Portugal matiza ahora sus declaraciones sobre el "riesgo elevado" de tener que pedir ayuda financiera a la UE
Lisboa, El País
Por segunda vez en tres días un integrante del Gobierno portugués ha advertido de la vulnerable situación de la economía lusa. Este lunes ha sido el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, quien ha lanzado la voz de alarma al señalar que el riesgo de que Portugal tenga que recurrir a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener ayuda financiera de emergencia es elevado, debido al peligro creciente de contagio en los mercados financieros. "No estamos ante un problema nacional, sino que se trata de problemas de Grecia, Portugal e Irlanda", ha declarado Teixeira dos Santos al Financial Times. Poco después matizó sus palabras.
El recrudecimiento de la presión de UE sobre Irlanda, en conversaciones con Bruselas para evaluar la situación de su deuda, amenaza con agravar la delicada situación de Portugal, ha reconocido el ministro portugués. El Gobierno de Dublín niega haber solicitado la puesta en marcha de la ayuda de sus socios comunitarios. Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha negado que Bruselas esté presionando a Irlanda y Portugal para que acudan al Fondo Europeo de Estabilización Financiera. El titular de Finanzas ha precisado que los mercados miran las economías de estos tres países en conjunto, porque todos ellos están en la zona euro. "Probablemente, la mirada sería distinta si no estuviéramos en la zona euro. El riesgo de contagio podría ser menor".
Poco a poco, y a lo largo de la jornada, el ministro portugués fue rebajando sus declaraciones al diario económico. El titular de Finanzas declaró que la situación de su país es "muy distinta" a la de Irlanda y que en ningún sentido sus palabras significaban que Portugal vaya a pedir ayuda ahora a la UE. "Esta solicitud no es inminente, no hay contactos, ya sea de forma formal o informal. El resto son rumores y especulaciones", ha añadido en declaraciones a Reuters.
El peligro de inestabilidad en la zona euro fue objeto de unas polémicas declaraciones de otro miembro del Ejecutivo socialista portugués, en este caso el titular de Exteriores, Luis Amado, quien el pasado sábado dejó abierta la puerta a una eventual salida de Portugal de la zona euro si el Gobierno y el principal grupo de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), no logran un pacto para gobernar en coalición.
El Parlamento luso discute estos días artículo por artículo, los presupuestos del Estado para 2011, aprobados ya en líneas generales, que contemplan un drástico recorte en el gasto público y un aumento de dos puntos del IVA. El objetivo es reducir el déficit del 7,3% al 4,6% del PIB a finales del año próximo. El PSD dio la luz verde a la propuesta gubernamental, absteniéndose a la hora de la votación, pero no parece dispuesto a ir mucho más allá, concretamente a asumir tareas de cogobierno con los socialistas.
Dos Santos ha admitido que Portugal retrasó hasta el mes mayo las medidas de austeridad porque estaba centrado en restaurar el crecimiento en su estancada economía. Además, ha recordado que aunque sus propuestas presupuestarias fueron recibidas de forma positiva por los mercados, luego "la situación se dio la vuelta por la incertidumbre en torno al mecanismo permanente para hacer frente a los rescates". "Estamos como futbolistas corriendo hacia la meta y listos para tirar a puerta, pero alguien nos hace una falta... y esta vez no hay penalti", ha afirmado.
Este lunes, en medio de la expectación de un eventual rescate de Irlanda, la prima de riesgo que Portugal debe pagar a los inversores para que compren sus bonos en lugar de los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha suavizado el repunte de la pasada semana, cuando marcó un récord desde su entrada en el euro. Aunque ha amagado con volver a subir a mediodía, cuando se han dado a conocer las declaraciones de Dos Santos, luego ha regresado a la tendencia a la baja gracias a que los inversores han vuelto a comprar bonos lusos por la tarde.
Esta reacción de los mercados, en línea con la que está siguiendo la deuda irlandesa, se explica por el compromiso lanzado por las principales potencias europeas en el G-20 durante este fin de semana. Desde Seúl, Alemania, Francia, Italia y España aseguraron que ni los plazos ni las rentabilidades comprometidas por los países que recurran al fondo de 750.000 millones puesto en marcha tras la crisis de Grecia se verán modificados por solicitar la ayuda.
