Rusia ensaya con éxito su misil intercontinental Bulavá tras varios fracasos
Moscú, Agencias
Rusia ensayó hoy con éxito su nuevo misil intercontinental Bulavá, tras una serie de fracasos que incluso llegaron a poner en duda la viabilidad del cohete, pieza clave de la renovación del poderío nuclear ruso.
El submarino nuclear ruso "Dmitri Donskói", en posición de inmersión, disparó el Bulavá desde un punto del mar Blanco contra un objetivo situado a varios miles de kilómetros de distancia, en la península de Kamchatka, en el extremo oriente del país.
"El lanzamiento fue efectuado desde las aguas del mar Blanco y tenía como objetivo el polígono de Kurá, en Kamchatka. Los parámetros de la trayectoria de vuelo del cohete fueron normales y las cargas impactaron con éxito en el polígono de Kurá", informó el ministerio de Defensa ruso.
El de hoy fue el décimo tercer lanzamiento de prueba de este cohete y el primero este año, tras una secuencia de fracasos que obligó en diciembre de 2009 al comandante en jefe de la Armada rusa, Vladímir Visotski, a suspender todos los ensayos hasta esclarecer las causas de los fallos.
Las estadísticas de las pruebas del Bulavá -de doce sólo cinco se consideraron exitosas o parcialmente exitosas, según la agencia Interfax- se antojaban nefastas para el futuro del proyecto, destinado a ser uno de los puntales del poderío nuclear del país.
"Todos los problemas con las pruebas del Bulavá fueron en la superficie. Influyeron los fallos sistemáticos en la fabricación del cohete: la falta de control (...), de materiales y otros componentes", declaró a Interfax el general Anatoli Sítnov, ex jefe de Armamentos del ministerio de Defensa.
Sítnov se mostró convencido de que, después de que sean subsanados los fallos, el nuevo misil intercontinental ruso "superará indudablemente sin problemas lo que resta del período de pruebas y será incorporado al arsenal de las Fuerzas Armadas".
"Obtendremos un sistema polivalente de emplazamiento marítimo con mucho futuro", aseguró.
Según el general, el retraso en la incorporación del nuevo cohete a las Fuerzas Estratégicas de Rusia obedeció a que comienzos de esta década desaparecieron muchas industrias del sector de la Defensa por la falta de financiación.
Rusia confía en que los Bulavá y los Tópol, misil intercontinental de emplazamiento terrestre, le permitan mantener el equilibrio nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN) tiene un alcance de 8.000 kilómetros y está destinado a los submarinos nucleares rusos de última generación.
La Armada rusa tenía previsto efectuar el último ensayo en 2008 y comenzar la producción en serie de los Bulavá en 2009, pero los repetidos fallos le hicieron cambiar de planes.
En el marco del proyecto 955, código Borey, Rusia planea construir ocho submarinos exclusivamente para transportar los Bulavá y mientras tanto emplea para los ensayos el "Dmitri Donskói".
Los militares rusos sostienen que esos misiles que son capaces de burlar todos los sistemas de defensa hasta ahora conocidos, incluido el escudo antimisiles norteamericano.
Fabricados por el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (ITTM), los Bulavá pueden portar hasta diez ojivas nucleares de guiado individual que vuelan a velocidades supersónicas.
El lanzamiento de hoy demuestra que las soluciones propuestas por el ITTM han sido las acertadas, dijo a la agencia oficial RIA-Nóvosti el experto militar Ígor Korotchenko, miembro del Consejo Público del ministerio de Defensa.
Subrayó, al igual que otros especialistas rusos, que los anteriores fallos del misil estuvieron relacionados con problemas de fabricación, y no de diseño.
El ensayo exitoso del cohete coincidió con el 58 cumpleaños del primer ministro ruso, Vladímir Putin, como se encargaron de resaltar varios medios digitales rusos.
Rusia ensayó hoy con éxito su nuevo misil intercontinental Bulavá, tras una serie de fracasos que incluso llegaron a poner en duda la viabilidad del cohete, pieza clave de la renovación del poderío nuclear ruso.
El submarino nuclear ruso "Dmitri Donskói", en posición de inmersión, disparó el Bulavá desde un punto del mar Blanco contra un objetivo situado a varios miles de kilómetros de distancia, en la península de Kamchatka, en el extremo oriente del país.
"El lanzamiento fue efectuado desde las aguas del mar Blanco y tenía como objetivo el polígono de Kurá, en Kamchatka. Los parámetros de la trayectoria de vuelo del cohete fueron normales y las cargas impactaron con éxito en el polígono de Kurá", informó el ministerio de Defensa ruso.
El de hoy fue el décimo tercer lanzamiento de prueba de este cohete y el primero este año, tras una secuencia de fracasos que obligó en diciembre de 2009 al comandante en jefe de la Armada rusa, Vladímir Visotski, a suspender todos los ensayos hasta esclarecer las causas de los fallos.
Las estadísticas de las pruebas del Bulavá -de doce sólo cinco se consideraron exitosas o parcialmente exitosas, según la agencia Interfax- se antojaban nefastas para el futuro del proyecto, destinado a ser uno de los puntales del poderío nuclear del país.
"Todos los problemas con las pruebas del Bulavá fueron en la superficie. Influyeron los fallos sistemáticos en la fabricación del cohete: la falta de control (...), de materiales y otros componentes", declaró a Interfax el general Anatoli Sítnov, ex jefe de Armamentos del ministerio de Defensa.
Sítnov se mostró convencido de que, después de que sean subsanados los fallos, el nuevo misil intercontinental ruso "superará indudablemente sin problemas lo que resta del período de pruebas y será incorporado al arsenal de las Fuerzas Armadas".
"Obtendremos un sistema polivalente de emplazamiento marítimo con mucho futuro", aseguró.
Según el general, el retraso en la incorporación del nuevo cohete a las Fuerzas Estratégicas de Rusia obedeció a que comienzos de esta década desaparecieron muchas industrias del sector de la Defensa por la falta de financiación.
Rusia confía en que los Bulavá y los Tópol, misil intercontinental de emplazamiento terrestre, le permitan mantener el equilibrio nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN) tiene un alcance de 8.000 kilómetros y está destinado a los submarinos nucleares rusos de última generación.
La Armada rusa tenía previsto efectuar el último ensayo en 2008 y comenzar la producción en serie de los Bulavá en 2009, pero los repetidos fallos le hicieron cambiar de planes.
En el marco del proyecto 955, código Borey, Rusia planea construir ocho submarinos exclusivamente para transportar los Bulavá y mientras tanto emplea para los ensayos el "Dmitri Donskói".
Los militares rusos sostienen que esos misiles que son capaces de burlar todos los sistemas de defensa hasta ahora conocidos, incluido el escudo antimisiles norteamericano.
Fabricados por el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (ITTM), los Bulavá pueden portar hasta diez ojivas nucleares de guiado individual que vuelan a velocidades supersónicas.
El lanzamiento de hoy demuestra que las soluciones propuestas por el ITTM han sido las acertadas, dijo a la agencia oficial RIA-Nóvosti el experto militar Ígor Korotchenko, miembro del Consejo Público del ministerio de Defensa.
Subrayó, al igual que otros especialistas rusos, que los anteriores fallos del misil estuvieron relacionados con problemas de fabricación, y no de diseño.
El ensayo exitoso del cohete coincidió con el 58 cumpleaños del primer ministro ruso, Vladímir Putin, como se encargaron de resaltar varios medios digitales rusos.