Victoria de Rousseff obliga a la oposición brasileña a pensar en renovación
Río de Janeiro, Agencias
La victoria de Dilma Rousseff en las elecciones brasileñas obliga a la oposición a renovarse y a cambiar su estrategia para volver a conquistar a un electorado que le ha dado la espalda en las tres últimas disputas presidenciales.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cabeza visible de la oposición, empezó a pensar desde hoy en qué camino seguir para salir de la travesía del desierto que comenzó en 2002 cuando sufrió su primera derrota en la carrera por la Presidencia, a la que le siguieron las de 2006 y la de este domingo.
El presidente del PSDB, Sergio Guerra, insinuó que su partido no debe dejar para último momento la elección del candidato presidencial, como ocurrió esta vez con José Serra, derrotado ayer por Rousseff, y sugirió que en 2012 se defina el nombre del aspirante para los comicios de 2014.
"Los partidos de nuestra alianza tuvieron errores y aciertos. Eso tiene que verse con calma y tranquilidad para que, en el futuro, de aquí a dos años, tengamos un candidato de nuestro conjunto a la Presidencia", declaró Guerra a periodistas.
Para muchos analistas ese candidato tiene nombre propio y será el senador electo Aecio Neves, ex gobernador de Minas Gerais, una figura ascendente en la política nacional que está llamado a ser también la referencia del PSDB en los próximos años y, posiblemente, la cabeza de la oposición a Rousseff en el Senado.
Neves, de 50 años, y nieto de Tancredo Neves, el primer presidente civil elegido después de 21 años de dictadura militar, quien murió antes de tomar posesión, debe aglutinar alrededor de su figura el liderazgo del PSDB como quiera que la derrota de Serra, segunda en su cuenta personal, debilita al "ala paulista" del partido, que históricamente ha dominado esa formación.
Aecio Neves no aceptó ser el compañero de fórmula de Serra en estas elecciones y algunos miembros de su partido le achacan parte de la culpa de la derrota puesto que en Minas Gerais, estado en el que arrasó el 3 de octubre en las elecciones para gobernador y senador, el PSDB perdió por 16,9 puntos con Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Si Neves despunta como el líder que necesita el PSDB para las presidenciales de 2014, Serra, en cambio, vive un momento difícil pues a sus 68 años y con dos derrotas presidenciales a cuestas (2002 ante Lula y la de ayer), difícilmente logrará convencer a su partido de que le permita una tercera aspiración.
En un mensaje que envió hoy a sus seguidores por la red Twitter, Serra reiteró lo dicho anoche en el discurso en el que aceptó la derrota: que pretende seguir en la política, pero la duda es para cuál cargo se postulará en el futuro.
En su horizonte la posibilidad más inmediata sería buscar la Alcaldía de Sao Paulo, en 2012, puesto que el gobierno regional, la Cámara de Diputados o el Senado solo volverán a estar en juego dentro de cuatro años.
"Por eso, lo dije ayer y lo repito aquí: mi mensaje de despedida no es un adiós, sino un hasta luego. La lucha continúa, Viva Brasil", escribió hoy en su Twitter.
Pero más allá de la elección de un nuevo líder, el PSDB está obligado a replantarse su estrategia ante un electorado del que se ha "divorciado" a nivel nacional desde 2002, cuando Lula y el PT ganaron su primera elección presidencial, y a buscar de nuevo un espacio en el escenario político.
"El PSDB no tiene cómo ser un partido de izquierda porque el escenario de la izquierda está ocupado por el PT", dijo a Efe el analista político Alberto Carlos Almeida, director del Instituto Análise y de Ipsos Public Affairs y autor del libro "La cabeza del elector".
Según Almeida, después de ocho años de Gobierno, "Lula sigue de luna de miel con el electorado" y será difícil quitarle ese "lugar cautivo", como lo demuestra la elección ayer de Rousseff, su apadrinada, con el 56,05% de los votos.
A nivel regional, sin embargo, el PSDB mantiene una fuerte presencia, como quiera que en las elecciones de octubre fue el partido que más gobernaciones obtuvo, al imponerse en ocho de los 27 estados brasileños.
