García Linera insta a cooperación internacional a evitar imposiciones e injerencias
La Paz, Abi
La cooperación internacional es bienvenida en Bolivia siempre que respete la soberanía nacional y no sea un pretexto para entrometerse en los asuntos internos, indicó el miércoles el presidente interino de Bolivia, Alvaro García Linera.
Anotó su convencimiento de que "una nación logra su soberanía política cuando consigue su soberanía material y económica", al referirse a los sucedido durante los Gobiernos neoliberales en los que la cooperación de Estados Unidos estaba condicionada a la sujeción política.
En una reunión con los periodistas, dijo que en las pasadas administraciones las inversiones públicas llegaban a unos 500 millones de dólares cada año, de los que 100 a 140 millones provenían de la cooperación de USAID.
Señaló que era una cuarta o quinta parte del total de las inversiones públicas, un hecho que prácticamente convertía a los gobernantes en "limosneros".
García Linera puntualizó que ese hecho se constituye en "la base material del servilismo y de la sumisión, además del crimen a la soberanía a la Patria en los tiempos del neoliberalismo".
Anotó que eran épocas en la que los políticos acudían a las recepciones de la embajada de Estados Unidos en Bolivia con sombreros de cowboys y hacían cabildeos para asegurarse una visa diplomática de ingreso al país del norte.
El Presidente en ejercicio subrayó que eran tiempos en los que la visa diplomática de ingreso a Estados Unidos era "una especie de certificado político de vida".
Puntualizó que esas prácticas cambiaron cuando el Gobierno del presidente Evo Morales comienza con la nacionalización de los recursos naturales, entre ellos los hidrocarburos el pasado uno de mayo de 2006.
"Desde entonces las inversiones públicas se incrementaron de 500 millones de dólares anuales hasta triplicarse, cuadriplicarse, quintuplicarse y el próximo año se prevé una inversión de 3.000 millones de dólares", indicó.
Desde mayo de 2006, Morales ha nacionalizado las empresas estratégicas de los sectores de hidrocarburos, minería, electricidad y telecomunicaciones.
"Las ganancias de las empresas estatales que estaban en manos de las transnacionales y que eran enviadas afuera, con la nacionalización ahora son reinvertidas en el crecimiento, fortalecimiento del Estado y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos", destacó.
García Linera dijo que Bolivia da la bienvenida la ayuda internacional, pero algunas naciones desarrolladas deben comprender que también tienen obligaciones.
Explicó que, por ejemplo, los esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico deben ser encarados en un marco de responsabilidad compartida entre naciones afectadas por la producción de drogas con los países consumidores.
Sin embargo enfatizó que esa "cooperación" debe reducir su presencia en los denominados programas de gobernabilidad que son utilizados como pretexto para Estados Unidos se inmiscuya en los asuntos internos de Bolivia.
"Quieren implantar programas que pretenden enseñar a los bolivianos cómo vivir en democracia, cuando Bolivia y otras naciones latinoamericanas pueden enseñarles lo que significa en base a la lucha emprendida por los pueblos", puntualizó.
Agregó que Bolivia también está llana y amplia para recibir la cooperación para el sector productivo, pero siempre que el Estado regule sus alcances para no dar lugar a que agencias internacionales conviertan a algunos sectores en sus feudos como sucedía en el pasado.
"Bolivia llegó a ser loteada por esta cooperación extranjera", reiteró.
García Linera señaló que en la actualidad Bolivia cuenta con un Estado fuerte, soberano y digno y "con un presidente que defiende la soberanía con alma y vida".
"Si la cooperación no acepta esas reglas, no necesitamos su ayuda porque no permitiremos que Bolivia sea nuevamente objeto del intervencionismo y manipulación al servicio de otros intereses", agregó.
La cooperación internacional es bienvenida en Bolivia siempre que respete la soberanía nacional y no sea un pretexto para entrometerse en los asuntos internos, indicó el miércoles el presidente interino de Bolivia, Alvaro García Linera.
Anotó su convencimiento de que "una nación logra su soberanía política cuando consigue su soberanía material y económica", al referirse a los sucedido durante los Gobiernos neoliberales en los que la cooperación de Estados Unidos estaba condicionada a la sujeción política.
En una reunión con los periodistas, dijo que en las pasadas administraciones las inversiones públicas llegaban a unos 500 millones de dólares cada año, de los que 100 a 140 millones provenían de la cooperación de USAID.
Señaló que era una cuarta o quinta parte del total de las inversiones públicas, un hecho que prácticamente convertía a los gobernantes en "limosneros".
García Linera puntualizó que ese hecho se constituye en "la base material del servilismo y de la sumisión, además del crimen a la soberanía a la Patria en los tiempos del neoliberalismo".
Anotó que eran épocas en la que los políticos acudían a las recepciones de la embajada de Estados Unidos en Bolivia con sombreros de cowboys y hacían cabildeos para asegurarse una visa diplomática de ingreso al país del norte.
El Presidente en ejercicio subrayó que eran tiempos en los que la visa diplomática de ingreso a Estados Unidos era "una especie de certificado político de vida".
Puntualizó que esas prácticas cambiaron cuando el Gobierno del presidente Evo Morales comienza con la nacionalización de los recursos naturales, entre ellos los hidrocarburos el pasado uno de mayo de 2006.
"Desde entonces las inversiones públicas se incrementaron de 500 millones de dólares anuales hasta triplicarse, cuadriplicarse, quintuplicarse y el próximo año se prevé una inversión de 3.000 millones de dólares", indicó.
Desde mayo de 2006, Morales ha nacionalizado las empresas estratégicas de los sectores de hidrocarburos, minería, electricidad y telecomunicaciones.
"Las ganancias de las empresas estatales que estaban en manos de las transnacionales y que eran enviadas afuera, con la nacionalización ahora son reinvertidas en el crecimiento, fortalecimiento del Estado y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos", destacó.
García Linera dijo que Bolivia da la bienvenida la ayuda internacional, pero algunas naciones desarrolladas deben comprender que también tienen obligaciones.
Explicó que, por ejemplo, los esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico deben ser encarados en un marco de responsabilidad compartida entre naciones afectadas por la producción de drogas con los países consumidores.
Sin embargo enfatizó que esa "cooperación" debe reducir su presencia en los denominados programas de gobernabilidad que son utilizados como pretexto para Estados Unidos se inmiscuya en los asuntos internos de Bolivia.
"Quieren implantar programas que pretenden enseñar a los bolivianos cómo vivir en democracia, cuando Bolivia y otras naciones latinoamericanas pueden enseñarles lo que significa en base a la lucha emprendida por los pueblos", puntualizó.
Agregó que Bolivia también está llana y amplia para recibir la cooperación para el sector productivo, pero siempre que el Estado regule sus alcances para no dar lugar a que agencias internacionales conviertan a algunos sectores en sus feudos como sucedía en el pasado.
"Bolivia llegó a ser loteada por esta cooperación extranjera", reiteró.
García Linera señaló que en la actualidad Bolivia cuenta con un Estado fuerte, soberano y digno y "con un presidente que defiende la soberanía con alma y vida".
"Si la cooperación no acepta esas reglas, no necesitamos su ayuda porque no permitiremos que Bolivia sea nuevamente objeto del intervencionismo y manipulación al servicio de otros intereses", agregó.