La Premier tiene varios en la pelea

Londres, Agencias
La Premier League dará paso este sábado a una nueva era marcada por incipientes protagonistas, encargados de poner fin a la tradicional supremacía de los cuatro grandes clubes e inaugurar una lucha más abierta por el título, que arrancará después de una temporada de traspasos austera para la mayoría.

"El año pasado, el monopolio de los cuatro grandes fue acallado cuando el Tottenham entró en ese terreno y esta temporada volverán a hacer más progresos", opina Sir Alex Ferguson, el técnico con más años al frente de un club inglés en estos momentos, el Manchester United.

Su equipo había sido, junto al Liverpool, Chelsea y Arsenal, los únicos rivales hasta el año pasado con opciones reales de alzarse campeones y disputar la 'Champions' desde que se inaugurara en la temporada 1992-1993 el nombre de Premier League para la primera división inglesa.

Ahora su estatus se ve amenazado por el desembolso del jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan en el Manchester City, el mayor entre los clubes europeos este verano, y por los nuevos desafíos de quienes acostumbraban a situarse en mitad de tabla.

"Las cosas cambiaron definitivamente la pasada temporada, fue una liga distinta en comparación con lo que habíamos visto hasta entonces", señaló Ferguson en referencia al cuarto puesto logrado por el Tottenham, con acceso a la fase previa de la Liga de Campeones.

También el entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, lo ve claro. El francés considera al Manchester City uno de los principales aspirantes al título que, todavía pendiente de los fichajes del delantero del Aston Villa James Milner y del italiano del Inter de Milán Mario Balotelli, podría superar aún los 80 millones de libras (97 millones de euros) de inversión.

Es el precio que le ha costado colocar en sus filas a David Silva, Yaya Touré, Jerome Boateng y Aleksandar Kolarov, una cifra que equivaldría al gasto conjunto de los veinte clubes en otra época.

Aunque el argentino del City, Carlos Tévez, considera que la competición se centrará sólo en cinco equipos, desde el Arsenal apuestan más por una batalla con seis o siete piezas, entre las que sitúan también al Everton y al Aston Villa.

Su presupuesto no es comparable con el del City ni con el del magnate ruso que financia al Chelsea, Roman Abramovich, pero lo que Randy Lerner pretende no es ganar la liga sino escalar posiciones, al estilo del Tottenham, y con más inmediatez encontrar un técnico.

Con ese frente abierto, a dos días del arranque de la liga, el equipo del primer ministro británico David Cameron tendrá que recuperar su papel en la competición, después de sus victorias el año pasado ante el Manchester United y el Liverpool.

Más valorado por el resto de clubes está el equipo del español Mikel Arteta, el Everton, que cumple estrictas medidas de austeridad, con un banquillo estable ocupado por David Moyes desde hace siete años, pero cuyo presidente, Bill Kenwright, se debate si vender la entidad.

Volverán a irrumpir los forcejeos del Fulham, que disputó en mayo la final de la Liga Europa ante el Atlético de Madrid, por mantenerse en esa competición pese a la marcha del entrenador Roy Hodgson al Liverpool.

Menores son las pretensiones del Wigan, entrenador por el español Roberto Martínez, que ve aún muy lejos las posibilidades de participar en las grandes ligas europeas y se preocupará más este año por dejar atrás el "san benito" de pequeño equipo que fácilmente podría verse en segunda.

El que más tiene que temer es el Liverpool, que aún no conoce el nombre de su salvador. Sus actuales propietarios, los estadounidenses George Gillet y Tom Hicks, buscan desde el pasado mes de abril un comprador dispuesto a saldar la deuda del club, que asciende a 350 millones de libras (414 millones de euros).

Mientras tanto, los "reds" conservan sus máximos activos, entre ellos el español Fernando Torres y el capitán Steven Gerrard, pero continúa incapaz de renovar su plantilla para evitar debacles como la de la pasada temporada, cuando terminó séptimo en la tabla.

Muy por encima de esas posibilidades se encuentra el Arsenal, que endeudado a causa del nuevo estadio para 60.000 espectadores, también cuenta ahora gracias a ello con una mayor fuente de ingresos, que les ha permitido a los "gunners" rechazar las dos ofertas del Barcelona para llevarse a su capitán, Cesc Fábregas.

En lugar de centrarse en grandes fichajes, el Arsenal ha optado por rejuvenecer su escuadra, abriendo las puertas por ejemplo a la pareja de 18 años Jack Wilshere y Emmanuel Frimpong, y terminar con la sequía que vive desde que ganó su último trofeo, la Copa de Inglaterra en 2005.

Al contrario, el doble campeón la pasada temporada (liga y FA Cup), el Chelsea, se enfrentará a la madurez de algunos de sus jugadores clave -Didier Drogba y Frank Lampard han cumplido ya 32 años-, un hándicap, según "The Guardian", del que algunos clubes prefieren no darse cuenta.

Excepto en Eastlands, la cautela ha sido el elemento más compartido en esta temporada de traspasos, que terminará el 31 de agosto.

En el caso de los gigantes "Diablos Rojos", su deuda de más de 700 millones de libras (851 millones de euros) ha instado a Ferguson a buscar fichajes asequibles, como el del mexicano Javier "Chicharito" Hernández, adquirido por unos ocho millones de euros.

Con escasos cambios, el Manchester United buscará su 19 título de Premier para adelantar al Liverpool en ese récord y espera alcanzar su cuarto trofeo de la Liga de Campeones, después de que en mayo se viviera la primera final de ese torneo en seis años sin un equipo inglés.

La cara fea de la liga podría ser fácilmente para el recién ascendido Blackpool, considerado el más vulnerable ya que entró en el circuito a través de los "play-off" y se estrenará el sábado ante el Arsenal.

Las otras incorporaciones son las del West Brom y el experimentado Newcastle United, que ha prometido ofrecer gran espectáculo pese a sus limitaciones financieras.

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