El "Dream Act" fracasa en el Senado de EEUU
Washington, Agencias
El proyecto de ley "Dream Act", que permitiría la legalización de estudiantes indocumentados, volvió hoy al congelador después de que los demócratas no lograsen los votos suficientes para siquiera iniciar su debate.
Con 56 votos a favor y 43 en contra, los demócratas no reunieron los 60 votos necesarios para impedir el bloqueo del debate sobre una ley de gastos de defensa para 2011 en la que el "Dream Act" iba a ser incluido.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo desde el pleno que no se dará por vencido.
"Quiero que todos los que me escuchan sepan que vamos a votar sobre el Dream Act. Sólo es cuestión de cuándo, porque se trata de un asunto de justicia", dijo Reid.
De hecho su oficina dijo a Efe que Reid ahora sopesa varias posibilidades, aunque sin poner fecha. Entre los escenarios posibles figura volver a intentar un voto antes o después del receso, o incluir el "Dream Act" en otro "vehículo legislativo".
Los grupos defensores de una reforma migratoria, incluyendo el Centro para una Política de Inmigración (IPC) y el movimiento Reforma Migratoria para EE.UU criticaron el bloqueo del debate y lamentaron una "oportunidad perdida".
Previo al voto, los senadores Dick Durbin, demócrata por Illinois, y Joe Lieberman, independiente por Connecticut, prometieron en rueda de prensa dar la lucha por el "Dream Act".
El "Dream Act" iba a ser introducido como una enmienda a la ley de gastos de defensa de 725.700 millones de dólares, que incluía también la revocación de una ley que desde 1993 prohíbe la participación de soldados abiertamente homosexuales en el Ejército.
De cara a los comicios del próximo 2 de noviembre, ambos asuntos han provocado grandes fisuras en el Congreso.
"No es vía libre para la ciudadanía, y no es una amnistía... es simplemente una cuestión de justicia en este país", afirmó Durbin.
El "Dream Act" fue presentado por primera vez en 2001 y fracasó también en 2007 en el Senado.
La medida permitiría la legalización de estudiantes indocumentados que llegaron a EE.UU antes de cumplir los 16 años, llevan al menos cinco años de estancia en el país, no tienen antecedentes criminales, y completan al menos dos años en la universidad o prestan servicio en las Fuerzas Armadas.
Además, los estudiantes que se beneficien de esta ley no tendrán acceso a becas "Pell Grant" para completar su carrera universitaria y afrontan fuertes multas si cometen fraude, explicó Durbin.
"No fue su decisión venir a este país, pero acá han crecido... no debemos castigarlos por los errores de sus padres", argumentó.
Según el Instituto de Política Migratoria (MPI), alrededor de 2,1 millones de estudiantes indocumentados son "elegibles" en caso de que el Congreso apruebe la ley. De ese universo, sin embargo, sólo alrededor de un millón reuniría cada uno de los requisitos.
En la rueda de prensa, a la que asistieron decenas de estudiantes de indocumentados de todo el país, el estudiante mexicano César Vargas dijo que uno de sus grandes deseos es "ganarse la oportunidad" de legalizarse y prestar servicio militar en este país.
"Sin el Dream Act, estoy relegado a (ser) una mera sombra" en EE.UU, dijo Vargas, quien llegó de México a los 5 años de edad y ahora cursa su tercer año en la Facultad de Leyes de City University College en Nueva York.
Vargas presentó a los senadores un sobre amarillo con una petición firmada por 65.000 personas a favor del "Dream Act".
El "Dream Act" también cuenta con el aval de los departamentos de Educación y de Seguridad Nacional, cuyos titulares, Arne Duncan y Janet Napolitano, respectivamente, enviaron hoy mismo una carta al Senado para pedir su aprobación.
Los senadores republicanos John McCain y Orrin Hatch antes apoyaban el "Dream Act" pero ahora ni ellos ni otros líderes de su bancada lo respaldan.
Por su parte, Lieberman dejó en claro que "aunque no logremos los 60 votos, esto no termina acá. Regresaremos en noviembre o diciembre".
La estrategia demócrata, esta vez fracasada, era obligar a los republicanos a votar en contra de la ley de gastos de defensa o tragarse un plan de legalización que aborrecen.
