El FBI lleva a cabo la mayor operación contra la corrupción policial en Puerto Rico
Redacción, BBC Mundo
Unos mil agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) participaron este miércoles en Puerto Rico en una gran operación contra la corrupción policial relacionada con el tráfico de drogas.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo que los más de 120 arrestos, entre los que se encuentran guardias de prisiones y soldados, son fruto de "la mayor investigación sobre corrupción policial en la historia del FBI".
En la operación denominada "La Caseta del Guardián" se detuvo a un total 88 agentes que incluyen a 60 miembros del Departamento de Policía de Puerto Rico, 16 policías municipales y 12 funcionarios de prisiones.
También fueron arrestados tres soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico, dos oficiales del ejército de EE.UU. y 30 civiles.
Tráfico de drogas encubierto
Las detenciones fueron el resultado de 125 transacciones de drogas encubiertas llevadas a cabo por el FBI en Puerto Rico durante dos años.
Muchos de los policías detenidos están acusados de proporcionar seguridad armada a los distribuidores de cocaína a cambio de dinero en efectivo.
"El compromiso del Departamento de Justicia es erradicar y eliminar la supuesta corrupción en nuestras filas", dijo el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, en la conferencia de prensa en la que informó del operativo.
"Este departamento tiene un mensaje para cualquiera que quiera abusar de la confianza pública en beneficio propio: serán detenidos y castigados", afirmó.
El periodista de la BBC Andy Gallagher explicó que pese a que la reputación del departamento de policía ya estaba empañada por las denuncias de brutalidad y corrupción, hasta ahora no había sucedido nada a esta escala.
Según Gallagher, tras hacerse pública la operación del FBI, se han incrementado los llamados para reformar la policía de Puerto Rico.
Entre las voces que piden las reformas, un agente federal sugirió la posibilidad de utilizar máquinas detectoras de mentiras en un intento por restablecer la confianza de los ciudadanos en las fuerzas de seguridad.
Unos mil agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) participaron este miércoles en Puerto Rico en una gran operación contra la corrupción policial relacionada con el tráfico de drogas.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo que los más de 120 arrestos, entre los que se encuentran guardias de prisiones y soldados, son fruto de "la mayor investigación sobre corrupción policial en la historia del FBI".
En la operación denominada "La Caseta del Guardián" se detuvo a un total 88 agentes que incluyen a 60 miembros del Departamento de Policía de Puerto Rico, 16 policías municipales y 12 funcionarios de prisiones.
También fueron arrestados tres soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico, dos oficiales del ejército de EE.UU. y 30 civiles.
Tráfico de drogas encubierto
Las detenciones fueron el resultado de 125 transacciones de drogas encubiertas llevadas a cabo por el FBI en Puerto Rico durante dos años.
Muchos de los policías detenidos están acusados de proporcionar seguridad armada a los distribuidores de cocaína a cambio de dinero en efectivo.
"El compromiso del Departamento de Justicia es erradicar y eliminar la supuesta corrupción en nuestras filas", dijo el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, en la conferencia de prensa en la que informó del operativo.
"Este departamento tiene un mensaje para cualquiera que quiera abusar de la confianza pública en beneficio propio: serán detenidos y castigados", afirmó.
El periodista de la BBC Andy Gallagher explicó que pese a que la reputación del departamento de policía ya estaba empañada por las denuncias de brutalidad y corrupción, hasta ahora no había sucedido nada a esta escala.
Según Gallagher, tras hacerse pública la operación del FBI, se han incrementado los llamados para reformar la policía de Puerto Rico.
Entre las voces que piden las reformas, un agente federal sugirió la posibilidad de utilizar máquinas detectoras de mentiras en un intento por restablecer la confianza de los ciudadanos en las fuerzas de seguridad.