Elecciones en EEUU: El desencanto electoral de las estrellas
Los Ángeles, Agencias
El aluvión de famosos que saltó a la arena política en 2008 para apoyar a Barack Obama o John McCain brilla por su ausencia en estos comicios legislativos, en los que los únicos en alzar la voz son, con su humor acerado, los presentadores de televisión.
El pastor Reginald Walton, de Sacramento (California), lanzó al aire a través de Twitter algo que muchos se preguntan: "¿Qué ha sido de todas las celebridades que fueron tan persistentes acerca de la (importancia de aquella) votación?. Ésta es igual de importante, ¡o más!". El mensaje de Walton se extendió a través de la red social.
"Definitivamente hay un vacío de entusiasmo entre los famosos en este ciclo electoral", dijo al portal de noticias Fox Matthew Vadum, del centro conservador de investigaciones Capital Research Center, de Washington. "Ahora que no hay un George W. Bush a quien demonizar, les resulta difícil entusiasmarse sobre estas elecciones", añadió.
EE.UU. renueva el 2 de noviembre el total de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y varios puestos de gobernadores y asambleas estatales y otros organismos locales.
En noviembre de 2008 el desfile de artistas en apoyo de los demócratas fue incesante. Actores como George Clooney, Tom Hanks, Halle Berry, Susan Sarandon, Samuel L. Jackson, Morgan Freeman, Robert De Niro o Edward Norton apoyaron a Obama con discursos y declaraciones públicas.
Los republicanos, aunque con menos apoyos del Hollywood liberal, también recibieron los beneplácitos de actores como Silvester Stallone o Robert Duvall.
Pero ahora, con las elecciones legislativas en el punto de mira, el interés ha decaído.
"Acabamos de empezar. Estamos sólo en el primer cuarto (del partido). No puedo teneros cansados ahora mismo", dijo Obama recientemente en Los Ángeles (California) y Las Vegas (Nevada), durante su gira por el oeste para tratar de asegurar la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y el Senado.
Precisamente en el campus de la Universidad del Sur de California (USC), donde Obama dio su discurso, apareció justo antes uno de los pocos actores que ha dado la cara en este periodo, el actor Jamie Foxx, ganador del Óscar por su papel en "Ray".
"¡Necesito vuestro entusiasmo!", gritó el intérprete ante las 30.000 personas que asistieron al acto. Foxx precisamente ahondó en la importancia de que el electorado no pierda la ilusión de la campaña presidencial de 2008.
"Yo estuve en la toma de posesión", dijo. "Recuerdo lo entusiasmados que estábamos durante todo ese tiempo", añadió.
Kiefer Sutherland, James Cameron, Melanie Griffith, Seth Rogen, Barbra Streisand, Steven Spielberg y el propio Foxx son algunos de los nombres que han contribuido económicamente a la campaña demócrata, y el cineasta Rob Reiner se ha encargado de elevar la temperatura del debate.
Reiner, director de "Misey" (1990), dijo en el programa de Bill Maher: "Temo que el (movimiento popular) Tea Party consiga un líder carismático. Porque venden miedo y angustia. Y es lo que vendía Hitler".
En cualquier caso quienes han recogido el guante han sido algunos de los presentadores de televisión más conocidos del país, como Jon Stewart, Stephen Colbert o Glenn Beck.
El presidente de EEUU, Barack Obama, apareció el miércoles en el programa "The Daily Show", de Stewart, en una comparecencia donde se dejó a un lado el humor para debatir sobre los problemas del país.
La comparecencia se produjo en vísperas de la marcha satírica que encabezarán el sábado Stewart y Colbert en Washington para restaurar "la cordura" en el país.
El humorista, que junto a Colbert llevan meses parodiando las intervenciones públicas del Tea Party, anunció en su programa que la concentración del sábado es un llamamiento contra el extremismo que domina el debate y la cobertura política en EEUU.
El acto es la respuesta satírica al que tuvo lugar en agosto frente al Lincoln Memorial, de Washington, protagonizado por el comentarista televisivo Glenn Beck, de la cadena Fox, junto a la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, que reunió a miles de personas.
