Conflicto Nicaragua-Costa Rica pasa a La Haya
Por Alfredo G. Pierrat, PL
La controvertida participación de la OEA en el conflicto desatado por Costa Rica contra Nicaragua parece haber perdido el poco sentido que siempre tuvo y seguirá en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La Organización de Estados Americanos (OEA), a la que el gobierno tico acudió con el evidente interés de politizar las diferencias con su vecino del norte, mostró su total incapacidad para mediar en un problema para el que, además, carece de competencia, y el tema pasará ahora a la CIJ, por donde se debió comenzar.
El pasado 3 de noviembre, en una comparecencia ante la prensa nacional y extranjera, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, descalificó la decisión costarricense de involucrar a la OEA en el diferendo, porque -dijo- no tiene jurisdicción alguna en asuntos fronterizos, y anunció que Nicaragua acudiría a la CIJ en busca de una solución definitiva.
Posteriormente, en una decisión considerada aquí amañada y parcial, el Comité Permanente de esa entidad hemisférica emitió una declaración claramente favorable al gobierno de la presidenta Laura Chinchilla, que Nicaragua rechazó, al tiempo que anunció la decisión de no volver a tratar el tema en ese organismo.
Nicaragua también ignoró la aprobación de la convocatoria para el 7 de diciembre próximo de una reunión de cancilleres de la OEA decidida posteriormente a solicitud de Costa Rica, en un debate al que, incluso, no asistió la representación nicaragüense.
En lo que parece una variación de su estrategia, San José demandó el pasado jueves a Managua ante la CIJ por supuestos daños ambientales provocados a su territorio por los trabajos de dragado del río San Juan, que pertenece a Nicaragua y que en un extenso tramo de su recorrido sirve de frontera entre los dos países.
Algunos analistas de la prensa nicaragüense calificaron esa acción de un intento de lograr que la CIJ emita una medida cautelar contra Nicaragua para paralizar el dragado del río, que, a su juicio, es la verdadera manzana de la discordia.
Las autoridades nicaragüenses, por su parte, anunciaron la decisión de preparar a su vez una demanda contra Costa Rica en La Haya y anoche el presidente Ortega aseguró que el próximo lunes se reunirá con los representantes de todos los poderes del Estado para exponerles los planteamientos que el país llevará a la OIJ.
El gobierno se tomará todo el tiempo necesario para preparar una demanda con argumentos jurídicos que demuestren que Nicaragua siempre ha tenido la razón en lo referido al tema del río San Juan, dijo el mandatario en declaraciones a la radio y la televisión de esta capital.
"Nosotros no hemos variado nuestra posición de que hay que ir a la Corte a denunciar la actitud de Costa Rica, y a reclamar nuestro derecho de navegar por el río Colorado en tanto se logra abrir la desembocadura del Río San Juan de Nicaragua", indicó.
Ortega no precisó cuando será presentada la demanda nicaragüense, ya que lo importante -dijo- es preparar la documentación correspondiente del caso.
La controvertida participación de la OEA en el conflicto desatado por Costa Rica contra Nicaragua parece haber perdido el poco sentido que siempre tuvo y seguirá en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La Organización de Estados Americanos (OEA), a la que el gobierno tico acudió con el evidente interés de politizar las diferencias con su vecino del norte, mostró su total incapacidad para mediar en un problema para el que, además, carece de competencia, y el tema pasará ahora a la CIJ, por donde se debió comenzar.
El pasado 3 de noviembre, en una comparecencia ante la prensa nacional y extranjera, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, descalificó la decisión costarricense de involucrar a la OEA en el diferendo, porque -dijo- no tiene jurisdicción alguna en asuntos fronterizos, y anunció que Nicaragua acudiría a la CIJ en busca de una solución definitiva.
Posteriormente, en una decisión considerada aquí amañada y parcial, el Comité Permanente de esa entidad hemisférica emitió una declaración claramente favorable al gobierno de la presidenta Laura Chinchilla, que Nicaragua rechazó, al tiempo que anunció la decisión de no volver a tratar el tema en ese organismo.
Nicaragua también ignoró la aprobación de la convocatoria para el 7 de diciembre próximo de una reunión de cancilleres de la OEA decidida posteriormente a solicitud de Costa Rica, en un debate al que, incluso, no asistió la representación nicaragüense.
En lo que parece una variación de su estrategia, San José demandó el pasado jueves a Managua ante la CIJ por supuestos daños ambientales provocados a su territorio por los trabajos de dragado del río San Juan, que pertenece a Nicaragua y que en un extenso tramo de su recorrido sirve de frontera entre los dos países.
Algunos analistas de la prensa nicaragüense calificaron esa acción de un intento de lograr que la CIJ emita una medida cautelar contra Nicaragua para paralizar el dragado del río, que, a su juicio, es la verdadera manzana de la discordia.
Las autoridades nicaragüenses, por su parte, anunciaron la decisión de preparar a su vez una demanda contra Costa Rica en La Haya y anoche el presidente Ortega aseguró que el próximo lunes se reunirá con los representantes de todos los poderes del Estado para exponerles los planteamientos que el país llevará a la OIJ.
El gobierno se tomará todo el tiempo necesario para preparar una demanda con argumentos jurídicos que demuestren que Nicaragua siempre ha tenido la razón en lo referido al tema del río San Juan, dijo el mandatario en declaraciones a la radio y la televisión de esta capital.
"Nosotros no hemos variado nuestra posición de que hay que ir a la Corte a denunciar la actitud de Costa Rica, y a reclamar nuestro derecho de navegar por el río Colorado en tanto se logra abrir la desembocadura del Río San Juan de Nicaragua", indicó.
Ortega no precisó cuando será presentada la demanda nicaragüense, ya que lo importante -dijo- es preparar la documentación correspondiente del caso.