Histórica comparecencia pública en Londres del jefe del MI6 británico
Londres, Agencias
Si la Guerra Fría levantara la cabeza, no daría crédito a lo ocurrido hoy en Londres, donde el otrora casi invisible e inalcanzable jefe del servicio británico de espionaje MI6 pronunció una conferencia pública ante medios de prensa.
John Sawers se convirtió en el primer máximo responsable de Servicio Secreto de Inteligencia o MI6 -al que en el argot de la alta política británica se conoce únicamente como "C"- en salir de las sombras y dar la cara en 100 años de historia de la institución.
El discurso pronunciado por Sawers ante directores de medios de comunicación británicos, en un lugar que fue mantenido en secreto hasta el último momento, fue incluso retransmitido en directo por el canal de noticias 24 horas de la cadena pública BBC.
Su comparecencia forma parte de un intento por modernizar la imagen de un servicio que en algunas ocasiones parece formar parte de otra era y de dar más transparencia en momentos en los que se cuestiona las acciones de las fuerzas británicas en el exterior.
La reciente publicación por Wikileaks de 400.000 documentos oficiales estadounidenses incluye una docena de casos en los que las tropas británicas cometieron abusos en Irak contra detenidos.
Sawers habló de este asunto y subrayó que "la tortura es una práctica ilegal en cualquier circunstancia y algo que (los británicos) no toleramos", y se mostró convencido de que sus agentes se comportan con "suma integridad" en sus acciones.
"Si sabemos o creemos que nuestras acciones pueden conducir a que se cometan torturas, estamos obligados por la ley británica y la ley internacional a evitar esas acciones. Y es algo que hacemos, pese a que eso permita que la actividad terrorista siga adelante", dijo.
No obstante, defendió la necesidad de mantener determinadas actividades de las fuerzas de inteligencia y de seguridad en secreto para poder seguir protegiendo a los ciudadanos y al país.
Sawers es la imagen del deseo de los últimos Gobierno británicos de que el MI6 se modernice, y al contrario que sus antecesores llegó al cargo con un perfil público muy conocido, ya que ocupó diversos cargos diplomáticos, como el de embajador ante Naciones Unidas.
En el año que lleva al frente del MI6, el jefe de los espías británicos aseguró que ha recibido a diario informaciones relacionadas con terroristas "dispuestos a mutilar y asesinar" a ciudadanos civiles en el Reino Unido.
Esta es la razón, según Sawers, de que si el MI6 quiere seguir teniendo éxito a la hora de contrarrestar esta amenaza, es esencial que sus agentes y otras agencias de inteligencia tengan la seguridad y las garantías del Gobierno de que sus secretos serán protegidos.
"El secreto no es un concepto sucio. El secreto no está ahí para cubrir cosas. El secreto juega un papel crucial a la hora de garantizar la seguridad del Reino Unido", argumentó.
El MI6 tiene que operar "en el mundo real", lo que en algunas ocasiones, recordó, supone trabajar con agencias de inteligencia de otros países que no son siempre "democracias amistosas".
"Supongan que recibimos una información creíble que puede salvar vidas, aquí o en el extranjero. Tenemos el deber profesional y moral de actuar. Lo normal es que queramos compartir esta información con aquellos que pueden salvar vidas", explicó.
"También tenemos el deber de hacer lo que podamos para garantizar que un servicio amigo respeta los derechos humanos y eso es algo que no siempre es sencillo", continuó el jefe del MI6.
"Pero si nos lo guardamos y no facilitamos esa información, por la preocupación de que un sospechoso de terrorismo puede ser maltratado, se pueden perder vidas inocentes que se podrían haber salvado", subrayó Sawers.
El jefe de los espías británicos considero que "no se trata de cuestiones abstractas para cursos de filosofía", sino que "son dilemas reales y constantes en nuestras operaciones".
Sawers defendió la importancia de la relación con los servicios de espionaje estadounidenses y de que la confianza en el manejo de la información compartida no se rompa, porque cualquier revelación de secretos supone poner en peligro a la fuente.
"Es la regla número uno del intercambio de información (...), porque cuando la información se revela, otros intentan eliminar a la fuente. Los agentes pueden ser identificados, detenidos, torturados y asesinados por las organizaciones a las que combatimos", aseguró.
"Esta es la razón por la que hemos estado tan preocupados por la posible difusión de material de inteligencia en recientes casos judiciales", dijo Sawers en referencia al caso de Binyam Mohamed, el etíope residente en el Reino Unido que denunció haber sido torturado en Guantánamo con la complacencia de las autoridades británicas.
