Bush reaparece "por poco tiempo"
Fernando Peinado, BBC Mundo, Miami
El ex presidente de Estados Unidos George W. Bush vio desde las ventanas tintadas de su auto las pancartas que este domingo en Miami le señalaban como criminal de guerra.
Pero quizás no tuvo tiempo para leer el mensaje.
Su todoterreno blindado pasó fugazmente por la bocacalle donde unos 50 manifestantes esperaban desde hacía dos horas a que terminara de hablar sobre su libro "Decision Points" en la universidad Miami Dade College.
"Lo vi saludándonos con una sonrisa detrás del vidrio del asiento trasero", dijo atónita una de las participantes en la protesta.
Bush no ha aparecido mucho en público desde que cedió hace casi dos años la Oficina Oval a Barack Obama.
Ha pasado la mayor parte del tiempo en su casa de Dallas y, a lo sumo, se ha dejado ver por el estadio de béisbol del equipo local, los Texas Rangers.
Pero, desde hace una semana, el ex presidente que abandonó su cargo con apenas un 20% de popularidad, recorre el país para promocionar su libro de memorias.
En "Decision Points" (Momentos Decisivos), Bush defiende sus decisiones más polémicas, entre ellas la invasión de Irak o las prácticas extremas de interrogatorio como la simulación de ahogamiento.
Se reabre el debate
Su reaparición ha servido para que los estadounidenses vuelvan a debatir sobre los años en que gobernó, de 2001 a 2009.
Y el efecto parece haberle favorecido. Un reciente sondeo de Gallup indica que su imagen pública ha repuntado hasta el 45%.
En el acto de la universidad de Miami fue ovacionado por unos 700 simpatizantes que pagaron US$40 dólares por la entrada y a cambio recibieron un ejemplar autografiado.
Cuando salieron, con el libro bajo el brazo, fueron increpados y abucheados por los mismos manifestantes que acababan de ver pasar el auto en que supuestamente viajaba Bush.
"¡Qué vergüenza comprar el libro de un criminal de guerra!".
Algunos partidarios de Bush se encararon con los participantes en la protesta. "¡Aprendan historia, ignorantes!", replicó uno.
Otros reaccionaron con una sonrisa, y una mujer de mediana edad que asistió a la conferencia con su hija de unos diez años incluso tomó uno de los panfletos rosas que repartían los manifestantes anti-Bush.
"Lo usaré como marcapáginas", aseguró, guardándolo dentro de su libro recién comprado.
Público simpatizante
Los críticos de Bush aprovechan su vuelta a escena para relanzar las causas por las que miles de personas salieron a la calle a protestar cuando aún era presidente.
La ONG Codepink recoge firmas y recauda fondos para que él y otros miembros de su gobierno rindan cuentas ante la justicia.
Y, en su última campaña, pide a los estadounidenses que acudan a las librerías para reubicar el libro de Bush en la sección de novela criminal.
Jodie Evans, la activista de 56 años que fundó Codepink en 2002, dijo que voló desde Los Ángeles a Miami solo para manifestarse a las puertas del auditorio donde se celebró el acto. Aseguró que había intentado comprar la entrada el día que se abrió la taquilla online, pero que estas nunca se pusieron a disposición del público.
"Desde el primer minuto, apareció un mensaje en la web que informaba que las entradas estaban agotadas", afirmó Evans. "Las repartieron entre sus simpatizantes. No quieren que Bush se enfrente con gente real".
En varios foros de Internet usuarios que querían haber asistido al evento tenían la misma queja.
En principio, tanto partidarios como detractores tendrán pocas oportunidades más para aplaudir o abuchear al ex presidente.
Bush declaró antes de comenzar su gira que no tiene ningún deseo de permanecer en el candelero: "Voy a emerger a la superficie para luego sumergirme otra vez".
El ex presidente de Estados Unidos George W. Bush vio desde las ventanas tintadas de su auto las pancartas que este domingo en Miami le señalaban como criminal de guerra.
Pero quizás no tuvo tiempo para leer el mensaje.
Su todoterreno blindado pasó fugazmente por la bocacalle donde unos 50 manifestantes esperaban desde hacía dos horas a que terminara de hablar sobre su libro "Decision Points" en la universidad Miami Dade College.
"Lo vi saludándonos con una sonrisa detrás del vidrio del asiento trasero", dijo atónita una de las participantes en la protesta.
Bush no ha aparecido mucho en público desde que cedió hace casi dos años la Oficina Oval a Barack Obama.
Ha pasado la mayor parte del tiempo en su casa de Dallas y, a lo sumo, se ha dejado ver por el estadio de béisbol del equipo local, los Texas Rangers.
Pero, desde hace una semana, el ex presidente que abandonó su cargo con apenas un 20% de popularidad, recorre el país para promocionar su libro de memorias.
En "Decision Points" (Momentos Decisivos), Bush defiende sus decisiones más polémicas, entre ellas la invasión de Irak o las prácticas extremas de interrogatorio como la simulación de ahogamiento.
Se reabre el debate
Su reaparición ha servido para que los estadounidenses vuelvan a debatir sobre los años en que gobernó, de 2001 a 2009.
Y el efecto parece haberle favorecido. Un reciente sondeo de Gallup indica que su imagen pública ha repuntado hasta el 45%.
En el acto de la universidad de Miami fue ovacionado por unos 700 simpatizantes que pagaron US$40 dólares por la entrada y a cambio recibieron un ejemplar autografiado.
Cuando salieron, con el libro bajo el brazo, fueron increpados y abucheados por los mismos manifestantes que acababan de ver pasar el auto en que supuestamente viajaba Bush.
"¡Qué vergüenza comprar el libro de un criminal de guerra!".
Algunos partidarios de Bush se encararon con los participantes en la protesta. "¡Aprendan historia, ignorantes!", replicó uno.
Otros reaccionaron con una sonrisa, y una mujer de mediana edad que asistió a la conferencia con su hija de unos diez años incluso tomó uno de los panfletos rosas que repartían los manifestantes anti-Bush.
"Lo usaré como marcapáginas", aseguró, guardándolo dentro de su libro recién comprado.
Público simpatizante
Los críticos de Bush aprovechan su vuelta a escena para relanzar las causas por las que miles de personas salieron a la calle a protestar cuando aún era presidente.
La ONG Codepink recoge firmas y recauda fondos para que él y otros miembros de su gobierno rindan cuentas ante la justicia.
Y, en su última campaña, pide a los estadounidenses que acudan a las librerías para reubicar el libro de Bush en la sección de novela criminal.
Jodie Evans, la activista de 56 años que fundó Codepink en 2002, dijo que voló desde Los Ángeles a Miami solo para manifestarse a las puertas del auditorio donde se celebró el acto. Aseguró que había intentado comprar la entrada el día que se abrió la taquilla online, pero que estas nunca se pusieron a disposición del público.
"Desde el primer minuto, apareció un mensaje en la web que informaba que las entradas estaban agotadas", afirmó Evans. "Las repartieron entre sus simpatizantes. No quieren que Bush se enfrente con gente real".
En varios foros de Internet usuarios que querían haber asistido al evento tenían la misma queja.
En principio, tanto partidarios como detractores tendrán pocas oportunidades más para aplaudir o abuchear al ex presidente.
Bush declaró antes de comenzar su gira que no tiene ningún deseo de permanecer en el candelero: "Voy a emerger a la superficie para luego sumergirme otra vez".