Ahmadineyad culmina su visita al Líbano con el anuncio de la victoria frente a Israel
Beirut, Agencias
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, concluyó hoy una visita oficial de dos días al Líbano con un baño de masas en dos localidades fronterizas con Israel, donde ensalzó al grupo chií Hizbulá y auguró "la desaparición de los sionistas".
Ahmadineyad fue recibido y aclamado por miles de personas en las ciudades meridionales de Bint Jbeil y Cana, bombardeadas en varias ocasiones por Israel y escenarios de la guerra de 2006 entre ese país y Hizbulá, en una visita polémica calificada por Israel y EEUU de "provocación".
"La Resistencia (Hizublá) pudo provocar la amarga derrota de los sionistas e introducir el temor y la desesperación en sus corazones", afirmó Ahmadineyad ante la multitud que se había congregado en Bint Jbeil para recibirlo con banderas libanesas, iraníes, de Hizbulá y del grupo chií Amal.
El mandatario iraní afirmó que gracias a la sangre de los resistentes "nadie podrá vencerlos" y que "la Resistencia se ha convertido en un ejemplo en la región y en el mundo".
Bint Jbeil, próxima a la frontera con Israel y, al igual que otras localidades del sur, feudo de Hizbulá, quedó destruida en gran parte en la guerra de hace cuatro años y fue reconstruida parcialmente con dinero iraní, por lo que sus habitantes recibieron a Ahmadineyad con grandes muestras de afecto y agradecimiento.
"Si no fuera por la Resistencia heroica no habría sido conocida la línea de la frontera entre el Líbano y el ocupante", agregó Ahmadineyad, quien ensalzó a los habitantes de Bint Jbeil, que a su juicio, han demostrado ser "más fuertes que los ejércitos y las armas".
Durante su visita al sur del país, zona de la que Israel se retiró en mayo del 2000 tras 22 años de ocupación, Ahmadineyad no olvidó su retórica habitual y predijo "la desaparición de los sionistas".
Esta afirmación provocó la reacción del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que respondió al vaticinio de la "desaparición de los sionistas" con un llamamiento a confiar en el Ejército que tiene el país en unas declaraciones que hizo en el Museo de la Independencia de Tel Aviv, según medios locales.
Desde Bint Jbeil, el mandatario iraní se trasladó a Cana, bombardeada en 1996 durante la operación israelí "Uvas de la Ira" que mató a 110 personas que se habían refugiado en una base de la ONU creyendo estar a salvo y en 2006 a otras 29 en un refugio.
En Cana, Ahmadineyad visitó el cementerio donde están enterradas las víctimas de esa matanza y colocó una corona de flores en un monumento en honor a los mártires.
"Ustedes izan las banderas de la victoria, mientras que el enemigo las de la derrota y la humillación", afirmó Ahmadineyad durante un mitin en esa localidad, donde reiteró que Irán, sus líderes y su pueblo "permanecerán siempre al lado" de los libaneses.
"En la actualidad, vosotros sois una prueba viva de la resistencia valiente y de la mentalidad criminal del enemigo" israelí, subrayó.
Antes de trasladarse al sur, Ahmadineyad se reunió con dignatarios religiosos y recibió una distinción honorífica de la Universidad del Líbano, desde donde acusó a Occidente de relacionar la energía nuclear con la bomba atómica para prohibir a su país que desarrolle su programa nuclear.
"Nos han engañado, dijeron que la energía atómica equivale a la bomba atómica. Los occidentales insisten en que tenemos que cerrar esta puerta de estudios de la energía atómica", dijo Ahmadineyad en esta institución momentos antes de ser investido doctor honoris causa en Ciencias Políticas.
Durante esta jornada maratoniana, también se reunió con el primer ministro Saad Hariri, que ofreció un almuerzo en su honor, mientras que ayer se entrevistó con el presidente Michel Suleiman y con el jefe del Parlamento Nabih Berri.
Además, anoche asistió a otro acto multitudinario en los barrios del sur de Beirut, considerados como feudos de Hizbulá, donde reiteró que cualquier "aventura" israelí en el sur del Líbano acercará a Israel más rápidamente a su fin y acusó a Occidente de sembrar la discordia en Oriente Medio.
