Especial Tecnología: Las mejores tecnologías del 2010

Tablets: El don de la ubicuidad

Hasta hace sólo un par de años, los tamaños de un computador en sus diferentes aptitudes se resumían entre un PC de escritorio, un laptop/notebook y, con suerte, un celular que pudiera conectarse a Internet. Hoy la cosa ha variado y tenemos dispositivos móviles todoterreno que poseen prácticamente la misma funcionalidad de un computador de escritorio. Y en varios tamaños. Desde celulares, cuyas pantallas oscilan entre las 2" y las 4" a netbooks, computadoras portátiles de distinto tamaño y, ahora, tablets. Que vendrían a ser gadgets intermedios.

Es cierto que el concepto, introducido por Microsoft el 2001, ya existía. Pero no fue hasta la explosiva irrupción del iPad de Apple, que el tener un tablet -más que un smartphone, menos que un laptop- la cosa se transformó en algo deseable y hasta sexy. Es cosa de ir a un Starbucks y comprobarlo. Y claro, su popularidad ha logrado que todo el mundo ofrezca uno: Dell y HP ya tienen las suyas, Samsung ya presentó su Galaxy Tab, BlackBerry anunció su Playbook para el próximo año e incluso acá en Chile tendremos nuestro crédito local a través del MESH. Y vendrán muchos más.

Twitter + Facebook + MySpace + Buzz + LinkedIn = El boom de redes sociales


Hoy en día es casi impensado considerar entrar a internet sin antes pasar por alguna de las redes sociales en las que estamos inscritos. O por todas. O mejor aún, monitorear el tráfico de todas a través de páginas o aplicaciones que así lo permitan. Porque hoy en las redes se puede hacer de todo: envío de correos personales, calendario, noticias, entretención, multimedia. ¿Para qué entonces movernos fuera de esa preciada comodidad virtual?

Ya sea a través de redes sociales temáticas como LinkedIn (para contactos profesionales) o GoMiso (relacionados con cine y TV), las redes sociales -el networking- son lo que hoy entrelaza colectivamente a individuos con gustos e ideas similares. Son como clubes sociales 2.0 que incluso en China tienen cabida. Porque si no estás en alguna red social no existes. Virtualmente, al menos.

Cuando la revista Time propone como disfraz temático la figura de Mark Zuckerberg es que algo está sucediendo. No hace mucho tiempo, el concepto de multimillonario era el de un señor regordete y muy adulto fumando un puro. Hoy, el paradigma es lo opuesto. Ni siquiera es el modelo Bill Gates, con el nerdismo a flor de piel. Hoy es Mark Zuckerberg, un veinteañero que se viste con un sweater North Face con capucha. Como casi todos los veinteañeros.

El éxito y su popularidad, claro, se deben al explosivo aumento de uso y de usuarios en Facebook, la red social que amenaza con transformarse en un verdadero sistema operativo de la red y, de paso, acaso en la página web más trascendental de todos los tiempos. Analistas presagian que en pocos años más desbancaría a Google, una aplaudida y muy cool película basada en su sitio web y más de 500 millones de usuarios activos así lo estarían confirmando.


oursquare y la omnipresencia virtual

Entras a una fiesta, un estadio o un restorán. Haces check-in. Ves si algún amigo o conocido está, a través de la aplicación y revisas los tips que otros usuarios han dejado del lugar. Obviamente, Foursquare es mucho más que eso, pero esto es lo esencial: estar presente en todos lados, hiperconectado, pero también informado. Así, todos podremos saber que un restorán ofrece mal servicio o cuál es la bomba de bencina más barata del sector.

Más de cuatro millones de usuarios en poco más de un año, un premio Webby a la mejor red social móvil y el reciente anuncio del World Economic Forum donde coronó a Foursquare como una "tecnología pionera", le han dado el beneplácito a este sistema y 20 mil nuevos usuarios al día. Y si consideramos que el último "chiche" de Facebook se llama Places, que básicamente es lo mismo que esto, entonces tenemos algo que de verdad vale oro. Todo sea por saber dónde estamos.

En algún momento, años atrás, Windows Mobile fue un sistema operativo móvil de respeto. Pero el 2007 Apple dijo ¡bam! y le presentó al mundo su plataforma para el iPhone. El mundo quedo boquiabierto. Luego llegó Android, el sistema operativo de Google. El mundo quedó fascinado. Y Windows Mobile pasó a ser un sistema añejo, feo y poco funcional. Microsoft lo sabía. Y se tomó un buen tiempo hasta que por fin lanzó la novedad este año: Windows Phone 7 ya es una realidad.

Y con eso, la promesa de que la gran M pueda volver a competir en un mercado clave y fundamental para las nuevas tecnologías. Además de la posibilidad de concretar esa palabra tan importante que es convergencia. Consideremos que Steve Ballmer destinará mil millones de dólares para promocionar el sistema (junto a Kinect, el nuevo y revolucionario control sensible al movimiento para la Xbox 360) con la idea de que todo el mundo sepa de su existencia. O sea, Microsoft al fin se está tomando este negocio en serio. Ya era hora.

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