Las confesiones del canciller británico
Redacción, BBC Mundo
El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, sorprendió esta semana a la prensa con detalles profundamente personales de su vida privada, en un esfuerzo por poner fin a rumores sobre su sexualidad.
Con sus declaraciones -en las que por ejemplo reveló que su esposa Ffion ha sufrido varios abortos espontáneos durante los 13 años que ha durado su matrimonio- Hague le salió al paso a especulaciones sobre una supuesta "relación impropia" con uno de sus asesores.
Pero su actuar también reabrió el debate acerca del derecho a la privacidad de los políticos, el interés que su vida sexual puede tener sobre los votantes, e incluso el verdadero nivel de tolerancia de la homosexualidad en la sociedad británica.
Compartiendo cuartos
Los rumores sobre la posible homosexualidad de Hague, un influyente político conservador que en algún momento fungió como líder de su partido, no son nuevos y en buena medida están vinculados con su falta de hijos a pesar de un largo matrimonio.
Y volvieron a saltar al centro de la atención pública cuando se supo que el ahora ministro de Relaciones Exteriores había compartido una habitación de hotel en varias oportunidades con su asistente, Christopher Myers, durante la campaña electoral.
Los rumores motivaron la renuncia de Myers, de 25 años, quien había asumido un puesto de asesor en el ministerio de Hague, según sus críticos como producto de una "relación impropia".
Pero la versión fue desmentida tajantemente por el ministro en una comparecencia que el sub editor de política de la BBC, James Landale, calificó de "extraordinaria", por lo detallado de la respuesta a los señalamientos y lo íntimo de las revelaciones sobre su matrimonio.
Hague explicó que no había querido hacer públicas las dificultades para concebir que había enfrentado en su matrimonio, porque quería evitar un dolor innecesario a sus familiares.
"Lamento mucho tener que hacer esta declaración tan personal, pero a menudo (con su esposa Ffion) nos habíamos dicho mutuamente 'si tan sólo supieran la verdad'.
"Bueno, ésta es la verdad", afirmó.
Homosexualidad aún incomoda
Para algunos, el interés público en el tema se justifica ante la posibilidad de favoritismo en el nombramiento de un funcionario estatal.
Pero en un artículo publicado en el periódico británico The Guardian, el comentarista Julian Glover sostiene que la polémica sobre todo demuestra que el mundo político británico todavía reacciona con incomodidad frente al tema de la homosexualidad.
Aunque Hague claramente esperaba que su valerosa decisión le pusiera punto final a la polémica, por el momento sus declaraciones solamente parecen haber generado un mayor interés en su situación.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, sorprendió esta semana a la prensa con detalles profundamente personales de su vida privada, en un esfuerzo por poner fin a rumores sobre su sexualidad.
Con sus declaraciones -en las que por ejemplo reveló que su esposa Ffion ha sufrido varios abortos espontáneos durante los 13 años que ha durado su matrimonio- Hague le salió al paso a especulaciones sobre una supuesta "relación impropia" con uno de sus asesores.
Pero su actuar también reabrió el debate acerca del derecho a la privacidad de los políticos, el interés que su vida sexual puede tener sobre los votantes, e incluso el verdadero nivel de tolerancia de la homosexualidad en la sociedad británica.
Compartiendo cuartos
Los rumores sobre la posible homosexualidad de Hague, un influyente político conservador que en algún momento fungió como líder de su partido, no son nuevos y en buena medida están vinculados con su falta de hijos a pesar de un largo matrimonio.
Y volvieron a saltar al centro de la atención pública cuando se supo que el ahora ministro de Relaciones Exteriores había compartido una habitación de hotel en varias oportunidades con su asistente, Christopher Myers, durante la campaña electoral.
Los rumores motivaron la renuncia de Myers, de 25 años, quien había asumido un puesto de asesor en el ministerio de Hague, según sus críticos como producto de una "relación impropia".
Pero la versión fue desmentida tajantemente por el ministro en una comparecencia que el sub editor de política de la BBC, James Landale, calificó de "extraordinaria", por lo detallado de la respuesta a los señalamientos y lo íntimo de las revelaciones sobre su matrimonio.
Hague explicó que no había querido hacer públicas las dificultades para concebir que había enfrentado en su matrimonio, porque quería evitar un dolor innecesario a sus familiares.
"Lamento mucho tener que hacer esta declaración tan personal, pero a menudo (con su esposa Ffion) nos habíamos dicho mutuamente 'si tan sólo supieran la verdad'.
"Bueno, ésta es la verdad", afirmó.
Homosexualidad aún incomoda
Para algunos, el interés público en el tema se justifica ante la posibilidad de favoritismo en el nombramiento de un funcionario estatal.
Pero en un artículo publicado en el periódico británico The Guardian, el comentarista Julian Glover sostiene que la polémica sobre todo demuestra que el mundo político británico todavía reacciona con incomodidad frente al tema de la homosexualidad.
Aunque Hague claramente esperaba que su valerosa decisión le pusiera punto final a la polémica, por el momento sus declaraciones solamente parecen haber generado un mayor interés en su situación.