Día de tensa calma en Abiyán mientras la Unión Africana intenta restaurar la paz
Abiyán, Agencias
Abiyán ha vivido hoy una jornada de tensa calma, tras la violencia generalizada de ayer, mientras una delegación de alto rango de la Unión Africana (UA) intentaba restaurar la paz entre Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, ambos investidos presidentes de Costa de Marfil.
La delegación, encabezada por Jean Ping, presidente de la Comisión de la UA, en la que también están el comisario de Paz y Seguridad del organismo, Ramtane Lamamra, y Victor Gbeho, presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), se reunió primero durante dos horas con Gbagbo.
Por su parte, desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó hoy que los intentos de Gbabgo, por mantenerse en el poder tras haber perdido las elecciones "no se pueden permitir".
"Los esfuerzos de Gbagbo y sus simpatizantes para retener el poder y eludir la voluntad popular no son permisibles", afirmó Ban, durante una conferencia de prensa, en la que subrayó que la situación del país africano está tomando un giro peligroso".
Tanto la UA como la CEDEAO han pedido en días pasados a Gbagbo, que lleva diez años en la Presidencia y que pretende seguir otros cinco, que reconozca su derrota electoral y se retire, con el fin de prevenir una guerra civil.
Posteriormente, los representantes africanos se trasladaron al Hotel Golf, donde han establecido su sede Ouattara, reconocido por la comunidad internacional como presidente electo de Costa de Marfil, y su primer ministro y líder de las Fuerzas Nuevas, Guillaume Soro, con los que se reunieron durante una hora.
En el Hotel Golf, los delegados africanos dijeron que tenían previsto volver a entrevistarse con Gbagbo, antes de salir del país, donde han asegurado que no harán manifestaciones públicas.
La presencia de esos máximos responsables ejecutivos de la UA y la CEDEAO en Abiyán refuerza las presiones sobre Gbagbo para que abandone el Palacio Presidencial, donde sigue protegido por los militares, y reconozca la victoria de Ouattara.
Mientras desde el lado de Gbabgbo se ha sugerido la posible formación de un Gobierno de unidad, los portavoces de Ouattara lo han rechazado y señalado que la única opción es que el gobernante derrotado reconozca los legítimos resultados de la segunda vuelta de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre.
La CEDEAO también ha rechazado la posibilidad de un Gobierno de unidad y, hoy mismo, el primer ministro de Kenia, Raila Odinga, consideró que Gbagbo debe ser obligado a abandonar el cargo, si es necesario por la fuerza.
"Gbagbo tiene que ser forzado a salir, incluso si esto implica usar la fuerza militar. El mundo tiene que estar preparado para movilizarse con tal de preservar la democracia", señaló en Nairobi Odinga.
También hoy, la cumbre de la Unión Europea pidió a los jefes militares de Costa de Marfil que se pongan bajo la autoridad de Ouattara, al que considera presidente electo, mientras señalaba que Gbagbo sigue en el poder de forma fraudulenta.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha dado un ultimátum a Gbagbo:
"Si Gbagbo y su esposa no han dejado el puesto que ocupan antes de que acabe la semana, en violación de la voluntad del pueblo marfileño, estarán en la lista de sanciones" de la Unión Europea, dijo Sarkozy en una rueda de prensa tras la cumbre.
La Unión Europea ya ha anunciado sanciones contra Gbagbo y sus colaboradores, mientras la Fiscalía de la Corte Penal Internacional ha amenazado con procesar a los responsables de la violencia y el Consejo de Seguridad de la ONU también ha apuntado posibles sanciones.
Durante la jornada de hoy, Abiyán ha permanecido prácticamente desierto, por el temor de los ciudadanos a salir de sus casas tras la violencia de ayer, que dejó al menos 32 muertos.
Soro, que había pedido a la Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y la Paz (RHDP), coalición que apoya a Outtara, que se manifestaran para ocupar los edificios públicos y en especial el de la Radiotelevisión Marfileña (RTI), solicito posteriormente que se suspendieran las movilizaciones durante la visita de la comisión africana.
Por este motivo, no se produjeron incidentes graves, como los sucedidos ayer, en los que al menos treinta manifestantes y dos milicianos de las fuerzas nuevas resultaron muertos por disparos de las fuerzas de seguridad, según los partidarios de Ouattara.
Mientras tanto, la tensión sigue patente en Costa de Marfil, de donde diversas organizaciones y países, como la ONU y Estados Unidos, han empezado a sacar a sus funcionarios no imprescindibles y otros estados, como Bélgica, han pedido a sus ciudadanos residentes que lo abandonen temporalmente.
