EE.UU. reconoce que "tardará un tiempo" en cerrar la cárcel de Guantánamo
Washington, Agencias
EE.UU. "tardará todavía un tiempo" en cerrar la cárcel en la base militar de Guantánamo, en Cuba, una de las promesas del presidente Barack Obama al llegar a la Casa Blanca, reconoció hoy el portavoz de presidencia, Robert Gibbs.
"Ciertamente, no se va a cerrar el próximo mes. Tardará un tiempo. Parte de la posibilidad de su clausura depende de la voluntad de los republicanos de trabajar con la Administración en este tema", explicó Gibbs en una entrevista con el canal de noticias CNN.
Obama enfrentará el próximo año un nuevo Congreso en el que los republicanos ostentarán la mayoría en la Cámara de Representantes, por lo que es de esperar que le será más complicado sacar adelante leyes sobre el cierre de Guantánamo, medida a la que ya se han opuesto en reiteradas ocasiones los republicanos.
El portavoz de la presidencia de EE,.UU. reiteró el interés de la Administración Obama en juzgar a algunos de los detenidos en Guantánamo en tribunales federales, en lugar de hacerlo en tribunales militares, aunque reconoció que existen problemas "legales" para el traslado de los presos.
"Algunos serían juzgados en tribunales federales, como hemos visto suceder el pasado. Otros serán juzgados por comisiones militares, y probablemente pasen el resto de sus vidas en una prisión de máxima seguridad de la que nadie, incluidos terroristas, ha podido escapar", agregó Gibbs.
"Y otros, lamentablemente, deberán permanecer indefinidamente detenidos. No vamos a ponerlos de nuevo en el campo de batalla", dijo.
Poco antes de partir para sus vacaciones en Hawai, su estado natal, Obama reiteró en una rueda de prensa en la Casa Blanca su intención de cerrar la prisión de Guantánamo, donde se encuentran 174 detenidos acusados de terrorismo.
El cierre de esa cárcel denegaría a los terroristas "su principal arma de reclutamiento", dijo Obama el pasado 22 de diciembre.
No obstante, indicó que su Gobierno examina las posibles opciones para decidir qué hacer con un grupo de detenidos, considerados de gran peligro, a los que no se puede someter a juicio pero que representan una amenaza demasiado grande como para ponerles en libertad.
EE.UU. "tardará todavía un tiempo" en cerrar la cárcel en la base militar de Guantánamo, en Cuba, una de las promesas del presidente Barack Obama al llegar a la Casa Blanca, reconoció hoy el portavoz de presidencia, Robert Gibbs.
"Ciertamente, no se va a cerrar el próximo mes. Tardará un tiempo. Parte de la posibilidad de su clausura depende de la voluntad de los republicanos de trabajar con la Administración en este tema", explicó Gibbs en una entrevista con el canal de noticias CNN.
Obama enfrentará el próximo año un nuevo Congreso en el que los republicanos ostentarán la mayoría en la Cámara de Representantes, por lo que es de esperar que le será más complicado sacar adelante leyes sobre el cierre de Guantánamo, medida a la que ya se han opuesto en reiteradas ocasiones los republicanos.
El portavoz de la presidencia de EE,.UU. reiteró el interés de la Administración Obama en juzgar a algunos de los detenidos en Guantánamo en tribunales federales, en lugar de hacerlo en tribunales militares, aunque reconoció que existen problemas "legales" para el traslado de los presos.
"Algunos serían juzgados en tribunales federales, como hemos visto suceder el pasado. Otros serán juzgados por comisiones militares, y probablemente pasen el resto de sus vidas en una prisión de máxima seguridad de la que nadie, incluidos terroristas, ha podido escapar", agregó Gibbs.
"Y otros, lamentablemente, deberán permanecer indefinidamente detenidos. No vamos a ponerlos de nuevo en el campo de batalla", dijo.
Poco antes de partir para sus vacaciones en Hawai, su estado natal, Obama reiteró en una rueda de prensa en la Casa Blanca su intención de cerrar la prisión de Guantánamo, donde se encuentran 174 detenidos acusados de terrorismo.
El cierre de esa cárcel denegaría a los terroristas "su principal arma de reclutamiento", dijo Obama el pasado 22 de diciembre.
No obstante, indicó que su Gobierno examina las posibles opciones para decidir qué hacer con un grupo de detenidos, considerados de gran peligro, a los que no se puede someter a juicio pero que representan una amenaza demasiado grande como para ponerles en libertad.