La victoria de Dilma Rousseff en las elecciones brasileñas obliga a la oposición a renovarse y a cambiar su estrategia para volver a conquistar a un electorado que le ha dado la espalda en las tres últimas disputas presidenciales.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cabeza visible de la oposición, empezó a pensar desde hoy en qué camino seguir para salir de la travesía del desierto que comenzó en 2002 cuando sufrió su primera derrota en la carrera por la Presidencia, a la que le siguieron las de 2006 y la de este domingo.
El presidente del PSDB, Sergio Guerra, insinuó que su partido no debe dejar para último momento la elección del candidato presidencial, como ocurrió esta vez con José Serra, derrotado ayer por Rousseff, y sugirió que en 2012 se defina el nombre del aspirante para los comicios de 2014.
"Los partidos de nuestra alianza tuvieron errores y aciertos. Eso tiene que verse con calma y tranquilidad para que, en el futuro, de aquí a dos años, tengamos un candidato de nuestro conjunto a la Presidencia", declaró Guerra a periodistas.
Para muchos analistas ese candidato tiene nombre propio y será el senador electo Aecio Neves, ex gobernador de Minas Gerais, una figura ascendente en la política nacional que está llamado a ser también la referencia del PSDB en los próximos años y, posiblemente, la cabeza de la oposición a Rousseff en el Senado.
Neves, de 50 años, y nieto de Tancredo Neves, el primer presidente civil elegido después de 21 años de dictadura militar, quien murió antes de tomar posesión, debe aglutinar alrededor de su figura el liderazgo del PSDB como quiera que la derrota de Serra, segunda en su cuenta personal, debilita al "ala paulista" del partido, que históricamente ha dominado esa formación.
Aecio Neves no aceptó ser el compañero de fórmula de Serra en estas elecciones y algunos miembros de su partido le achacan parte de la culpa de la derrota puesto que en Minas Gerais, estado en el que arrasó el 3 de octubre en las elecciones para gobernador y senador, el PSDB perdió por 16,9 puntos con Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Si Neves despunta como el líder que necesita el PSDB para las presidenciales de 2014, Serra, en cambio, vive un momento difícil pues a sus 68 años y con dos derrotas presidenciales a cuestas (2002 ante Lula y la de ayer), difícilmente logrará convencer a su partido de que le permita una tercera aspiración.
En un mensaje que envió hoy a sus seguidores por la red Twitter, Serra reiteró lo dicho anoche en el discurso en el que aceptó la derrota: que pretende seguir en la política, pero la duda es para cuál cargo se postulará en el futuro.
En su horizonte la posibilidad más inmediata sería buscar la Alcaldía de Sao Paulo, en 2012, puesto que el gobierno regional, la Cámara de Diputados o el Senado solo volverán a estar en juego dentro de cuatro años.
"Por eso, lo dije ayer y lo repito aquí: mi mensaje de despedida no es un adiós, sino un hasta luego. La lucha continúa, Viva Brasil", escribió hoy en su Twitter.
Pero más allá de la elección de un nuevo líder, el PSDB está obligado a replantarse su estrategia ante un electorado del que se ha "divorciado" a nivel nacional desde 2002, cuando Lula y el PT ganaron su primera elección presidencial, y a buscar de nuevo un espacio en el escenario político.
"El PSDB no tiene cómo ser un partido de izquierda porque el escenario de la izquierda está ocupado por el PT", dijo a Efe el analista político Alberto Carlos Almeida, director del Instituto Análise y de Ipsos Public Affairs y autor del libro "La cabeza del elector".
Según Almeida, después de ocho años de Gobierno, "Lula sigue de luna de miel con el electorado" y será difícil quitarle ese "lugar cautivo", como lo demuestra la elección ayer de Rousseff, su apadrinada, con el 56,05% de los votos.
A nivel regional, sin embargo, el PSDB mantiene una fuerte presencia, como quiera que en las elecciones de octubre fue el partido que más gobernaciones obtuvo, al imponerse en ocho de los 27 estados brasileños.