La visita de Ahmadineyad, la primera desde que asumió el poder en el año 2005, ha sido seguida con cautela y ha levantado sentimientos encontrados, ya que una parte acusa a Irán de apoyar a Hizbulá y no establecer relaciones de Estado a Estado.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, concluyó hoy una visita oficial de dos días al Líbano con un baño de masas en dos localidades fronterizas con Israel, donde ensalzó al grupo chií Hizbulá y auguró "la desaparición de los sionistas".
Ahmadineyad fue recibido y aclamado por miles de personas en las ciudades meridionales de Bint Jbeil y Cana, bombardeadas en varias ocasiones por Israel y escenarios de la guerra de 2006 entre ese país y Hizbulá, en una visita polémica calificada por Israel y EEUU de "provocación".
"La Resistencia (Hizublá) pudo provocar la amarga derrota de los sionistas e introducir el temor y la desesperación en sus corazones", afirmó Ahmadineyad ante la multitud que se había congregado en Bint Jbeil para recibirlo con banderas libanesas, iraníes, de Hizbulá y del grupo chií Amal.
El mandatario iraní afirmó que gracias a la sangre de los resistentes "nadie podrá vencerlos" y que "la Resistencia se ha convertido en un ejemplo en la región y en el mundo".
Bint Jbeil, próxima a la frontera con Israel y, al igual que otras localidades del sur, feudo de Hizbulá, quedó destruida en gran parte en la guerra de hace cuatro años y fue reconstruida parcialmente con dinero iraní, por lo que sus habitantes recibieron a Ahmadineyad con grandes muestras de afecto y agradecimiento.
"Si no fuera por la Resistencia heroica no habría sido conocida la línea de la frontera entre el Líbano y el ocupante", agregó Ahmadineyad, quien ensalzó a los habitantes de Bint Jbeil, que a su juicio, han demostrado ser "más fuertes que los ejércitos y las armas".
Durante su visita al sur del país, zona de la que Israel se retiró en mayo del 2000 tras 22 años de ocupación, Ahmadineyad no olvidó su retórica habitual y predijo "la desaparición de los sionistas".
Esta afirmación provocó la reacción del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que respondió al vaticinio de la "desaparición de los sionistas" con un llamamiento a confiar en el Ejército que tiene el país en unas declaraciones que hizo en el Museo de la Independencia de Tel Aviv, según medios locales.
Desde Bint Jbeil, el mandatario iraní se trasladó a Cana, bombardeada en 1996 durante la operación israelí "Uvas de la Ira" que mató a 110 personas que se habían refugiado en una base de la ONU creyendo estar a salvo y en 2006 a otras 29 en un refugio.
En Cana, Ahmadineyad visitó el cementerio donde están enterradas las víctimas de esa matanza y colocó una corona de flores en un monumento en honor a los mártires.
"Ustedes izan las banderas de la victoria, mientras que el enemigo las de la derrota y la humillación", afirmó Ahmadineyad durante un mitin en esa localidad, donde reiteró que Irán, sus líderes y su pueblo "permanecerán siempre al lado" de los libaneses.
"En la actualidad, vosotros sois una prueba viva de la resistencia valiente y de la mentalidad criminal del enemigo" israelí, subrayó.
Antes de trasladarse al sur, Ahmadineyad se reunió con dignatarios religiosos y recibió una distinción honorífica de la Universidad del Líbano, desde donde acusó a Occidente de relacionar la energía nuclear con la bomba atómica para prohibir a su país que desarrolle su programa nuclear.
"Nos han engañado, dijeron que la energía atómica equivale a la bomba atómica. Los occidentales insisten en que tenemos que cerrar esta puerta de estudios de la energía atómica", dijo Ahmadineyad en esta institución momentos antes de ser investido doctor honoris causa en Ciencias Políticas.
Durante esta jornada maratoniana, también se reunió con el primer ministro Saad Hariri, que ofreció un almuerzo en su honor, mientras que ayer se entrevistó con el presidente Michel Suleiman y con el jefe del Parlamento Nabih Berri.
Además, anoche asistió a otro acto multitudinario en los barrios del sur de Beirut, considerados como feudos de Hizbulá, donde reiteró que cualquier "aventura" israelí en el sur del Líbano acercará a Israel más rápidamente a su fin y acusó a Occidente de sembrar la discordia en Oriente Medio.
La visita de Ahmadineyad, la primera desde que asumió el poder en el año 2005, ha sido seguida con cautela y ha levantado sentimientos encontrados, ya que una parte acusa a Irán de apoyar a Hizbulá y no establecer relaciones de Estado a Estado.