El FBI cometió excesos al investigar grupos de izquierda tras el 11-S, dice un informe
Washington, Agencias
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) cometió "excesos" al etiquetar como terroristas a los grupos de activistas de izquierdas que investigó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, según un informe difundido hoy por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El informe, encargado por el Congreso hace 4 años y firmado por el Inspector General de Justicia, Glenn A. Fine, critica al FBI por haber calificado como "casos de terrorismo doméstico" las actividades de varios grupos entre 2001 y 2006, entre ellos Greenpeace y Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (PETA).
De acuerdo con el informe, el FBI no tenía pruebas suficientes para respaldar el calificativo de terrorismo, y se basaba en "crímenes potenciales" como el allanamiento y el vandalismo, "que podían haberse calificado de otro modo".
Además, el FBI "hizo declaraciones falsas y engañosas al Congreso de Estados Unidos" sobre estas investigaciones, según el informe, que insta a la agencia a llevar a cabo una investigación interna y considerar si es necesario algún tipo de acción "administrativa o de otro tipo".
El Departamento de Justicia subraya, sin embargo, que el FBI no incurrió en espionaje basado en motivos políticos y que los excesos se cometieron en una serie de casos específicos, y no como un ataque a la actividad habitual de los grupos.
"Las pruebas no indicaron que el FBI centrara su investigación a ninguno de los grupos con base en sus actividades respaldadas por la Primera Enmienda", que garantiza la libre expresión de opiniones políticas, señaló el informe.
Sin embargo, el documento de 209 páginas concluye que "en varios casos, la justificación de las investigaciones del FBI era débil y que en varios otros, había poca indicación de ningún posible crimen federal, y sí de crímenes locales".
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) cometió "excesos" al etiquetar como terroristas a los grupos de activistas de izquierdas que investigó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, según un informe difundido hoy por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El informe, encargado por el Congreso hace 4 años y firmado por el Inspector General de Justicia, Glenn A. Fine, critica al FBI por haber calificado como "casos de terrorismo doméstico" las actividades de varios grupos entre 2001 y 2006, entre ellos Greenpeace y Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (PETA).
De acuerdo con el informe, el FBI no tenía pruebas suficientes para respaldar el calificativo de terrorismo, y se basaba en "crímenes potenciales" como el allanamiento y el vandalismo, "que podían haberse calificado de otro modo".
Además, el FBI "hizo declaraciones falsas y engañosas al Congreso de Estados Unidos" sobre estas investigaciones, según el informe, que insta a la agencia a llevar a cabo una investigación interna y considerar si es necesario algún tipo de acción "administrativa o de otro tipo".
El Departamento de Justicia subraya, sin embargo, que el FBI no incurrió en espionaje basado en motivos políticos y que los excesos se cometieron en una serie de casos específicos, y no como un ataque a la actividad habitual de los grupos.
"Las pruebas no indicaron que el FBI centrara su investigación a ninguno de los grupos con base en sus actividades respaldadas por la Primera Enmienda", que garantiza la libre expresión de opiniones políticas, señaló el informe.
Sin embargo, el documento de 209 páginas concluye que "en varios casos, la justificación de las investigaciones del FBI era débil y que en varios otros, había poca indicación de ningún posible crimen federal, y sí de crímenes locales".