El proyecto de ley "Dream Act", que permitiría la legalización de estudiantes indocumentados, volvió hoy al congelador después de que los demócratas no lograsen los votos suficientes para siquiera iniciar su debate.
Con 56 votos a favor y 43 en contra, los demócratas no reunieron los 60 votos necesarios para impedir el bloqueo del debate sobre una ley de gastos de defensa para 2011 en la que el "Dream Act" iba a ser incluido.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo desde el pleno que no se dará por vencido.
"Quiero que todos los que me escuchan sepan que vamos a votar sobre el Dream Act. Sólo es cuestión de cuándo, porque se trata de un asunto de justicia", dijo Reid.
De hecho su oficina dijo a Efe que Reid ahora sopesa varias posibilidades, aunque sin poner fecha. Entre los escenarios posibles figura volver a intentar un voto antes o después del receso, o incluir el "Dream Act" en otro "vehículo legislativo".
Los grupos defensores de una reforma migratoria, incluyendo el Centro para una Política de Inmigración (IPC) y el movimiento Reforma Migratoria para EE.UU criticaron el bloqueo del debate y lamentaron una "oportunidad perdida".
Previo al voto, los senadores Dick Durbin, demócrata por Illinois, y Joe Lieberman, independiente por Connecticut, prometieron en rueda de prensa dar la lucha por el "Dream Act".
El "Dream Act" iba a ser introducido como una enmienda a la ley de gastos de defensa de 725.700 millones de dólares, que incluía también la revocación de una ley que desde 1993 prohíbe la participación de soldados abiertamente homosexuales en el Ejército.
De cara a los comicios del próximo 2 de noviembre, ambos asuntos han provocado grandes fisuras en el Congreso.
"No es vía libre para la ciudadanía, y no es una amnistía... es simplemente una cuestión de justicia en este país", afirmó Durbin.
El "Dream Act" fue presentado por primera vez en 2001 y fracasó también en 2007 en el Senado.
La medida permitiría la legalización de estudiantes indocumentados que llegaron a EE.UU antes de cumplir los 16 años, llevan al menos cinco años de estancia en el país, no tienen antecedentes criminales, y completan al menos dos años en la universidad o prestan servicio en las Fuerzas Armadas.
Además, los estudiantes que se beneficien de esta ley no tendrán acceso a becas "Pell Grant" para completar su carrera universitaria y afrontan fuertes multas si cometen fraude, explicó Durbin.
"No fue su decisión venir a este país, pero acá han crecido... no debemos castigarlos por los errores de sus padres", argumentó.
Según el Instituto de Política Migratoria (MPI), alrededor de 2,1 millones de estudiantes indocumentados son "elegibles" en caso de que el Congreso apruebe la ley. De ese universo, sin embargo, sólo alrededor de un millón reuniría cada uno de los requisitos.
En la rueda de prensa, a la que asistieron decenas de estudiantes de indocumentados de todo el país, el estudiante mexicano César Vargas dijo que uno de sus grandes deseos es "ganarse la oportunidad" de legalizarse y prestar servicio militar en este país.
"Sin el Dream Act, estoy relegado a (ser) una mera sombra" en EE.UU, dijo Vargas, quien llegó de México a los 5 años de edad y ahora cursa su tercer año en la Facultad de Leyes de City University College en Nueva York.
Vargas presentó a los senadores un sobre amarillo con una petición firmada por 65.000 personas a favor del "Dream Act".
El "Dream Act" también cuenta con el aval de los departamentos de Educación y de Seguridad Nacional, cuyos titulares, Arne Duncan y Janet Napolitano, respectivamente, enviaron hoy mismo una carta al Senado para pedir su aprobación.
Los senadores republicanos John McCain y Orrin Hatch antes apoyaban el "Dream Act" pero ahora ni ellos ni otros líderes de su bancada lo respaldan.
Por su parte, Lieberman dejó en claro que "aunque no logremos los 60 votos, esto no termina acá. Regresaremos en noviembre o diciembre".
La estrategia demócrata, esta vez fracasada, era obligar a los republicanos a votar en contra de la ley de gastos de defensa o tragarse un plan de legalización que aborrecen.