Abiyán ha vivido hoy una jornada de tensa calma, tras la violencia generalizada de ayer, mientras una delegación de alto rango de la Unión Africana (UA) intentaba restaurar la paz entre Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, ambos investidos presidentes de Costa de Marfil.
La delegación, encabezada por Jean Ping, presidente de la Comisión de la UA, en la que también están el comisario de Paz y Seguridad del organismo, Ramtane Lamamra, y Victor Gbeho, presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), se reunió primero durante dos horas con Gbagbo.
Por su parte, desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó hoy que los intentos de Gbabgo, por mantenerse en el poder tras haber perdido las elecciones "no se pueden permitir".
"Los esfuerzos de Gbagbo y sus simpatizantes para retener el poder y eludir la voluntad popular no son permisibles", afirmó Ban, durante una conferencia de prensa, en la que subrayó que la situación del país africano está tomando un giro peligroso".
Tanto la UA como la CEDEAO han pedido en días pasados a Gbagbo, que lleva diez años en la Presidencia y que pretende seguir otros cinco, que reconozca su derrota electoral y se retire, con el fin de prevenir una guerra civil.
Posteriormente, los representantes africanos se trasladaron al Hotel Golf, donde han establecido su sede Ouattara, reconocido por la comunidad internacional como presidente electo de Costa de Marfil, y su primer ministro y líder de las Fuerzas Nuevas, Guillaume Soro, con los que se reunieron durante una hora.
En el Hotel Golf, los delegados africanos dijeron que tenían previsto volver a entrevistarse con Gbagbo, antes de salir del país, donde han asegurado que no harán manifestaciones públicas.
La presencia de esos máximos responsables ejecutivos de la UA y la CEDEAO en Abiyán refuerza las presiones sobre Gbagbo para que abandone el Palacio Presidencial, donde sigue protegido por los militares, y reconozca la victoria de Ouattara.
Mientras desde el lado de Gbabgbo se ha sugerido la posible formación de un Gobierno de unidad, los portavoces de Ouattara lo han rechazado y señalado que la única opción es que el gobernante derrotado reconozca los legítimos resultados de la segunda vuelta de los comicios presidenciales del pasado 28 de noviembre.
La CEDEAO también ha rechazado la posibilidad de un Gobierno de unidad y, hoy mismo, el primer ministro de Kenia, Raila Odinga, consideró que Gbagbo debe ser obligado a abandonar el cargo, si es necesario por la fuerza.
"Gbagbo tiene que ser forzado a salir, incluso si esto implica usar la fuerza militar. El mundo tiene que estar preparado para movilizarse con tal de preservar la democracia", señaló en Nairobi Odinga.
También hoy, la cumbre de la Unión Europea pidió a los jefes militares de Costa de Marfil que se pongan bajo la autoridad de Ouattara, al que considera presidente electo, mientras señalaba que Gbagbo sigue en el poder de forma fraudulenta.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha dado un ultimátum a Gbagbo:
"Si Gbagbo y su esposa no han dejado el puesto que ocupan antes de que acabe la semana, en violación de la voluntad del pueblo marfileño, estarán en la lista de sanciones" de la Unión Europea, dijo Sarkozy en una rueda de prensa tras la cumbre.
La Unión Europea ya ha anunciado sanciones contra Gbagbo y sus colaboradores, mientras la Fiscalía de la Corte Penal Internacional ha amenazado con procesar a los responsables de la violencia y el Consejo de Seguridad de la ONU también ha apuntado posibles sanciones.
Durante la jornada de hoy, Abiyán ha permanecido prácticamente desierto, por el temor de los ciudadanos a salir de sus casas tras la violencia de ayer, que dejó al menos 32 muertos.
Soro, que había pedido a la Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y la Paz (RHDP), coalición que apoya a Outtara, que se manifestaran para ocupar los edificios públicos y en especial el de la Radiotelevisión Marfileña (RTI), solicito posteriormente que se suspendieran las movilizaciones durante la visita de la comisión africana.
Por este motivo, no se produjeron incidentes graves, como los sucedidos ayer, en los que al menos treinta manifestantes y dos milicianos de las fuerzas nuevas resultaron muertos por disparos de las fuerzas de seguridad, según los partidarios de Ouattara.
Mientras tanto, la tensión sigue patente en Costa de Marfil, de donde diversas organizaciones y países, como la ONU y Estados Unidos, han empezado a sacar a sus funcionarios no imprescindibles y otros estados, como Bélgica, han pedido a sus ciudadanos residentes que lo abandonen temporalmente.