Las confesiones negadas de Alan García
El periodista Jaime Bayly reveló una conversación que deja muy mal parado al presidente peruano.
Por Carlos Noriega Desde Lima
El escritor y periodista Jaime Bayly ha puesto en apuros al presidente Alan García. En la columna que semanalmente escribe en el diario Perú 21, Bayly revela entretelones de un diálogo privado que sostuvo, este año pero en fecha que no precisa, con el presidente peruano. Y lo que cuenta deja muy mal parado a García. El periodista asegura que el presidente le confesó que promovería un golpe de Estado si el candidato nacionalista Ollanta Humala, que propone terminar con el modelo económico neoliberal, ganara la elección presidencial en abril de 2011, para evitar que asuma la presidencia. Pero eso no es todo. García también le habría dicho a Bayly que en el momento de esa reunión aspiraba a ser candidato presidencial, que cuando uno es presidente “la plata llega sola”. Frase que es toda una confesión, y con la cual García habría intentado animar a Bayly a ser candidato sin preocuparse por el sueldo presidencial, que el escritor consideraba muy bajo para mantener su ritmo de vida.
El revelador diálogo entre Alan García y Jaime Bayly se produjo durante una cena en la casa del periodista, que entonces conducía un programa diario en la televisión peruana. Bayly invitó al presidente García a cenar a su casa, un amplio departamento en el barrio de San Isidro, una de las zonas más exclusivas de la capital peruana. García debe estar arrepintiéndose de haber aceptado la invitación y de haber sido demasiado locuaz con su anfitrión. “García dijo que si el señor Humala gana las elecciones, él propiciará un golpe, e impedirá, quebrantando la ley, que Ollanta Humala sea presidente”, relata Bayly en su columna. La revelación desató el escándalo y sembró de dudas el proceso electoral. “Aunque me metan preso, Humala no será presidente”, asegura Bayly que le dijo el presidente peruano durante la cena.
Según el relato del periodista, ambos también hablaron de la presidencia y de dinero. Cuando se produjo el encuentro, Bayly buscaba lanzar su candidatura presidencial, intento que finalmente fracasó al no encontrar un partido político que acepte lanzarlo como su candidato. Bayly confiesa que estaba preocupado por lo que gana un presidente y le preguntó a García cuánto ganaba, y éste le respondió que unos tres mil dólares mensuales. El periodista retrucó que ese dinero no le alcanzaría para mantener el alto nivel de vida que llevan él, su ex esposa y sus dos hijas adolescentes. Y fue en ese momento que Alan García soltó lo que el escritor califica como la frase de la noche: “No sea cojudo, hombre, la plata llega sola”.
La frase es especialmente significativa viniendo de un presidente que en sus dos gobiernos ha estado rodeado por escándalos de corrupción. Luego de su primer gobierno (1985-90), García fue acusado por enriquecimiento ilícito, salió del país y vivió ocho años entre París y Bogotá, regresando al Perú a inicios del año 2001 cuando los cargos en su contra ya habían prescripto, lo que lo libró de responder ante los tribunales por las acusaciones de corrupción en su contra. Su segundo gobierno también ha estado marcado por denuncias de corrupción.
El presidente García ha aceptado que la reunión con Bayly se produjo, pero ha negado las afirmaciones que éste hace en su columna, las que ha calificado como producto de la “imaginación literaria” del escritor. García asegura que nunca habló de Humala y de golpe de Estado y que cuando dijo que la “plata llega sola” no se refería a comisiones ilegales, sino a que cuando un presidente termina su mandato puede ganar mucho dinero dando conferencias. “Todo lo que conté en la columna es estrictamente cierto”, se ha reafirmado. Cuando habló de Humala dijo explícitamente que promovería un golpe antes de que éste llegue al poder”, se reafirmó Bayly. Sobre el argumento de García de que la frase “la plata llega sola” se refería al dinero que puede ganar un ex presidente, el escritor respondió: “Que Alan no nos tome por tontos”.
Ollanta Humala, aludido directamente como víctima de una conjura golpista promovida por Alan García, ha denunciado un fraude en marcha en su contra. No es la primera vez que el presidente peruano manifiesta su intención de intervenir en la campaña electoral para evitar el triunfo de algún candidato que no sea de su agrado. Y ese candidato es Humala. En marzo de 2009, en un discurso público ante un grupo de banqueros e inversionistas latinoamericanos, García les aseguró que tenía el poder para evitar que llegue a la presidencia alguien que cuestione el modelo económico neoliberal. No lo mencionó por su nombre, pero fue una clara alusión a Humala.
“En Perú el presidente tiene un poder, no puede hacer presidente al que él quisiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere”, fue la frase que el presidente peruano dijo ante los empresarios para tranquilizarlos ante el posible triunfo de un candidato presidencial que cuestione las reglas del actual modelo económico. En privado habría ido más lejos y habló, de acuerdo con el relato de Bayly, sin inhibiciones de golpe de Estado. Y se ufanó, según las revelaciones que hace el periodista, de su capacidad para hacer que “la plata llegue sola”. Su holgado ritmo de vida luego de que terminara su primer gobierno, que incluía un amplio departamento en una de las zonas más caras de París, ha sido recordado estos días como una muestra de esa capacidad para que la plata le llegue sola.