Por segunda vez en tres días un integrante del Gobierno portugués ha advertido de la vulnerable situación de la economía lusa. Este lunes ha sido el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, quien ha lanzado la voz de alarma al señalar que el riesgo de que Portugal tenga que recurrir a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener ayuda financiera de emergencia es elevado, debido al peligro creciente de contagio en los mercados financieros. "No estamos ante un problema nacional, sino que se trata de problemas de Grecia, Portugal e Irlanda", ha declarado Teixeira dos Santos al Financial Times. Poco después matizó sus palabras.
El recrudecimiento de la presión de UE sobre Irlanda, en conversaciones con Bruselas para evaluar la situación de su deuda, amenaza con agravar la delicada situación de Portugal, ha reconocido el ministro portugués. El Gobierno de Dublín niega haber solicitado la puesta en marcha de la ayuda de sus socios comunitarios. Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha negado que Bruselas esté presionando a Irlanda y Portugal para que acudan al Fondo Europeo de Estabilización Financiera. El titular de Finanzas ha precisado que los mercados miran las economías de estos tres países en conjunto, porque todos ellos están en la zona euro. "Probablemente, la mirada sería distinta si no estuviéramos en la zona euro. El riesgo de contagio podría ser menor".
Poco a poco, y a lo largo de la jornada, el ministro portugués fue rebajando sus declaraciones al diario económico. El titular de Finanzas declaró que la situación de su país es "muy distinta" a la de Irlanda y que en ningún sentido sus palabras significaban que Portugal vaya a pedir ayuda ahora a la UE. "Esta solicitud no es inminente, no hay contactos, ya sea de forma formal o informal. El resto son rumores y especulaciones", ha añadido en declaraciones a Reuters.
El peligro de inestabilidad en la zona euro fue objeto de unas polémicas declaraciones de otro miembro del Ejecutivo socialista portugués, en este caso el titular de Exteriores, Luis Amado, quien el pasado sábado dejó abierta la puerta a una eventual salida de Portugal de la zona euro si el Gobierno y el principal grupo de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), no logran un pacto para gobernar en coalición.
El Parlamento luso discute estos días artículo por artículo, los presupuestos del Estado para 2011, aprobados ya en líneas generales, que contemplan un drástico recorte en el gasto público y un aumento de dos puntos del IVA. El objetivo es reducir el déficit del 7,3% al 4,6% del PIB a finales del año próximo. El PSD dio la luz verde a la propuesta gubernamental, absteniéndose a la hora de la votación, pero no parece dispuesto a ir mucho más allá, concretamente a asumir tareas de cogobierno con los socialistas.
Dos Santos ha admitido que Portugal retrasó hasta el mes mayo las medidas de austeridad porque estaba centrado en restaurar el crecimiento en su estancada economía. Además, ha recordado que aunque sus propuestas presupuestarias fueron recibidas de forma positiva por los mercados, luego "la situación se dio la vuelta por la incertidumbre en torno al mecanismo permanente para hacer frente a los rescates". "Estamos como futbolistas corriendo hacia la meta y listos para tirar a puerta, pero alguien nos hace una falta... y esta vez no hay penalti", ha afirmado.
Este lunes, en medio de la expectación de un eventual rescate de Irlanda, la prima de riesgo que Portugal debe pagar a los inversores para que compren sus bonos en lugar de los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha suavizado el repunte de la pasada semana, cuando marcó un récord desde su entrada en el euro. Aunque ha amagado con volver a subir a mediodía, cuando se han dado a conocer las declaraciones de Dos Santos, luego ha regresado a la tendencia a la baja gracias a que los inversores han vuelto a comprar bonos lusos por la tarde.
Esta reacción de los mercados, en línea con la que está siguiendo la deuda irlandesa, se explica por el compromiso lanzado por las principales potencias europeas en el G-20 durante este fin de semana. Desde Seúl, Alemania, Francia, Italia y España aseguraron que ni los plazos ni las rentabilidades comprometidas por los países que recurran al fondo de 750.000 millones puesto en marcha tras la crisis de Grecia se verán modificados por solicitar la ayuda.