La batalla del próximo martes continúa, y esta vez ha pasado de las estrellas a las ondas.
El aluvión de famosos que saltó a la arena política en 2008 para apoyar a Barack Obama o John McCain brilla por su ausencia en estos comicios legislativos, en los que los únicos en alzar la voz son, con su humor acerado, los presentadores de televisión.
El pastor Reginald Walton, de Sacramento (California), lanzó al aire a través de Twitter algo que muchos se preguntan: "¿Qué ha sido de todas las celebridades que fueron tan persistentes acerca de la (importancia de aquella) votación?. Ésta es igual de importante, ¡o más!". El mensaje de Walton se extendió a través de la red social.
"Definitivamente hay un vacío de entusiasmo entre los famosos en este ciclo electoral", dijo al portal de noticias Fox Matthew Vadum, del centro conservador de investigaciones Capital Research Center, de Washington. "Ahora que no hay un George W. Bush a quien demonizar, les resulta difícil entusiasmarse sobre estas elecciones", añadió.
EE.UU. renueva el 2 de noviembre el total de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y varios puestos de gobernadores y asambleas estatales y otros organismos locales.
En noviembre de 2008 el desfile de artistas en apoyo de los demócratas fue incesante. Actores como George Clooney, Tom Hanks, Halle Berry, Susan Sarandon, Samuel L. Jackson, Morgan Freeman, Robert De Niro o Edward Norton apoyaron a Obama con discursos y declaraciones públicas.
Los republicanos, aunque con menos apoyos del Hollywood liberal, también recibieron los beneplácitos de actores como Silvester Stallone o Robert Duvall.
Pero ahora, con las elecciones legislativas en el punto de mira, el interés ha decaído.
"Acabamos de empezar. Estamos sólo en el primer cuarto (del partido). No puedo teneros cansados ahora mismo", dijo Obama recientemente en Los Ángeles (California) y Las Vegas (Nevada), durante su gira por el oeste para tratar de asegurar la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y el Senado.
Precisamente en el campus de la Universidad del Sur de California (USC), donde Obama dio su discurso, apareció justo antes uno de los pocos actores que ha dado la cara en este periodo, el actor Jamie Foxx, ganador del Óscar por su papel en "Ray".
"¡Necesito vuestro entusiasmo!", gritó el intérprete ante las 30.000 personas que asistieron al acto. Foxx precisamente ahondó en la importancia de que el electorado no pierda la ilusión de la campaña presidencial de 2008.
"Yo estuve en la toma de posesión", dijo. "Recuerdo lo entusiasmados que estábamos durante todo ese tiempo", añadió.
Kiefer Sutherland, James Cameron, Melanie Griffith, Seth Rogen, Barbra Streisand, Steven Spielberg y el propio Foxx son algunos de los nombres que han contribuido económicamente a la campaña demócrata, y el cineasta Rob Reiner se ha encargado de elevar la temperatura del debate.
Reiner, director de "Misey" (1990), dijo en el programa de Bill Maher: "Temo que el (movimiento popular) Tea Party consiga un líder carismático. Porque venden miedo y angustia. Y es lo que vendía Hitler".
En cualquier caso quienes han recogido el guante han sido algunos de los presentadores de televisión más conocidos del país, como Jon Stewart, Stephen Colbert o Glenn Beck.
El presidente de EEUU, Barack Obama, apareció el miércoles en el programa "The Daily Show", de Stewart, en una comparecencia donde se dejó a un lado el humor para debatir sobre los problemas del país.
La comparecencia se produjo en vísperas de la marcha satírica que encabezarán el sábado Stewart y Colbert en Washington para restaurar "la cordura" en el país.
El humorista, que junto a Colbert llevan meses parodiando las intervenciones públicas del Tea Party, anunció en su programa que la concentración del sábado es un llamamiento contra el extremismo que domina el debate y la cobertura política en EEUU.
El acto es la respuesta satírica al que tuvo lugar en agosto frente al Lincoln Memorial, de Washington, protagonizado por el comentarista televisivo Glenn Beck, de la cadena Fox, junto a la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, que reunió a miles de personas.
La batalla del próximo martes continúa, y esta vez ha pasado de las estrellas a las ondas.