Por Carlos Noriega Desde Lima
El escritor y periodista Jaime Bayly ha puesto en apuros al presidente Alan García. En la columna que semanalmente escribe en el diario Perú 21, Bayly revela entretelones de un diálogo privado que sostuvo, este año pero en fecha que no precisa, con el presidente peruano. Y lo que cuenta deja muy mal parado a García. El periodista asegura que el presidente le confesó que promovería un golpe de Estado si el candidato nacionalista Ollanta Humala, que propone terminar con el modelo económico neoliberal, ganara la elección presidencial en abril de 2011, para evitar que asuma la presidencia. Pero eso no es todo. García también le habría dicho a Bayly que en el momento de esa reunión aspiraba a ser candidato presidencial, que cuando uno es presidente “la plata llega sola”. Frase que es toda una confesión, y con la cual García habría intentado animar a Bayly a ser candidato sin preocuparse por el sueldo presidencial, que el escritor consideraba muy bajo para mantener su ritmo de vida.
El revelador diálogo entre Alan García y Jaime Bayly se produjo durante una cena en la casa del periodista, que entonces conducía un programa diario en la televisión peruana. Bayly invitó al presidente García a cenar a su casa, un amplio departamento en el barrio de San Isidro, una de las zonas más exclusivas de la capital peruana. García debe estar arrepintiéndose de haber aceptado la invitación y de haber sido demasiado locuaz con su anfitrión. “García dijo que si el señor Humala gana las elecciones, él propiciará un golpe, e impedirá, quebrantando la ley, que Ollanta Humala sea presidente”, relata Bayly en su columna. La revelación desató el escándalo y sembró de dudas el proceso electoral. “Aunque me metan preso, Humala no será presidente”, asegura Bayly que le dijo el presidente peruano durante la cena.
Según el relato del periodista, ambos también hablaron de la presidencia y de dinero. Cuando se produjo el encuentro, Bayly buscaba lanzar su candidatura presidencial, intento que finalmente fracasó al no encontrar un partido político que acepte lanzarlo como su candidato. Bayly confiesa que estaba preocupado por lo que gana un presidente y le preguntó a García cuánto ganaba, y éste le respondió que unos tres mil dólares mensuales. El periodista retrucó que ese dinero no le alcanzaría para mantener el alto nivel de vida que llevan él, su ex esposa y sus dos hijas adolescentes. Y fue en ese momento que Alan García soltó lo que el escritor califica como la frase de la noche: “No sea cojudo, hombre, la plata llega sola”.
La frase es especialmente significativa viniendo de un presidente que en sus dos gobiernos ha estado rodeado por escándalos de corrupción. Luego de su primer gobierno (1985-90), García fue acusado por enriquecimiento ilícito, salió del país y vivió ocho años entre París y Bogotá, regresando al Perú a inicios del año 2001 cuando los cargos en su contra ya habían prescripto, lo que lo libró de responder ante los tribunales por las acusaciones de corrupción en su contra. Su segundo gobierno también ha estado marcado por denuncias de corrupción.
El presidente García ha aceptado que la reunión con Bayly se produjo, pero ha negado las afirmaciones que éste hace en su columna, las que ha calificado como producto de la “imaginación literaria” del escritor. García asegura que nunca habló de Humala y de golpe de Estado y que cuando dijo que la “plata llega sola” no se refería a comisiones ilegales, sino a que cuando un presidente termina su mandato puede ganar mucho dinero dando conferencias. “Todo lo que conté en la columna es estrictamente cierto”, se ha reafirmado. Cuando habló de Humala dijo explícitamente que promovería un golpe antes de que éste llegue al poder”, se reafirmó Bayly. Sobre el argumento de García de que la frase “la plata llega sola” se refería al dinero que puede ganar un ex presidente, el escritor respondió: “Que Alan no nos tome por tontos”.
Ollanta Humala, aludido directamente como víctima de una conjura golpista promovida por Alan García, ha denunciado un fraude en marcha en su contra. No es la primera vez que el presidente peruano manifiesta su intención de intervenir en la campaña electoral para evitar el triunfo de algún candidato que no sea de su agrado. Y ese candidato es Humala. En marzo de 2009, en un discurso público ante un grupo de banqueros e inversionistas latinoamericanos, García les aseguró que tenía el poder para evitar que llegue a la presidencia alguien que cuestione el modelo económico neoliberal. No lo mencionó por su nombre, pero fue una clara alusión a Humala.
“En Perú el presidente tiene un poder, no puede hacer presidente al que él quisiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere”, fue la frase que el presidente peruano dijo ante los empresarios para tranquilizarlos ante el posible triunfo de un candidato presidencial que cuestione las reglas del actual modelo económico. En privado habría ido más lejos y habló, de acuerdo con el relato de Bayly, sin inhibiciones de golpe de Estado. Y se ufanó, según las revelaciones que hace el periodista, de su capacidad para hacer que “la plata llegue sola”. Su holgado ritmo de vida luego de que terminara su primer gobierno, que incluía un amplio departamento en una de las zonas más caras de París, ha sido recordado estos días como una muestra de esa capacidad para que la plata le llegue sola.