El FMI dice que la debilidad económica en los países avanzados continuará en 2011
Washington, Agencias
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó hoy que la recuperación económica de dos velocidades del 2010 continuará el próximo año, lo que implica un crecimiento débil en los países avanzados y fortaleza en los emergentes.
El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard (foto), destacó en una entrevista con la revista digital del organismo, "IMF Survey", que es necesario un reequilibrio global para una mayor salud económica planetaria, que exige más flexibilidad cambiaria y reducción de la deuda en los países con problemas fiscales.
"Sin ese reequilibrio económico no habrá una recuperación saludable", afirmó Blanchard.
El economista jefe subrayó que las proyecciones del organismo para la economía mundial resultaron bastante acertadas en el 2010.
"Estábamos en lo cierto sobre EE.UU. Las cosas resultaron algo mejores para el núcleo de países fuertes europeos y Japón tuvo un crecimiento superior a lo que pensábamos, aunque resulta algo excepcional", afirmó Blanchard.
Añadió que las proyecciones realizadas por el FMI también apuntaban en la dirección correcta en lo que a China se refiere, aunque se quedaron algo cortas en el caso de India.
La ausencia de "grandes sorpresas" no implica, de todos modos, que las cosas estén bien.
"No lo están", dejó claro Blanchard, quien describió como "asombrosa" la doble velocidad a la que avanza la economía mundial y quien destacó que esa tendencia parece acentuarse.
"Probablemente domine el 2011 y más allá de eso", aventuró.
En adelante, el desafío para los emergentes será evitar el calentamiento de sus economías y hacer frente al creciente desembarco en sus mercados de flujos de capital.
Los países avanzados, por su parte, afrontan las consecuencias de una crisis con raíces "profundas" que desbarató el sistema financiero y ha creado una gran incertidumbre.
Si eso se combina con unos bajos ahorros e inversiones excesivas en el sector inmobiliario, el resultado es "una recuperación lenta", que carece del empuje para reducir las elevadas tasas de desempleo.
Se trata, afirmó Blanchard, de un proceso "doloroso" pero no sorprendente. La historia, dijo el experto, demuestra que la recuperación de las crisis financieras es "larga y lenta".
De ahí que, en línea con lo apuntado por el FMI en numerosas ocasiones, sea necesario un reequilibrio interno y externo.
Blanchard recordó que antes de la crisis el crecimiento en muchos países avanzados se asentaba en una "excesiva demanda doméstica", ya fuese vía consumo o inversión inmobiliaria, un modelo que probó ser inviable.
Esos países necesitan ahora encontrar nuevos pilares de crecimiento.
En general, Blanchard explicó que los países con déficit precisan apoyarse más en el sector externo, en las exportaciones, mientras que los que disfrutan de superávit deben hacer lo contrario, es decir, hincapié en la demanda doméstica y menor dependencia del sector exportador.
El economista jefe del FMI apuntó que la recuperación podría continuar sin ese reequilibrio pero sería una apuesta peligrosa.
"La continuidad de la expansión fiscal o el regreso de los consumidores estadounidenses a sus viejos hábitos de escasos ahorros pueden sostener la demanda y el crecimiento por algún tiempo", afirmó.
Pero el optar por una solución de ese tipo "recreará muchos de los problemas" que desencadenaron la crisis.
"¿Imagínese lo que vendría después?", preguntó retóricamente Blanchard en una clara advertencia a los responsables del futuro económico del planeta.
Destacó, para finalizar, que los ajustes cambiarios son "una parte integral del proceso" de ajuste.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó hoy que la recuperación económica de dos velocidades del 2010 continuará el próximo año, lo que implica un crecimiento débil en los países avanzados y fortaleza en los emergentes.
El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard (foto), destacó en una entrevista con la revista digital del organismo, "IMF Survey", que es necesario un reequilibrio global para una mayor salud económica planetaria, que exige más flexibilidad cambiaria y reducción de la deuda en los países con problemas fiscales.
"Sin ese reequilibrio económico no habrá una recuperación saludable", afirmó Blanchard.
El economista jefe subrayó que las proyecciones del organismo para la economía mundial resultaron bastante acertadas en el 2010.
"Estábamos en lo cierto sobre EE.UU. Las cosas resultaron algo mejores para el núcleo de países fuertes europeos y Japón tuvo un crecimiento superior a lo que pensábamos, aunque resulta algo excepcional", afirmó Blanchard.
Añadió que las proyecciones realizadas por el FMI también apuntaban en la dirección correcta en lo que a China se refiere, aunque se quedaron algo cortas en el caso de India.
La ausencia de "grandes sorpresas" no implica, de todos modos, que las cosas estén bien.
"No lo están", dejó claro Blanchard, quien describió como "asombrosa" la doble velocidad a la que avanza la economía mundial y quien destacó que esa tendencia parece acentuarse.
"Probablemente domine el 2011 y más allá de eso", aventuró.
En adelante, el desafío para los emergentes será evitar el calentamiento de sus economías y hacer frente al creciente desembarco en sus mercados de flujos de capital.
Los países avanzados, por su parte, afrontan las consecuencias de una crisis con raíces "profundas" que desbarató el sistema financiero y ha creado una gran incertidumbre.
Si eso se combina con unos bajos ahorros e inversiones excesivas en el sector inmobiliario, el resultado es "una recuperación lenta", que carece del empuje para reducir las elevadas tasas de desempleo.
Se trata, afirmó Blanchard, de un proceso "doloroso" pero no sorprendente. La historia, dijo el experto, demuestra que la recuperación de las crisis financieras es "larga y lenta".
De ahí que, en línea con lo apuntado por el FMI en numerosas ocasiones, sea necesario un reequilibrio interno y externo.
Blanchard recordó que antes de la crisis el crecimiento en muchos países avanzados se asentaba en una "excesiva demanda doméstica", ya fuese vía consumo o inversión inmobiliaria, un modelo que probó ser inviable.
Esos países necesitan ahora encontrar nuevos pilares de crecimiento.
En general, Blanchard explicó que los países con déficit precisan apoyarse más en el sector externo, en las exportaciones, mientras que los que disfrutan de superávit deben hacer lo contrario, es decir, hincapié en la demanda doméstica y menor dependencia del sector exportador.
El economista jefe del FMI apuntó que la recuperación podría continuar sin ese reequilibrio pero sería una apuesta peligrosa.
"La continuidad de la expansión fiscal o el regreso de los consumidores estadounidenses a sus viejos hábitos de escasos ahorros pueden sostener la demanda y el crecimiento por algún tiempo", afirmó.
Pero el optar por una solución de ese tipo "recreará muchos de los problemas" que desencadenaron la crisis.
"¿Imagínese lo que vendría después?", preguntó retóricamente Blanchard en una clara advertencia a los responsables del futuro económico del planeta.
Destacó, para finalizar, que los ajustes cambiarios son "una parte integral del proceso" de ajuste.