La reforma financiera impulsada por el G-20 encalla en la gran banca
Seúl, El País
Seúl, la capital de Corea del Sur, ultima los preparativos para convertirse, hoy y mañana, en la capital del G-20, el foro de países ricos y emergentes que asumió la coordinación de la respuesta contra la crisis económica. Con la llegada de los líderes mundiales, afloja la escalada de declaraciones sobre las medidas adoptadas por varios países para manipular o influir en el tipo de cambio de su moneda. Será el asunto más controvertido en la agenda de la quinta cumbre del G-20, pero no el único. En el flanco de la reforma financiera, es la gran banca la que suscita ahora el mayor debate.
El Foro de Estabilidad Financiera llega a la cita de Seúl con parte de los deberes hechos. El empuje de este organismo, al que el G-20 encomendó la reforma del sector financiero, propició que los bancos centrales acordaran, hace más de un mes, nuevas reglas de solvencia para la banca, a la que obligarán (en cómodos plazos, no será totalmente aplicable hasta 2019) a reservar más capital y a aumentar su liquidez. Pero el Foro también admitió que el debate sobre como endurecer esos requisitos en el caso de las "entidades sistémicas", las que, en su caída, pueden arrastrar al resto del sistema, está aún verde.
Los bancos centrales se han dado hasta mediados de 2011 para establecer esos nuevos requisitos, pero el Foro de Estabilidad Financiera presentará en Seúl un informe que guiará la fase definitiva de este proceso. En la reunión del comité de Basilea, a finales de septiembre, ya se anticipó que habría una doble vara de medir, según si una entidad es relevante para las finanzas mundiales o si solo es determinante en el sector financiero de cada país. Según apuntó ayer el diario The Financial Times, las delegaciones apuestan por incluir la presencia internacional como criterio clave para ser incluido en la primera categoría, lo que dejaría fuera a los grandes bancos chinos y japoneses.
Para esa reducida lista de bancos con relevancia mundial, en la que los medios financieros tienden a colocar a Santander y BBVA, los bancos centrales debaten la aplicación obligatoria de requisitos adicionales, como reservas de capital superiores o mecanismos para convertir sus títulos de deuda en capital en situaciones críticas, lo que llevaría a sus acreedores a soportar parte de las posibles pérdidas. No está claro, sin embargo, si habrá una receta similar para las entidades con relevancia nacional o si se dejará al supervisor de cada país que desarrolle su propio remedio.
Para arrojar luz en este intrincado asunto habrá que esperar al comunicado final de la cumbre. Sí puede haber pistas antes sobre qué ocurrirá con el duro debate sobre las devaluaciones competitivas. El presidente de EE UU, Barack Obama, se entrevistará hoy con el presidente chino, Hu Jintao, y con la canciller alemana, Angela Merkel, en dos encuentros bilaterales que marcarán la discusión. Alemania y China han coincidido en sus críticas a la política monetaria de EE UU, tras la decisión de la Reserva Federal de inyectar otros 420.000 millones en los bancos mediante la compra de títulos de deuda pública. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, relativizó ayer esos reproches: "Hay un mundo de diferencia entre que el mercado fije el tipo de cambio de una moneda tras una medida, y que se intervenga de forma deliberada para manipular el tipo de cambio".
Antes de la cena que da inicio a la cumbre, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, asistirá en Seúl a un foro empresarial y visitará el Parlamento coreano y la Universidad de la ciudad.
Seúl, la capital de Corea del Sur, ultima los preparativos para convertirse, hoy y mañana, en la capital del G-20, el foro de países ricos y emergentes que asumió la coordinación de la respuesta contra la crisis económica. Con la llegada de los líderes mundiales, afloja la escalada de declaraciones sobre las medidas adoptadas por varios países para manipular o influir en el tipo de cambio de su moneda. Será el asunto más controvertido en la agenda de la quinta cumbre del G-20, pero no el único. En el flanco de la reforma financiera, es la gran banca la que suscita ahora el mayor debate.
El Foro de Estabilidad Financiera llega a la cita de Seúl con parte de los deberes hechos. El empuje de este organismo, al que el G-20 encomendó la reforma del sector financiero, propició que los bancos centrales acordaran, hace más de un mes, nuevas reglas de solvencia para la banca, a la que obligarán (en cómodos plazos, no será totalmente aplicable hasta 2019) a reservar más capital y a aumentar su liquidez. Pero el Foro también admitió que el debate sobre como endurecer esos requisitos en el caso de las "entidades sistémicas", las que, en su caída, pueden arrastrar al resto del sistema, está aún verde.
Los bancos centrales se han dado hasta mediados de 2011 para establecer esos nuevos requisitos, pero el Foro de Estabilidad Financiera presentará en Seúl un informe que guiará la fase definitiva de este proceso. En la reunión del comité de Basilea, a finales de septiembre, ya se anticipó que habría una doble vara de medir, según si una entidad es relevante para las finanzas mundiales o si solo es determinante en el sector financiero de cada país. Según apuntó ayer el diario The Financial Times, las delegaciones apuestan por incluir la presencia internacional como criterio clave para ser incluido en la primera categoría, lo que dejaría fuera a los grandes bancos chinos y japoneses.
Para esa reducida lista de bancos con relevancia mundial, en la que los medios financieros tienden a colocar a Santander y BBVA, los bancos centrales debaten la aplicación obligatoria de requisitos adicionales, como reservas de capital superiores o mecanismos para convertir sus títulos de deuda en capital en situaciones críticas, lo que llevaría a sus acreedores a soportar parte de las posibles pérdidas. No está claro, sin embargo, si habrá una receta similar para las entidades con relevancia nacional o si se dejará al supervisor de cada país que desarrolle su propio remedio.
Para arrojar luz en este intrincado asunto habrá que esperar al comunicado final de la cumbre. Sí puede haber pistas antes sobre qué ocurrirá con el duro debate sobre las devaluaciones competitivas. El presidente de EE UU, Barack Obama, se entrevistará hoy con el presidente chino, Hu Jintao, y con la canciller alemana, Angela Merkel, en dos encuentros bilaterales que marcarán la discusión. Alemania y China han coincidido en sus críticas a la política monetaria de EE UU, tras la decisión de la Reserva Federal de inyectar otros 420.000 millones en los bancos mediante la compra de títulos de deuda pública. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, relativizó ayer esos reproches: "Hay un mundo de diferencia entre que el mercado fije el tipo de cambio de una moneda tras una medida, y que se intervenga de forma deliberada para manipular el tipo de cambio".
Antes de la cena que da inicio a la cumbre, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, asistirá en Seúl a un foro empresarial y visitará el Parlamento coreano y la Universidad de la ciudad.