El Tea Party se abre paso en el Congreso de Estados Unidos
Washington, Agencias
El movimiento ultraconservador Tea Party logró hoy abrirse paso en el Congreso de Estados Unidos con la elección de sus candidatos estrella y consolidarse como una influencia a tener en cuenta en las elecciones presidenciales de 2012.
"Tengo un mensaje: vamos a devolver el Gobierno al pueblo", dijo hoy pletórico Rand Paul, el candidato a senador por Kentucky que abrazó el movimiento ultraconservador desde sus orígenes y que logró ganar el acceso a la Cámara Alta.
Paul y el flamante senador por Florida, el cubanoamericano Marco Rubio, son las dos grandes estrellas del Tea Party que han logrado convertirse en representantes del pueblo en la Cámara Alta estadounidense.
Estas dos victorias en el Senado parecen ser un anticipo de lo que puede ocurrir en la Cámara de Representantes, a partir de ahora controlada por los republicanos y donde el Tea Party respaldaba a 129 candidatos.
Algunos de los favoritos del Tea Party ya se han asegurado su escaño en la Cámara, como Dan Coats, de Indiana, o el senador Jim DeMint, simpatizante del movimiento ultraconservador, que hoy pudo asegurarse un segundo mandato.
Marco Rubio, de 39 años, al que algunos consideran ya la gran esperanza republicana para las elecciones presidenciales de 2012, se dirigió esta noche a sus simpatizantes para avanzar que, desde su puesto de senador, exigirá "al partido republicano que regrese a sus principios, a los que abrazaba hace no mucho tiempo".
Rand Paul, un cirujano ocular de 47 años que protagonizó una campaña con declaraciones polémicas y que llegó a acusar al presidente Barack Obama de ser "antiamericano" por culpar a la petrolera BP del vertido en el Golfo de México, prometió en su discurso llevar a Washington la austeridad fiscal que siempre ha defendido.
Fuera del Senado se quedó la pintoresca Christine O'Donnell, que logró ganar las primarias republicanas por Delaware y que, tras una campaña marcada por su confesión de coqueteo con la brujería, no logró llegar al Senado.
"Muchos de nosotros no hemos ganado, pero el sistema político ya no será el mismo. El partido republicano ya nunca será el mismo. Nuestras voces han sido escuchadas y no vamos a estar callados", dijo O'Donnell esta noche a sus votantes.
"Estamos sólo al principio. Queda mucho por hacer", dijo la candidata, augurando una larga vida al Tea Party.
Sarah Palin, la ex candidata republicana a la vicepresidencia y una de las madrinas de O'Donnell, lamentó su derrota al afirmar, a la cadena Fox News, que "es decepcionante que no haya ganado alguien que quería sacudir el sistema".
La principal incertidumbre en la noche electoral es Sharron Angle, la candidata de Nevada que decidió apuntar más alto al querer arrebatar el escaño al líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y de la que se desconoce todavía si ha logrado finalmente su objetivo. A esta hora no se poseen todavía resultados.
La contienda, desde luego, está muy cerrada en ese estado, en el que se ha volcado la Casa Blanca apoyando a Reid.
El Tea Party irrumpió con fuerza en las elecciones de este año con sus fuertes críticas al despilfarro del Gobierno de Barack Obama y a la intervención gubernamental en sectores como la economía y la sanidad.
Los simpatizantes de este movimiento tienen como elementos comunes su defensa de los recortes de impuestos, la poca intervención estatal y la austeridad en el gasto, y si bien critican la política del Gobierno de Barack Obama, también son críticos con las que desarrolló su antecesor, George W. Bush.
El nuevo senador Rand Paul llegó a decir que el Medicare -el sistema sanitario que cubre a los ancianos y jubilados- es un sistema "socialista", en tanto que Sharron Angle pidió que sea cubierto por empresas privadas.
A través de sus movimientos de base, como el Tea Party Express o el Tea Party Nation, esta red de organizaciones dio su apoyo expreso a los candidatos que coincidían con sus ideas, pero también plantó cara a los republicanos que no comulgaban con ellas.
Así, durante el proceso de primarias, los candidatos del Tea Party lograron desbancar a políticos republicanos consolidados en Alaska y Utah y colocó a sus elegidos en Nevada y Delaware.
