El FMI y Estados Unidos alertan del daño de una "guerra de divisas"
Washington, Agencias
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y Estados Unidos coincidieron hoy en alertar a los países emergentes de que pueden dañar su propia recuperación y la del resto del mundo si persisten en frenar la apreciación de su moneda.
La política de tipo de cambio que aplica cada país se ha convertido en motivo de tensión entre los países emergentes, que utilizan la baja apreciación de su moneda para impulsar las exportaciones, y los más ricos, que les acusan de manipulación y de dañar a sus empresas exportadoras.
La posibilidad de una "guerra de divisas", como bautizó a esta situación hace unos días el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, va camino de convertirse en el eje central de la asamblea del FMI y del Banco Mundial, y de la reunión ministerial del G20, que se celebran esta semana en Washington.
El propio director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se sumó a las palabras de Mantega y alertó hoy a los Gobiernos de que puede desencadenarse una guerra entre divisas si se empeñan en resolver sus problemas internos manipulando los tipos de cambio.
"Ha comenzado a circular la idea de que pueden utilizarse las monedas como arma de política (económica)", afirmó el funcionario en una entrevista con el Financial Times.
"Si llegara a traducirse en acciones concretas, esa idea representaría un riesgo muy grave para la recuperación mundial (...) Tendría un impacto negativo y muy dañino a largo plazo", agregó.
Entre los países emergentes, ha sido tradicionalmente China la más criticada por "manipular" su moneda, el yuan, para fomentar las exportaciones, si bien en las ultimas semanas otros países han tomado medidas para frenar la revalorización de sus monedas como vía para la recuperación, como Brasil y Corea del Sur.
Brasil ha amenazado con intervenir para impedir la revaluación de su moneda, el real, y el lunes duplicó el impuesto que grava las compras extranjeras de sus bonos en un intento de frenar el encarecimiento de su moneda.
"Hemos visto informaciones de que algunos países emergentes cuyas economías se exponen a fuertes flujos de capital están diciendo que quizás sea ya hora de utilizar sus divisas para lograr ventajas, sobre todo en el comercio. No creo que sea una buena solución", advirtió el director gerente del FMI.
Hoy en Washington, el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, alertó por su parte de la "dinámica peligrosa" que están generando los países emergentes al mantener a sus divisas por debajo de la cotización natural, y que les puede dañar al crear burbujas especulativas y disparar la inflación.
"Más y mas países se sienten presionados para frenar la presión de los mercados sobre sus divisas", dijo Geithner, quien reconoció que el asunto no puede ser solventado por EE.UU. en solitario, sino que debe ser abordado en foros multilaterales.
También el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, reconoció hoy que éste será el tema principal que tendrán sobre la mesa los ministros de finanzas del G20, convertido en el principal foro económico mundial desde la reunión de Pittsburg, a finales de 2009.
Blanchard dijo hoy que aún es pronto para decir que el G20 haya "fracasado" en su intento de reequilibrar el crecimiento mundial y solventar el tema de las divisas.
"Yo soy optimista acerca de que el G20 pueda idear una solución. Estamos tan solo al principio del proceso, por lo que es pronto aún para declarar el fracaso", dijo el economista, ante una pregunta de un periodista.
Las peticiones que hoy surgieron del FMI y de EE.UU. fueron pronto respondidas por las autoridades chinas. El primer ministro Wen Jiabao, que participo en un foro de negocios en Bruselas, advirtió de que una rápida apreciación del yuan dañará no solo a la economía china, sino también al resto del mundo.
"Contar con un yuan inestable sería un desastre para China y para el mundo. Si apreciamos el yuan entre un 20 y un 40 por ciento, como piden algunos, muchas de nuestras fábricas tendrán que cerrar, y habrá revueltas populares. Si la economía china se viene abajo, no será bueno para la economía mundial", dijo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y Estados Unidos coincidieron hoy en alertar a los países emergentes de que pueden dañar su propia recuperación y la del resto del mundo si persisten en frenar la apreciación de su moneda.
La política de tipo de cambio que aplica cada país se ha convertido en motivo de tensión entre los países emergentes, que utilizan la baja apreciación de su moneda para impulsar las exportaciones, y los más ricos, que les acusan de manipulación y de dañar a sus empresas exportadoras.
La posibilidad de una "guerra de divisas", como bautizó a esta situación hace unos días el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, va camino de convertirse en el eje central de la asamblea del FMI y del Banco Mundial, y de la reunión ministerial del G20, que se celebran esta semana en Washington.
El propio director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se sumó a las palabras de Mantega y alertó hoy a los Gobiernos de que puede desencadenarse una guerra entre divisas si se empeñan en resolver sus problemas internos manipulando los tipos de cambio.
"Ha comenzado a circular la idea de que pueden utilizarse las monedas como arma de política (económica)", afirmó el funcionario en una entrevista con el Financial Times.
"Si llegara a traducirse en acciones concretas, esa idea representaría un riesgo muy grave para la recuperación mundial (...) Tendría un impacto negativo y muy dañino a largo plazo", agregó.
Entre los países emergentes, ha sido tradicionalmente China la más criticada por "manipular" su moneda, el yuan, para fomentar las exportaciones, si bien en las ultimas semanas otros países han tomado medidas para frenar la revalorización de sus monedas como vía para la recuperación, como Brasil y Corea del Sur.
Brasil ha amenazado con intervenir para impedir la revaluación de su moneda, el real, y el lunes duplicó el impuesto que grava las compras extranjeras de sus bonos en un intento de frenar el encarecimiento de su moneda.
"Hemos visto informaciones de que algunos países emergentes cuyas economías se exponen a fuertes flujos de capital están diciendo que quizás sea ya hora de utilizar sus divisas para lograr ventajas, sobre todo en el comercio. No creo que sea una buena solución", advirtió el director gerente del FMI.
Hoy en Washington, el secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, alertó por su parte de la "dinámica peligrosa" que están generando los países emergentes al mantener a sus divisas por debajo de la cotización natural, y que les puede dañar al crear burbujas especulativas y disparar la inflación.
"Más y mas países se sienten presionados para frenar la presión de los mercados sobre sus divisas", dijo Geithner, quien reconoció que el asunto no puede ser solventado por EE.UU. en solitario, sino que debe ser abordado en foros multilaterales.
También el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, reconoció hoy que éste será el tema principal que tendrán sobre la mesa los ministros de finanzas del G20, convertido en el principal foro económico mundial desde la reunión de Pittsburg, a finales de 2009.
Blanchard dijo hoy que aún es pronto para decir que el G20 haya "fracasado" en su intento de reequilibrar el crecimiento mundial y solventar el tema de las divisas.
"Yo soy optimista acerca de que el G20 pueda idear una solución. Estamos tan solo al principio del proceso, por lo que es pronto aún para declarar el fracaso", dijo el economista, ante una pregunta de un periodista.
Las peticiones que hoy surgieron del FMI y de EE.UU. fueron pronto respondidas por las autoridades chinas. El primer ministro Wen Jiabao, que participo en un foro de negocios en Bruselas, advirtió de que una rápida apreciación del yuan dañará no solo a la economía china, sino también al resto del mundo.
"Contar con un yuan inestable sería un desastre para China y para el mundo. Si apreciamos el yuan entre un 20 y un 40 por ciento, como piden algunos, muchas de nuestras fábricas tendrán que cerrar, y habrá revueltas populares. Si la economía china se viene abajo, no será bueno para la economía mundial", dijo.