Obama insta al acuerdo de paz en O. Medio y a la extensión de moratoria en los asentamientos
Naciones Unidas, Agencias
El presidente de EE.UU., Barack Obama, dedicó hoy su discurso ante la Asamblea General de la ONU a lanzar un apremiante llamamiento a israelíes y palestinos a negociar de buena fe para llegar a un acuerdo de paz.
Obama, quien claramente apuesta por el éxito de esas negociaciones como una de las grandes prioridades de la política exterior en sus cuatro años de mandato, exigió una extensión de la moratoria sobre la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania, que expira el próximo 29 de septiembre.
El jefe de la Casa Blanca, quien en su alocución también aludió a asuntos desde la recuperación económica mundial a la guerra en Afganistán y el programa nuclear iraní, recordó que esa moratoria "ha creado una diferencia sobre el terreno y ha mejorado la atmósfera en las negociaciones".
Las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, que se retomaron en Washington el pasado 2 de septiembre y continuaron la semana pasada en Sharm el Sheij (Egipto) tras una interrupción de dos años, amenazan con volver a bloquearse ante el final de la moratoria, sin indicios hasta el momento de que Israel vaya a prorrogarla.
EE.UU. ha reconocido que la moratoria es uno de los principales escollos que atraviesan las negociaciones.
En su discurso, Obama aseguró que si "esta vez no dejamos que el terror, o la turbulencia, o los gestos para la galería, o el politiqueo se interpongan", en 2011 "podremos contar con un acuerdo que lleve a un nuevo miembro de la ONU, un estado palestino que viva en paz con Israel".
"Consideremos la alternativa", instó el presidente de EE.UU., quien recordó que si no se logra un acuerdo "los palestinos nunca conocerán el orgullo y la dignidad que concede el tener un Estado propio".
Por su parte, los israelíes "nunca conocerán la certidumbre y la seguridad que dan unos vecinos estables y soberanos comprometidos con la coexistencia", advirtió.
"Se vertirá más sangre. Esta Tierra Santa continuará como un símbolo de nuestras diferencias, en vez de nuestra humanidad común", continuó el presidente.
Obama lanzó también un llamamiento a los Estados árabes a prestar una mayor asistencia a los palestinos para que puedan crear las instituciones de su futuro Estado, y para que no intenten socavar la seguridad de Israel.
Cualquier esfuerzo por poner en duda la legitimidad de la existencia de Israel "se encontrará con la oposición inquebrantable de Estados Unidos", explicó.
En su discurso, Obama también se refirió a uno de los asuntos que dominaron su intervención el año pasado, el programa nuclear iraní, contra el que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso nuevas sanciones.
El presidente estadounidense mencionó que "la puerta de la diplomacia sigue abierta para Irán" si ese país acepta cumplir sus compromisos internacionales y renuncia al enriquecimiento de uranio.
"El Gobierno iraní debe demostrar un compromiso claro y creíble, y confirmar a la gente las intenciones pacíficas de su programa nuclear", insistió el gobernante.
Obama, quien ha hecho de la economía su gran prioridad doméstica ante el estancamiento del crecimiento y la proximidad de los comicios legislativos del 2 de noviembre, dedicó la primera parte de su discurso la marcha de la economía mundial.
La economía mundial, afirmó, ha vuelto "del borde del precipicio" de la recesión y se ha resistido a la "tentación del proteccionismo".
El presidente estadounidense declaró: "no podemos descansar hasta que las semillas del progreso crezcan y den una prosperidad más amplia, para los estadounidenses y toda la gente en el mundo".
Obama reiteró también su compromiso con el multilateralismo formulado en su primer discurso ante la ONU, el año pasado, e instó a los países a redoblar su compromiso con el buen Gobierno y contra la corrupción, entre otros asuntos.
