El Consejo de Seguridad se pronuncia con cautela sobre la crisis del Sahara
Naciones Unidas, Agencias
El Consejo de Seguridad de la ONU se pronunció ayer con cautela sobre la crisis que atraviesa el Sahara Occidental, con una declaración en la que "deplora" la violencia que sacudió la semana pasada la ex colonia española.
Esa declaración fue la fórmula de consenso que alcanzaron los quince miembros del máximo órgano de seguridad de Naciones Unidas tras una reunión a puerta cerrada que mantuvieron durante dos horas para estudiar la situación que se vive en el territorio desde los incidentes del pasado 8 de noviembre.
En declaraciones a la prensa por parte del presidente de turno del Consejo, el embajador británico Mark Lyall Grant, el Consejo reiteró su apoyo a la misión de la ONU en el Sahara (Minurso) y a las gestiones del enviado especial del organismo para el territorio, Cristopher Ross.
Asimismo, pidió "mayor voluntad política" a Marruecos y al Frente Polisario para encontrar una solución al conflicto a través del proceso de negociación que auspicia Naciones Unidas.
En la reunión, las delegaciones escucharon un informe del secretario general adjunto de la ONU para Operaciones de Paz, Atul Kharé, sobre el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik y las posteriores protestas en El Aaiún.
Además, Ross les explicó el resultado de la reunión informal que las partes celebraron en las afueras de Nueva York la semana pasada, en la que se comprometieron a proseguir el diálogo.
El contenido del mensaje del Consejo de Seguridad supo a poco para algunos de sus miembros, como Uganda, que secundaban la petición del Polisario de que se envie una comisión de investigación de la ONU a El Aaiún.
"Nos encantaría saber lo que sucedió, porque lo único seguro es que hay un baile de cifras según el periódico que se lea o la radio que se escuche", afirmó el embajador ugandés, Ruhakana Rugunda.
Fuentes diplomáticas explicaron a Efe que algunas delegaciones, entre ellas Francia, se opusieron a cualquier investigación o pronunciamiento por parte del Consejo, pero acabaron aceptando que se lamente de forma general el episodio de violencia.
Esas mismas fuentes señalaron que Kharé corroboró en su intervención que las autoridades marroquíes restringieron la libertad de movimiento de los "cascos azules" durante los sucesos del 8 de noviembre.
El embajador de Marruecos ante la ONU, Mohammad Loulichki, aseguró a la salida de la reunión que su país colaboró en todo momento con la misión de paz de Naciones Unidas e informó puntualmente de las acciones de sus fuerzas de seguridad.
"Valoramos positivamente el contenido de la declaración, así como las condolencias expresadas por todos los miembros del Consejo de Seguridad a las familias de las víctimas", dijo a Efe el diplomático marroquí.
En su opinión, la "masacre" de una decena de agentes a manos de los manifestantes saharauis demuestra que no fueron las fuerzas del orden marroquíes las que instigaron a la violencia.
"Ha quedado claro que las fuerzas marroquíes actuaron con la máximo contención y que las autoridades dieron órdenes de que no se produjeran víctimas", agregó.
En cambio, para el representante del Polisario ante la ONU, Ahmed Bujari, las palabras de Grant son un reconocimiento de que "se empleó la violencia en contra de la población civil".
Añadió que la posición del Consejo se puede ver como un "un vaso medio lleno o medio vacío", ya que rechazó encargar la investigación que pedía el movimiento independentista.
Otra petición que rechazó el Consejo de Seguridad fue la de agregar un componente de derechos humanos al mandato de la Minurso, tal como piden Polisario, algunos países y organizaciones de derechos humanos.
El portavoz de Human Rights Watch (HRW), Philippe Bolopion, aseguró que la misión de paz se encontró "ciega" cuando se produjeron los incidentes porque carece de autoridad y recursos para vigilar el respeto de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
"La ONU tiene, además, una obligación particular para proteger los derechos humanos de los residentes del Sahara Occidental, ya que lo considera un 'territorio sin autogobierno' y no reconoce la soberanía marroquí", agregó.
En cuanto a las diferentes cifras de víctimas que se han barajado en los últimos días, HRW señaló que el investigador que han enviado a la zona ha podido confirmar hasta la fecha la muerte de dos civiles y la detención de un centenar de saharauis.
Rabat reconoce trece víctimas mortales (once agentes y dos civiles saharauis), mientras que el Polisario cifra en 36 los muertos y en 700 los heridos.
