Corea del Norte amenaza al Sur con una "guerra santa" con armas nucleares
Pyongyang, Agencias
La retórica inflamada volvió a agitar ayer la península de Corea, después de que el Norte amenazara al Sur con una "guerra santa" con sus armas nucleares, y de que Seúl advirtiera a Pyongyang de que cualquier agresión militar recibiría un "contraataque despiadado". El intercambio de amenazas tuvo su origen en las maniobras que Corea del Sur realiza cerca de la frontera entre ambos países, los mayores ejercicios militares con fuego real hasta la fecha en tierra.
El régimen comunista de Pyongyang, que el pasado mes atacó una isla surcoreana y mató a cuatro personas, calificó las maniobras de "provocación" y acusó a su vecino de preparar un nuevo conflicto bélico en la península, en referencia a la guerra que enfrentó a ambos países entre 1950 y 1953. "Las Fuerzas Armadas Revolucionarias están preparándose para lanzar una guerra santa de justicia al estilo coreano, basada en la disuasión nuclear", dijo el ministro de Defensa, Kim Yong-chun, en un comunicado.
Marcado aún por el ataque contra la isla de Yeongpyong, el Gobierno de Seúl respondió con dureza: Corea del Sur, dijo su presidente, Lee Myung-bak, debería lanzar un "contraataque despiadado" si el Norte intenta repetir una agresión como la del pasado noviembre. Lee ordenó además a las tropas fronterizas que no relajen la vigilancia. "Habíamos pensado que la paciencia garantizaría la paz en esta tierra, pero no fue así". El Gobierno surcoreano ha sido objeto de duras críticas por su falta de respuesta a las agresiones del Norte, que el pasado marzo traspasaron la línea roja con el lanzamiento de un torpedo contra una corbeta surcoreana, que mató a 46 marineros.
Desde entonces, Corea del Sur y Estados Unidos han realizado maniobras militares de gran escala. Las de ayer han movilizado tanques, helicópteros y cazabombarderos, y Seúl ha reconocido que estaban destinadas a desplegar su capacidad de fuego.
Si bien los analistas políticos y los mercados locales han considerado las amenazas de "guerra santa" de Pyongyang como mera retórica, el riesgo de un conflicto en la península ha alcanzado el radar de los inversores internacionales. Aunque la agresividad verbal no es nueva, afirma Alastair Newton, analista financiero del banco japonés Nomura, "no hay duda de que estamos en la situación más peligrosa que ha vivido la península coreana en años".
La retórica inflamada volvió a agitar ayer la península de Corea, después de que el Norte amenazara al Sur con una "guerra santa" con sus armas nucleares, y de que Seúl advirtiera a Pyongyang de que cualquier agresión militar recibiría un "contraataque despiadado". El intercambio de amenazas tuvo su origen en las maniobras que Corea del Sur realiza cerca de la frontera entre ambos países, los mayores ejercicios militares con fuego real hasta la fecha en tierra.
El régimen comunista de Pyongyang, que el pasado mes atacó una isla surcoreana y mató a cuatro personas, calificó las maniobras de "provocación" y acusó a su vecino de preparar un nuevo conflicto bélico en la península, en referencia a la guerra que enfrentó a ambos países entre 1950 y 1953. "Las Fuerzas Armadas Revolucionarias están preparándose para lanzar una guerra santa de justicia al estilo coreano, basada en la disuasión nuclear", dijo el ministro de Defensa, Kim Yong-chun, en un comunicado.
Marcado aún por el ataque contra la isla de Yeongpyong, el Gobierno de Seúl respondió con dureza: Corea del Sur, dijo su presidente, Lee Myung-bak, debería lanzar un "contraataque despiadado" si el Norte intenta repetir una agresión como la del pasado noviembre. Lee ordenó además a las tropas fronterizas que no relajen la vigilancia. "Habíamos pensado que la paciencia garantizaría la paz en esta tierra, pero no fue así". El Gobierno surcoreano ha sido objeto de duras críticas por su falta de respuesta a las agresiones del Norte, que el pasado marzo traspasaron la línea roja con el lanzamiento de un torpedo contra una corbeta surcoreana, que mató a 46 marineros.
Desde entonces, Corea del Sur y Estados Unidos han realizado maniobras militares de gran escala. Las de ayer han movilizado tanques, helicópteros y cazabombarderos, y Seúl ha reconocido que estaban destinadas a desplegar su capacidad de fuego.
Si bien los analistas políticos y los mercados locales han considerado las amenazas de "guerra santa" de Pyongyang como mera retórica, el riesgo de un conflicto en la península ha alcanzado el radar de los inversores internacionales. Aunque la agresividad verbal no es nueva, afirma Alastair Newton, analista financiero del banco japonés Nomura, "no hay duda de que estamos en la situación más peligrosa que ha vivido la península coreana en años".