14 Muertos en la jornada más sangrienta de este año en el valle de Cachemira
Nueva Delhi, Agencias
Los rumores de que una copia del Corán había sido profanada en EEUU inflamaron aún más los ánimos en el valle de Cachemira, que hoy vivió la jornada más violenta -con al menos 14 muertos- desde que comenzó la actual ola de protestas contra la India, en junio pasado.
Según fuentes oficiales citadas por la agencia PTI, al menos 14 personas, entre ellas un policía, perdieron la vida y 70 resultaron heridas durante varias manifestaciones y choques con las fuerzas de seguridad en todo el valle de Cachemira, musulmán bajo soberanía india.
Por su parte, la agencia IANS elevó a 16 los fallecidos, entre ellos un policía, y situó en 80 el número de heridos.
Una de las protestas, que dejó al menos cinco muertos en Tangmarg (norte cachemir), fue motivada por los rumores de que se había quemado una copia del Corán en EEUU, según el plan que tenía un pastor protestante radical estadounidense, que finalmente no llevó adelante.
Los manifestantes prendieron fuego a una escuela cristiana y a varios edificios y residencias oficiales, tras lo cual protagonizaron un choque con la Policía, que abrió fuego contra ellos.
"Son protestas absolutamente proislámicas y pedimos castigos adecuados para aquellos que han profanado el sagrado Corán", dijo a IANS un lugareño de 55 años, Manzoor Ahmad.
En un comunicado, el embajador estadounidense en Delhi, Timothy J. Roemer, precisó que algunos medios han informado de que el pasado 11 de septiembre "un individuo desinformado de EEUU profanó el sagrado Corán arrancándole algunas páginas".
"Condeno estos actos como irrespetuosos, intolerantes, desintegradores y no representativos de los valores norteamericanos", aseveró.
"También estamos consternados al ver informaciones de que una escuela y una iglesia en Cachemira y en Punjab (estado vecino) han sido atacadas y destruidas por alborotadores", manifestó.
Durante la jornada se registraron muchas otras protestas con víctimas en otros puntos del valle como Badgam, Pampore, Bandipora y Charar-e-Sharif.
Todo ello pese al toque de queda impuesto este fin de semana y ampliado hoy por las autoridades indias ante el brote de violencia tras las oraciones del Eid, festividad que marca el fin del Ramadán.
Una fuente policial dijo a IANS que el toque de queda continuará vigente tanto en Srinagar como en otros importantes núcleos urbanos al norte y al sur de esa ciudad, capital estival de la Cachemira india.
Aunque las fuentes oficiales indias insistieron en que los manifestantes expresaron su repulsa por la profanación del Corán tras informaciones al respecto difundidas por una televisión iraní -cuya transmisión fue después bloqueada-, las protestas son constantes desde junio y tienen como principales proclamas la independencia y la retirada de las fuerzas de seguridad indias.
Decenas de civiles han muerto desde entonces y los analistas empiezan a comparar la situación con el final de la década de 1980, cuando a la efervescencia social se unió el auge de grupos separatistas o propaquistaníes armados.
El conflicto sigue enquistado y el primer ministro indio, Manmohan Singh, mostró hoy su preocupación y subrayó que las demandas de los cachemires deben ser abordadas.
"Estamos dispuestos a hablar con toda persona o grupo que abjure de la violencia, en el marco de nuestra Constitución", declaró Singh en conferencia de Defensa.
Horas después, un grupo de ministros -entre ellos los de Interior, Defensa y Exteriores- encabezados por Singh se reunieron para estudiar las posibles modificaciones a una ley que da poderes especiales a las Fuerzas Armadas indias en estados conflictivos como Cachemira y otros del aislado noreste.
Según PTI, que no citó a sus fuentes, en concreto se estudió aprobar un paquete de indemnizaciones para las víctimas y retirar de algunos distritos los poderes especiales de las fuerzas de seguridad, que actúan frecuentemente con impunidad.
Finalmente no se tomó ninguna decisión y se convocó una reunión de todas las fuerzas políticas para el próximo miércoles.
El jefe del Gobierno cachemir, Omar Abdulá, mantuvo encuentros en Delhi con la presidenta del gobernante Partido del Congreso, Sonia Gandhi, y el ministro de Interior, P. Chidambaram, a los que pidió que el Gobierno considere la posibilidad de abrir un proceso político.
El Ejecutivo de Singh ya había hecho durante los últimos meses ofertas vagas de diálogo que incluían a los grupos separatistas y otras fuerzas políticas del estado cachemir.
Frente a la relativa calma que reina en la Cachemira bajo soberanía paquistaní, el estado que depende de la India ha vivido en permanente inestabilidad desde la traumática partición del subcontinente, en 1947, y ha motivado dos guerras y varios conflictos menores entre las dos potencias del Sur de Asia.