Tras su intervención ante la 65 Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense se reunió hoy con el primer ministro chino, Wen Jiabao, para hablar de asuntos como la cotización del yuan o las tensiones entre Pekín y Tokio.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, dedicó hoy su discurso ante la Asamblea General de la ONU a lanzar un apremiante llamamiento a israelíes y palestinos a negociar de buena fe para llegar a un acuerdo de paz.
Obama, quien claramente apuesta por el éxito de esas negociaciones como una de las grandes prioridades de la política exterior en sus cuatro años de mandato, exigió una extensión de la moratoria sobre la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania, que expira el próximo 29 de septiembre.
El jefe de la Casa Blanca, quien en su alocución también aludió a asuntos desde la recuperación económica mundial a la guerra en Afganistán y el programa nuclear iraní, recordó que esa moratoria "ha creado una diferencia sobre el terreno y ha mejorado la atmósfera en las negociaciones".
Las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, que se retomaron en Washington el pasado 2 de septiembre y continuaron la semana pasada en Sharm el Sheij (Egipto) tras una interrupción de dos años, amenazan con volver a bloquearse ante el final de la moratoria, sin indicios hasta el momento de que Israel vaya a prorrogarla.
EE.UU. ha reconocido que la moratoria es uno de los principales escollos que atraviesan las negociaciones.
En su discurso, Obama aseguró que si "esta vez no dejamos que el terror, o la turbulencia, o los gestos para la galería, o el politiqueo se interpongan", en 2011 "podremos contar con un acuerdo que lleve a un nuevo miembro de la ONU, un estado palestino que viva en paz con Israel".
"Consideremos la alternativa", instó el presidente de EE.UU., quien recordó que si no se logra un acuerdo "los palestinos nunca conocerán el orgullo y la dignidad que concede el tener un Estado propio".
Por su parte, los israelíes "nunca conocerán la certidumbre y la seguridad que dan unos vecinos estables y soberanos comprometidos con la coexistencia", advirtió.
"Se vertirá más sangre. Esta Tierra Santa continuará como un símbolo de nuestras diferencias, en vez de nuestra humanidad común", continuó el presidente.
Obama lanzó también un llamamiento a los Estados árabes a prestar una mayor asistencia a los palestinos para que puedan crear las instituciones de su futuro Estado, y para que no intenten socavar la seguridad de Israel.
Cualquier esfuerzo por poner en duda la legitimidad de la existencia de Israel "se encontrará con la oposición inquebrantable de Estados Unidos", explicó.
En su discurso, Obama también se refirió a uno de los asuntos que dominaron su intervención el año pasado, el programa nuclear iraní, contra el que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso nuevas sanciones.
El presidente estadounidense mencionó que "la puerta de la diplomacia sigue abierta para Irán" si ese país acepta cumplir sus compromisos internacionales y renuncia al enriquecimiento de uranio.
"El Gobierno iraní debe demostrar un compromiso claro y creíble, y confirmar a la gente las intenciones pacíficas de su programa nuclear", insistió el gobernante.
Obama, quien ha hecho de la economía su gran prioridad doméstica ante el estancamiento del crecimiento y la proximidad de los comicios legislativos del 2 de noviembre, dedicó la primera parte de su discurso la marcha de la economía mundial.
La economía mundial, afirmó, ha vuelto "del borde del precipicio" de la recesión y se ha resistido a la "tentación del proteccionismo".
El presidente estadounidense declaró: "no podemos descansar hasta que las semillas del progreso crezcan y den una prosperidad más amplia, para los estadounidenses y toda la gente en el mundo".
Obama reiteró también su compromiso con el multilateralismo formulado en su primer discurso ante la ONU, el año pasado, e instó a los países a redoblar su compromiso con el buen Gobierno y contra la corrupción, entre otros asuntos.
Tras su intervención ante la 65 Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense se reunió hoy con el primer ministro chino, Wen Jiabao, para hablar de asuntos como la cotización del yuan o las tensiones entre Pekín y Tokio.