Sivak presenta El Jefazo en Nueva York, en presencia de Morales

Nueva York, ABI
El libro El Jefazo, del escritor argentino Martín Sivak, fue presentado el lunes en Nueva York, en su versión en inglés, en un acto colmado de público en un ambiente de la City University of New York, en presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales.
En el acto de presentación en el emplazamiento mejor conocido como Hunter, Sivak relató que cuando conoció a Morales conversaron durante 4 horas y se imaginó que el mandatario "estaría pensando que era (yo) un agente de la CIA (estadounidense)".

El Presidente boliviano, atento a la alusión, asintió con su cabeza.

Morales intervino el lunes en el primer día del 65 período ordinario de sesiones de NNUU, en que pidió la reinvindicación de la economía de los países del hemisferio sur.

Contó Sivak, en medio de aplausos de la concurrencia, que cuando presentó el libro en español, el Presidente boliviano le dijo que el título de la obra, El jefazo, "estaba mal, porque él podría ser sólo el subjefe, toda vez que es el pueblo el jefe, el que manda".

Asimismo, relató que tuvo la oportunidad de conversar con el líder boliviano en reiterados viajes y que lo acompañó durante sus giras por el exterior e interior de Bolivia.

A mediados de junio el libro fue publicado en París, en su edición en francés.

Sivak presentó su obra en castellano en agosto de 2008 en La Paz.

La versión en inglés se vende en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.

Y la versión en castellano en toda América Latina.

Durante su intervención, el presidente Morales contó pasajes de su vida, recordó "la lucha de los abuelos que fueron asesinados y discriminados" y mentó, especialmente, al líder indígena Tupak Katari, cuya rebelión contra España le costó, a finales del siglo XVIII, una muerte atroz descoyuntado por cuatro caballos atados a sus extremidades.

"El (Katari) dijo que moría y que volverá en millones y ahora somos millones?, dijo en medio de salvas de aplausos.

Narró que su padre, Dionisio Morales, que murió muy joven, era solidario.

"Obsequiaba a los vecinos arroz, maíz para compartir con los pobres lo poco que teníamos para comer", afirmó.

Relató que antes, de niño, caminaba a pie entre las poblaciones rurales y páramos de Oruro, en el oeste andino de Bolivia, y que ahora, como Presidente, sus viajes son en avión y helicóptero, porque son una necesidad, un instrumento de trabajo.

"En el trópico (de Cochabamba, donde se avecindó al amanecer de la década de los '80, del siglo XX) entendí la situación de la pobreza y de la lucha social y en 1988 asumí, por primera vez, la dirigencia sindical, para defender a los pobres y la hoja de coca, que no es cocaína", afirmó.

El mandatario boliviano, que labró su legitimidad desde la jefatura de los cocaleros del centro boliviano, sostuvo que en medio de esa lucha sindical se creó el instrumento político para defender los recursos naturales, la soberanía y la dignidad de todo el pueblo boliviano.

"Con la recuperación y la nacionalización de los recursos naturales, en mi Gobierno nunca se pidió dinero al Club de París u otra institución (internacional) para pagar salarios o aguinaldos" de la administración pública boliviana, señaló.

Terminó su discurso afirmando que la mejor manera de defender los derechos humanos, "es defendiendo a la Madre Tierra, aprendiendo a vivir en armonía con ella, porque el agua, la energía, las comunicaciones, son un derecho y no un negocio privado".

En un aparte de su discurso, Morales demandó al presidente estadounidense, Barak Obama, quien fue también discriminado, no discriminar a los ciudadanos latinoamericanos que viven en los Estados Unidos y que aportan con su sacrificio y trabajo al desarrollo de ese país.

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