Huelga general a favor de Ouattara y contra Gbagbo en Costa de Marfil

Abiyán, Agencias
Los seguidores de Alassane Ouattara han convocado a partir de hoy una huelga general hasta sacar del poder a Laurent Gbagbo, quien espera mañana en Abiyán una delegación de la CEDEAO, que le ha amenazado con el uso de la fuerza para obligarle a ceder la Presidencia.

La Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y el Desarrollo (RHDP), la coalición de partidos que respalda a Ouattara, reconocido como presidente de Costa de Marfil por la comunidad internacional, hizo este llamamiento para evitar que Gbagbo "robe la victoria" electoral, que él defiende, pese al rechazo internacional.

Sin embargo, en Abiyán, en la mañana de hoy, la circulación de vehículos era intensa y se observaban muchos comercios y oficinas abiertos, en el ambiente de tensa calma que domina la capital económica de Costa de Marfil desde el inicio de este mes.

Una delegación de tres presidentes de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), los de Benin, Cabo Verde y Sierra Leona, visitarán mañana a Gbagbo en Abiyán para comunicarle las decisiones de la cumbre que celebraron el viernes, entre las que está el posible uso de la fuerza para obligarle a dejar el poder.

También mañana, el Comité de Jefes de Estado Mayor de la CEDEAO se reunirá en Abuya para estudiar los detalles de un posible despliegue de tropas y asuntos estratégicos, tácticos y logísticos que comportaría la eventual operación para sacar a Gbagbo del poder.

Gbagbo y sus seguidores han rechazado la posibilidad de que abandone la Presidencia y amenazado con la guerra civil y la desestabilización de sus vecinos de África occidental si tratan de usar la fuerza para obligarle a ceder el poder.

El propio Gbabgbo ha asegurado en declaraciones que hoy publica el diario francés "Le Figaro" que "hay un complot que pretende instalar en el poder a Ouattara" y ha señalado como principales actores de esa supuesta maniobra al "embajador de Francia y el embajador de Estados Unidos".

Tras estas declaraciones, el ministro francés de Defensa, Alain Juppé, advirtió hoy de que sus tropas en Costa de Marfil intervendrán "si hay el menor peligro" para la comunidad gala en ese país africano, que suma unas 15.000 personas.

El próximo miércoles, los grupos más violentos de seguidores de Gbagbo, las Juventudes Patrióticas, acusadas de graves violaciones de los Derechos Humanos al inicio de la pasada guerra Civil marfileña, están convocadas por su líder, Charles Blé Goudé, a una manifestación en la Plaza de la República de Abiyán.

Los seguidores de Blé Goudé, sometido a sanciones por la ONU desde 2006 por incitación al odio y violación de los Derechos Humanos, llevaron a cabo entre los años 2002 y 2003 numerosos actos de violencia, entre ellos ataques contra intereses franceses en el país, lo que ha disparado la alarma en las tropas galas.

Además, las Juventudes de la RHDP también han convocado marchas el miércoles, según dijo hoy a Efe uno de sus representantes, que no se identificó, para "llevar a Alassane Ouattara al Palacio Presidencial", situado cerca de la Plaza de la República, lo que hace temer enfrentamientos.

Desde que a mediados de este mes se inició la violencia postelectoral en Costa de Marfil, organismos de la ONU han señalado que al menos 173 personas, la gran mayoría seguidores de Ouattara, han muerto en el país, víctimas de las fuerzas de seguridad, los militares y grupos de milicianos y mercenarios seguidores de Gbagbo.

Tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre, la Comisión Electoral Independiente dio como ganador a Ouattara, con el 54 por ciento de los votos, frente al 46 por ciento de Gbagbo, que no aceptó el resultado,convalidado por la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI).

El Consejo Constitucional, formado por aliados de Gbagbo, anuló los resultados en siete distritos norteños, donde Ouattara tiene amplia mayoría, y le dio la victoria con un 51,5 por ciento de votos, contra un 48,5 por ciento de su rival.

Ambos se invistieron presidentes y nombraron sendos primeros ministros y gobiernos, lo que ha creado una gran tensión y puesto al país al borde de la reanudación de la guerra civil, que dividió Costa de Marfil entre 2002 y 2007.

El país sigue dividido y, mientras el sur lo controlan las Fuerzas Armadas y de seguridad leales a Gbagbo, el norte está en poder de los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras la guerra y respaldan a Ouattara.

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