Los rumores de que una copia del Corán había sido profanada en EEUU inflamaron aún más los ánimos en el valle de Cachemira, que hoy vivió la jornada más violenta -con al menos 14 muertos- desde que comenzó la actual ola de protestas contra la India, en junio pasado.
Según fuentes oficiales citadas por la agencia PTI, al menos 14 personas, entre ellas un policía, perdieron la vida y 70 resultaron heridas durante varias manifestaciones y choques con las fuerzas de seguridad en todo el valle de Cachemira, musulmán bajo soberanía india.
Por su parte, la agencia IANS elevó a 16 los fallecidos, entre ellos un policía, y situó en 80 el número de heridos.
Una de las protestas, que dejó al menos cinco muertos en Tangmarg (norte cachemir), fue motivada por los rumores de que se había quemado una copia del Corán en EEUU, según el plan que tenía un pastor protestante radical estadounidense, que finalmente no llevó adelante.
Los manifestantes prendieron fuego a una escuela cristiana y a varios edificios y residencias oficiales, tras lo cual protagonizaron un choque con la Policía, que abrió fuego contra ellos.
"Son protestas absolutamente proislámicas y pedimos castigos adecuados para aquellos que han profanado el sagrado Corán", dijo a IANS un lugareño de 55 años, Manzoor Ahmad.
En un comunicado, el embajador estadounidense en Delhi, Timothy J. Roemer, precisó que algunos medios han informado de que el pasado 11 de septiembre "un individuo desinformado de EEUU profanó el sagrado Corán arrancándole algunas páginas".
"Condeno estos actos como irrespetuosos, intolerantes, desintegradores y no representativos de los valores norteamericanos", aseveró.
"También estamos consternados al ver informaciones de que una escuela y una iglesia en Cachemira y en Punjab (estado vecino) han sido atacadas y destruidas por alborotadores", manifestó.
Durante la jornada se registraron muchas otras protestas con víctimas en otros puntos del valle como Badgam, Pampore, Bandipora y Charar-e-Sharif.
Todo ello pese al toque de queda impuesto este fin de semana y ampliado hoy por las autoridades indias ante el brote de violencia tras las oraciones del Eid, festividad que marca el fin del Ramadán.
Una fuente policial dijo a IANS que el toque de queda continuará vigente tanto en Srinagar como en otros importantes núcleos urbanos al norte y al sur de esa ciudad, capital estival de la Cachemira india.
Aunque las fuentes oficiales indias insistieron en que los manifestantes expresaron su repulsa por la profanación del Corán tras informaciones al respecto difundidas por una televisión iraní -cuya transmisión fue después bloqueada-, las protestas son constantes desde junio y tienen como principales proclamas la independencia y la retirada de las fuerzas de seguridad indias.
Decenas de civiles han muerto desde entonces y los analistas empiezan a comparar la situación con el final de la década de 1980, cuando a la efervescencia social se unió el auge de grupos separatistas o propaquistaníes armados.
El conflicto sigue enquistado y el primer ministro indio, Manmohan Singh, mostró hoy su preocupación y subrayó que las demandas de los cachemires deben ser abordadas.
"Estamos dispuestos a hablar con toda persona o grupo que abjure de la violencia, en el marco de nuestra Constitución", declaró Singh en conferencia de Defensa.
Horas después, un grupo de ministros -entre ellos los de Interior, Defensa y Exteriores- encabezados por Singh se reunieron para estudiar las posibles modificaciones a una ley que da poderes especiales a las Fuerzas Armadas indias en estados conflictivos como Cachemira y otros del aislado noreste.
Según PTI, que no citó a sus fuentes, en concreto se estudió aprobar un paquete de indemnizaciones para las víctimas y retirar de algunos distritos los poderes especiales de las fuerzas de seguridad, que actúan frecuentemente con impunidad.
Finalmente no se tomó ninguna decisión y se convocó una reunión de todas las fuerzas políticas para el próximo miércoles.
El jefe del Gobierno cachemir, Omar Abdulá, mantuvo encuentros en Delhi con la presidenta del gobernante Partido del Congreso, Sonia Gandhi, y el ministro de Interior, P. Chidambaram, a los que pidió que el Gobierno considere la posibilidad de abrir un proceso político.
El Ejecutivo de Singh ya había hecho durante los últimos meses ofertas vagas de diálogo que incluían a los grupos separatistas y otras fuerzas políticas del estado cachemir.
Frente a la relativa calma que reina en la Cachemira bajo soberanía paquistaní, el estado que depende de la India ha vivido en permanente inestabilidad desde la traumática partición del subcontinente, en 1947, y ha motivado dos guerras y varios conflictos menores entre las dos potencias del Sur de Asia.