El Consejo de Seguridad de la ONU se pronunció ayer con cautela sobre la crisis que atraviesa el Sahara Occidental, con una declaración en la que "deplora" la violencia que sacudió la semana pasada la ex colonia española.
Esa declaración fue la fórmula de consenso que alcanzaron los quince miembros del máximo órgano de seguridad de Naciones Unidas tras una reunión a puerta cerrada que mantuvieron durante dos horas para estudiar la situación que se vive en el territorio desde los incidentes del pasado 8 de noviembre.
En declaraciones a la prensa por parte del presidente de turno del Consejo, el embajador británico Mark Lyall Grant, el Consejo reiteró su apoyo a la misión de la ONU en el Sahara (Minurso) y a las gestiones del enviado especial del organismo para el territorio, Cristopher Ross.
Asimismo, pidió "mayor voluntad política" a Marruecos y al Frente Polisario para encontrar una solución al conflicto a través del proceso de negociación que auspicia Naciones Unidas.
En la reunión, las delegaciones escucharon un informe del secretario general adjunto de la ONU para Operaciones de Paz, Atul Kharé, sobre el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik y las posteriores protestas en El Aaiún.
Además, Ross les explicó el resultado de la reunión informal que las partes celebraron en las afueras de Nueva York la semana pasada, en la que se comprometieron a proseguir el diálogo.
El contenido del mensaje del Consejo de Seguridad supo a poco para algunos de sus miembros, como Uganda, que secundaban la petición del Polisario de que se envie una comisión de investigación de la ONU a El Aaiún.
"Nos encantaría saber lo que sucedió, porque lo único seguro es que hay un baile de cifras según el periódico que se lea o la radio que se escuche", afirmó el embajador ugandés, Ruhakana Rugunda.
Fuentes diplomáticas explicaron a Efe que algunas delegaciones, entre ellas Francia, se opusieron a cualquier investigación o pronunciamiento por parte del Consejo, pero acabaron aceptando que se lamente de forma general el episodio de violencia.
Esas mismas fuentes señalaron que Kharé corroboró en su intervención que las autoridades marroquíes restringieron la libertad de movimiento de los "cascos azules" durante los sucesos del 8 de noviembre.
El embajador de Marruecos ante la ONU, Mohammad Loulichki, aseguró a la salida de la reunión que su país colaboró en todo momento con la misión de paz de Naciones Unidas e informó puntualmente de las acciones de sus fuerzas de seguridad.
"Valoramos positivamente el contenido de la declaración, así como las condolencias expresadas por todos los miembros del Consejo de Seguridad a las familias de las víctimas", dijo a Efe el diplomático marroquí.
En su opinión, la "masacre" de una decena de agentes a manos de los manifestantes saharauis demuestra que no fueron las fuerzas del orden marroquíes las que instigaron a la violencia.
"Ha quedado claro que las fuerzas marroquíes actuaron con la máximo contención y que las autoridades dieron órdenes de que no se produjeran víctimas", agregó.
En cambio, para el representante del Polisario ante la ONU, Ahmed Bujari, las palabras de Grant son un reconocimiento de que "se empleó la violencia en contra de la población civil".
Añadió que la posición del Consejo se puede ver como un "un vaso medio lleno o medio vacío", ya que rechazó encargar la investigación que pedía el movimiento independentista.
Otra petición que rechazó el Consejo de Seguridad fue la de agregar un componente de derechos humanos al mandato de la Minurso, tal como piden Polisario, algunos países y organizaciones de derechos humanos.
El portavoz de Human Rights Watch (HRW), Philippe Bolopion, aseguró que la misión de paz se encontró "ciega" cuando se produjeron los incidentes porque carece de autoridad y recursos para vigilar el respeto de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
"La ONU tiene, además, una obligación particular para proteger los derechos humanos de los residentes del Sahara Occidental, ya que lo considera un 'territorio sin autogobierno' y no reconoce la soberanía marroquí", agregó.
En cuanto a las diferentes cifras de víctimas que se han barajado en los últimos días, HRW señaló que el investigador que han enviado a la zona ha podido confirmar hasta la fecha la muerte de dos civiles y la detención de un centenar de saharauis.
Rabat reconoce trece víctimas mortales (once agentes y dos civiles saharauis), mientras que el Polisario cifra en 36 los muertos y en 700 los heridos.