualquiera en la Tierra".
"Yo creo que es como la historia de una sola persona", dice el cineasta escocés.
"Cada vez que haces un corte de edición el cuerpo de esa persona se va pero su alma permanece. Es casi como contar la historia del mundo en una sola persona, pero una persona que cambia de forma continuamente".
Antes de empezar su proyecto, Macdonald se dio cuenta de que la mayoría del contenido que iba a recibir procedería de los jóvenes procedentes del mundo rico, occidental y apasionado de la tecnología, y que para que su película fuera representativa del mundo entero tendría que hacer un esfuerzo para llegar a las comunidades menos favorecidas.
"Lo resolvimos comprando más de 400 cámaras y enviándolas a América Latina, África y Asia, en algunos casos lugares muy remotos", explica.
"No se ha hecho nunca nada así y, obviamente solo puede pasar ahora gracias a las nuevas tecnologías".
Parte dramática
Macdonald dijo que la historia también tiene su parte dramática. El 24 de julio, 21 personas murieron y 500 resultaron heridas en una avalancha durante un festival de música en Duisburgo, en Alemania.
"Había tantos chicos que grabaron lo que sucedió con sus celulares o con cámaras digitales que el resultado es que tenemos la visión de una tragedia evolucionando paso por paso".
"Por unos cinco o diez minutos entramos en la cabeza de alguien que tiene una visión peculiar de cómo funcionan las cosas", continúa. "También hay unos pocos clips en los que piensas que esa persona necesita ayuda, y no una cámara".
Sin embargo, a pesar de algunas escenas impactantes y conmovedoras, Macdonald cree que la sensación que dejará la película será gratificante.
"Es una película optimista que te hace ver lo maravilloso que es estar vivo".