Si la Guerra Fría levantara la cabeza, no daría crédito a lo ocurrido hoy en Londres, donde el otrora casi invisible e inalcanzable jefe del servicio británico de espionaje MI6 pronunció una conferencia pública ante medios de prensa.
John Sawers se convirtió en el primer máximo responsable de Servicio Secreto de Inteligencia o MI6 -al que en el argot de la alta política británica se conoce únicamente como "C"- en salir de las sombras y dar la cara en 100 años de historia de la institución.
El discurso pronunciado por Sawers ante directores de medios de comunicación británicos, en un lugar que fue mantenido en secreto hasta el último momento, fue incluso retransmitido en directo por el canal de noticias 24 horas de la cadena pública BBC.
Su comparecencia forma parte de un intento por modernizar la imagen de un servicio que en algunas ocasiones parece formar parte de otra era y de dar más transparencia en momentos en los que se cuestiona las acciones de las fuerzas británicas en el exterior.
La reciente publicación por Wikileaks de 400.000 documentos oficiales estadounidenses incluye una docena de casos en los que las tropas británicas cometieron abusos en Irak contra detenidos.
Sawers habló de este asunto y subrayó que "la tortura es una práctica ilegal en cualquier circunstancia y algo que (los británicos) no toleramos", y se mostró convencido de que sus agentes se comportan con "suma integridad" en sus acciones.
"Si sabemos o creemos que nuestras acciones pueden conducir a que se cometan torturas, estamos obligados por la ley británica y la ley internacional a evitar esas acciones. Y es algo que hacemos, pese a que eso permita que la actividad terrorista siga adelante", dijo.
No obstante, defendió la necesidad de mantener determinadas actividades de las fuerzas de inteligencia y de seguridad en secreto para poder seguir protegiendo a los ciudadanos y al país.
Sawers es la imagen del deseo de los últimos Gobierno británicos de que el MI6 se modernice, y al contrario que sus antecesores llegó al cargo con un perfil público muy conocido, ya que ocupó diversos cargos diplomáticos, como el de embajador ante Naciones Unidas.
En el año que lleva al frente del MI6, el jefe de los espías británicos aseguró que ha recibido a diario informaciones relacionadas con terroristas "dispuestos a mutilar y asesinar" a ciudadanos civiles en el Reino Unido.
Esta es la razón, según Sawers, de que si el MI6 quiere seguir teniendo éxito a la hora de contrarrestar esta amenaza, es esencial que sus agentes y otras agencias de inteligencia tengan la seguridad y las garantías del Gobierno de que sus secretos serán protegidos.
"El secreto no es un concepto sucio. El secreto no está ahí para cubrir cosas. El secreto juega un papel crucial a la hora de garantizar la seguridad del Reino Unido", argumentó.
El MI6 tiene que operar "en el mundo real", lo que en algunas ocasiones, recordó, supone trabajar con agencias de inteligencia de otros países que no son siempre "democracias amistosas".
"Supongan que recibimos una información creíble que puede salvar vidas, aquí o en el extranjero. Tenemos el deber profesional y moral de actuar. Lo normal es que queramos compartir esta información con aquellos que pueden salvar vidas", explicó.
"También tenemos el deber de hacer lo que podamos para garantizar que un servicio amigo respeta los derechos humanos y eso es algo que no siempre es sencillo", continuó el jefe del MI6.
"Pero si nos lo guardamos y no facilitamos esa información, por la preocupación de que un sospechoso de terrorismo puede ser maltratado, se pueden perder vidas inocentes que se podrían haber salvado", subrayó Sawers.
El jefe de los espías británicos considero que "no se trata de cuestiones abstractas para cursos de filosofía", sino que "son dilemas reales y constantes en nuestras operaciones".
Sawers defendió la importancia de la relación con los servicios de espionaje estadounidenses y de que la confianza en el manejo de la información compartida no se rompa, porque cualquier revelación de secretos supone poner en peligro a la fuente.
"Es la regla número uno del intercambio de información (...), porque cuando la información se revela, otros intentan eliminar a la fuente. Los agentes pueden ser identificados, detenidos, torturados y asesinados por las organizaciones a las que combatimos", aseguró.
"Esta es la razón por la que hemos estado tan preocupados por la posible difusión de material de inteligencia en recientes casos judiciales", dijo Sawers en referencia al caso de Binyam Mohamed, el etíope residente en el Reino Unido que denunció haber sido torturado en Guantánamo con la complacencia de las autoridades británicas.