Dubái reveló la pista israelí en la muerte de un líder de Hamás por temor a represalias
Madrid, El País
Dentro de unas semanas se cumplirá un año de uno de los asesinatos políticos más espectaculares de los últimos tiempos. El pasado 19 de enero era encontrado en una habitación de un hotel de Dubái el cadáver de Mahmud Al Mabhuh, uno de los fundadores del movimiento fundamentalista palestino Hamás. Sin embargo, la noticia de su muerte no saltó al teletipo hasta el viernes 29 cuando la agencia Reuters informó de la muerte de Mabhuh y de su entierro en un campo de refugiados en Damasco. A partir de esa fecha se fueron conociendo los detalles de una operación propia del mejor cine de espías, que acapararon durante meses la atención de los medios de todo el mundo.
Pero antes, como informan los despachos de la diplomacia de EE UU, el Gobierno de Dubái tuvo que resolver un dilema: "No decir nada en absoluto o revelar más o menos en toda su extensión las investigaciones que llevaban a cabo los Emiratos Árabes Unidos (EAU)". Un cable secreto de la Embajada en Abu Dabi informa de que ese día el emir de Dubái, Mohamed Bin Rashid, y el príncipe heredero Mohamed Bin Zayed manejaron ambas opciones hasta que se decidieron por la última, un caso de transparencia informativa bastante poco corriente en el emirato. El cable añade este comentario: "No decir nada hubiera sido interpretado como una protección de los israelíes y al final los EAU eligió contarlo todo. La declaración oficial fue redactada cuidadosamente para no señalar a nadie, pero la referencia a una banda con pasaportes occidentales será interpretado localmente como una referencia al Mosad [los servicios secretos de Israel]".
Ese mismo viernes, el Gobierno de Dubái informaba de que el líder palestino había "entrado en el país el día 19 procedente de Damasco" con su verdadero pasaporte y que su cadáver había sido encontrado esa tarde en la habitación del hotel. Y el jefe de la policía de Dubái, Khlafan Tamin, declaraba a la cadena Al Yazira: "No puedo descartar la posibilidad de la implicación del Mosad en el asesinato de Mabhuh".
A partir de ahí fueron brotando los detalles. Los sospechosos del crimen habían abandonado los EAU inmediatamente después del asesinato. Habían utilizado hasta 26 pasaportes robados a ciudadanos de distintas nacionalidades occidentales y usado 14 tarjetas de crédito emitidas por un banco de Iowa. Los asesinos habían entrado por separado en el país 24 horas antes de Mabhouh.
Los cables explican que Dubái optó por dar información por dos motivos. El primero, "disuadir a futuros asesinos de utilizar los emiratos para resolver sus asuntos -el líder palestino era la tercera víctima de un asesinato político en 18 meses tras la muerte de un señor de la guerra checheno y un magnate egipcio-, lo que podría dañar al turismo". Y, sobre todo, "porque la implicación pública de Israel en el caso ayudaría a Dubái a protegerse de las acusaciones de complicidad por parte de elementos radicales".
Dentro de unas semanas se cumplirá un año de uno de los asesinatos políticos más espectaculares de los últimos tiempos. El pasado 19 de enero era encontrado en una habitación de un hotel de Dubái el cadáver de Mahmud Al Mabhuh, uno de los fundadores del movimiento fundamentalista palestino Hamás. Sin embargo, la noticia de su muerte no saltó al teletipo hasta el viernes 29 cuando la agencia Reuters informó de la muerte de Mabhuh y de su entierro en un campo de refugiados en Damasco. A partir de esa fecha se fueron conociendo los detalles de una operación propia del mejor cine de espías, que acapararon durante meses la atención de los medios de todo el mundo.
Pero antes, como informan los despachos de la diplomacia de EE UU, el Gobierno de Dubái tuvo que resolver un dilema: "No decir nada en absoluto o revelar más o menos en toda su extensión las investigaciones que llevaban a cabo los Emiratos Árabes Unidos (EAU)". Un cable secreto de la Embajada en Abu Dabi informa de que ese día el emir de Dubái, Mohamed Bin Rashid, y el príncipe heredero Mohamed Bin Zayed manejaron ambas opciones hasta que se decidieron por la última, un caso de transparencia informativa bastante poco corriente en el emirato. El cable añade este comentario: "No decir nada hubiera sido interpretado como una protección de los israelíes y al final los EAU eligió contarlo todo. La declaración oficial fue redactada cuidadosamente para no señalar a nadie, pero la referencia a una banda con pasaportes occidentales será interpretado localmente como una referencia al Mosad [los servicios secretos de Israel]".
Ese mismo viernes, el Gobierno de Dubái informaba de que el líder palestino había "entrado en el país el día 19 procedente de Damasco" con su verdadero pasaporte y que su cadáver había sido encontrado esa tarde en la habitación del hotel. Y el jefe de la policía de Dubái, Khlafan Tamin, declaraba a la cadena Al Yazira: "No puedo descartar la posibilidad de la implicación del Mosad en el asesinato de Mabhuh".
A partir de ahí fueron brotando los detalles. Los sospechosos del crimen habían abandonado los EAU inmediatamente después del asesinato. Habían utilizado hasta 26 pasaportes robados a ciudadanos de distintas nacionalidades occidentales y usado 14 tarjetas de crédito emitidas por un banco de Iowa. Los asesinos habían entrado por separado en el país 24 horas antes de Mabhouh.
Los cables explican que Dubái optó por dar información por dos motivos. El primero, "disuadir a futuros asesinos de utilizar los emiratos para resolver sus asuntos -el líder palestino era la tercera víctima de un asesinato político en 18 meses tras la muerte de un señor de la guerra checheno y un magnate egipcio-, lo que podría dañar al turismo". Y, sobre todo, "porque la implicación pública de Israel en el caso ayudaría a Dubái a protegerse de las acusaciones de complicidad por parte de elementos radicales".