El movimiento ultraconservador Tea Party logró hoy abrirse paso en el Congreso de Estados Unidos con la elección de sus candidatos estrella y consolidarse como una influencia a tener en cuenta en las elecciones presidenciales de 2012.
"Tengo un mensaje: vamos a devolver el Gobierno al pueblo", dijo hoy pletórico Rand Paul, el candidato a senador por Kentucky que abrazó el movimiento ultraconservador desde sus orígenes y que logró ganar el acceso a la Cámara Alta.
Paul y el flamante senador por Florida, el cubanoamericano Marco Rubio, son las dos grandes estrellas del Tea Party que han logrado convertirse en representantes del pueblo en la Cámara Alta estadounidense.
Estas dos victorias en el Senado parecen ser un anticipo de lo que puede ocurrir en la Cámara de Representantes, a partir de ahora controlada por los republicanos y donde el Tea Party respaldaba a 129 candidatos.
Algunos de los favoritos del Tea Party ya se han asegurado su escaño en la Cámara, como Dan Coats, de Indiana, o el senador Jim DeMint, simpatizante del movimiento ultraconservador, que hoy pudo asegurarse un segundo mandato.
Marco Rubio, de 39 años, al que algunos consideran ya la gran esperanza republicana para las elecciones presidenciales de 2012, se dirigió esta noche a sus simpatizantes para avanzar que, desde su puesto de senador, exigirá "al partido republicano que regrese a sus principios, a los que abrazaba hace no mucho tiempo".
Rand Paul, un cirujano ocular de 47 años que protagonizó una campaña con declaraciones polémicas y que llegó a acusar al presidente Barack Obama de ser "antiamericano" por culpar a la petrolera BP del vertido en el Golfo de México, prometió en su discurso llevar a Washington la austeridad fiscal que siempre ha defendido.
Fuera del Senado se quedó la pintoresca Christine O'Donnell, que logró ganar las primarias republicanas por Delaware y que, tras una campaña marcada por su confesión de coqueteo con la brujería, no logró llegar al Senado.
"Muchos de nosotros no hemos ganado, pero el sistema político ya no será el mismo. El partido republicano ya nunca será el mismo. Nuestras voces han sido escuchadas y no vamos a estar callados", dijo O'Donnell esta noche a sus votantes.
"Estamos sólo al principio. Queda mucho por hacer", dijo la candidata, augurando una larga vida al Tea Party.
Sarah Palin, la ex candidata republicana a la vicepresidencia y una de las madrinas de O'Donnell, lamentó su derrota al afirmar, a la cadena Fox News, que "es decepcionante que no haya ganado alguien que quería sacudir el sistema".
La principal incertidumbre en la noche electoral es Sharron Angle, la candidata de Nevada que decidió apuntar más alto al querer arrebatar el escaño al líder demócrata en el Senado, Harry Reid, y de la que se desconoce todavía si ha logrado finalmente su objetivo. A esta hora no se poseen todavía resultados.
La contienda, desde luego, está muy cerrada en ese estado, en el que se ha volcado la Casa Blanca apoyando a Reid.
El Tea Party irrumpió con fuerza en las elecciones de este año con sus fuertes críticas al despilfarro del Gobierno de Barack Obama y a la intervención gubernamental en sectores como la economía y la sanidad.
Los simpatizantes de este movimiento tienen como elementos comunes su defensa de los recortes de impuestos, la poca intervención estatal y la austeridad en el gasto, y si bien critican la política del Gobierno de Barack Obama, también son críticos con las que desarrolló su antecesor, George W. Bush.
El nuevo senador Rand Paul llegó a decir que el Medicare -el sistema sanitario que cubre a los ancianos y jubilados- es un sistema "socialista", en tanto que Sharron Angle pidió que sea cubierto por empresas privadas.
A través de sus movimientos de base, como el Tea Party Express o el Tea Party Nation, esta red de organizaciones dio su apoyo expreso a los candidatos que coincidían con sus ideas, pero también plantó cara a los republicanos que no comulgaban con ellas.
Así, durante el proceso de primarias, los candidatos del Tea Party lograron desbancar a políticos republicanos consolidados en Alaska y Utah y colocó a sus elegidos en Nevada y Delaware.