La pelea entre los partidos de Irak ahonda la crisis política
Bagdad, Agencias
Los dos principales partidos iraquíes rompieron ayer las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno alejando la posibilidad de una solución al limbo político que Irak vive cinco meses después de las elecciones legislativas del 7 de marzo. La coalición que ganó la votación con 91 escaños, Iraquiya, el bloque confesional encabezado por el ex primer ministro Iyad Alaui, anunció la suspensión del diálogo con el Estado de la ley, el partido del primer ministro, Nuri al Maliki.
La ruptura fue la consecuencia de las declaraciones hechas por Al Maliki en una entrevista televisada en la que el primer ministro definió Iraquiya como "un bloque suní", según explicó una portavoz de la formación de Alaui, Maysoon al Damluji. "Queremos que se disculpe, no con Iraquiya sino con los seguidores de Iraquiya que votaron por un proyecto nacional y no sectario", dijo la portavoz del partido de Alaui, integrado por políticos chiíes laicos y dirigentes de partidos suníes.
Callejón sin salida
El episodio vuelve a poner de manifiesto las dificultades de buscar una salida al punto muerto en que se encuentra el panorama político iraquí tras unas elecciones que tenían que aportar estabilidad al país siete años después de que la invasión militar encabezada por Estados Unidos acabara con el régimen de Saddam Hussein.
El partido de Al Maliki consiguió dos escaños menos que Iraquiya y tras las elecciones forjó una alianza con el tercer grupo en liza, la Alianza Nacional Iraquí, de marcado carácter confesional chií. Entre ambas formaciones tienen 159, cuatro menos de la mayoría absoluta necesaria para formar Gobierno. Además, a principios de agosto la Alianza anunció que congelaba el diálogo con el Estado de la ley porque rechazaba que Al Maliki volviera a ser jefe de Gobierno, lo que llevó al primer ministro a abrir negociaciones con el partido de su hasta entonces rival, Alaui.
La falta de un nuevo Gobierno alimenta las tensiones en el país a pocos días de la fecha prevista para el fin de las operaciones militares de EE UU en Irak, el próximo 31 de agosto. En julio el número de civiles muertos en ataques y atentados llegó a 396, casi el doble que el mes anterior, según cifras oficiales, mientras los grupos armados desafían a las fuerzas de seguridad iraquíes.
Los dos principales partidos iraquíes rompieron ayer las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno alejando la posibilidad de una solución al limbo político que Irak vive cinco meses después de las elecciones legislativas del 7 de marzo. La coalición que ganó la votación con 91 escaños, Iraquiya, el bloque confesional encabezado por el ex primer ministro Iyad Alaui, anunció la suspensión del diálogo con el Estado de la ley, el partido del primer ministro, Nuri al Maliki.
La ruptura fue la consecuencia de las declaraciones hechas por Al Maliki en una entrevista televisada en la que el primer ministro definió Iraquiya como "un bloque suní", según explicó una portavoz de la formación de Alaui, Maysoon al Damluji. "Queremos que se disculpe, no con Iraquiya sino con los seguidores de Iraquiya que votaron por un proyecto nacional y no sectario", dijo la portavoz del partido de Alaui, integrado por políticos chiíes laicos y dirigentes de partidos suníes.
Callejón sin salida
El episodio vuelve a poner de manifiesto las dificultades de buscar una salida al punto muerto en que se encuentra el panorama político iraquí tras unas elecciones que tenían que aportar estabilidad al país siete años después de que la invasión militar encabezada por Estados Unidos acabara con el régimen de Saddam Hussein.
El partido de Al Maliki consiguió dos escaños menos que Iraquiya y tras las elecciones forjó una alianza con el tercer grupo en liza, la Alianza Nacional Iraquí, de marcado carácter confesional chií. Entre ambas formaciones tienen 159, cuatro menos de la mayoría absoluta necesaria para formar Gobierno. Además, a principios de agosto la Alianza anunció que congelaba el diálogo con el Estado de la ley porque rechazaba que Al Maliki volviera a ser jefe de Gobierno, lo que llevó al primer ministro a abrir negociaciones con el partido de su hasta entonces rival, Alaui.
La falta de un nuevo Gobierno alimenta las tensiones en el país a pocos días de la fecha prevista para el fin de las operaciones militares de EE UU en Irak, el próximo 31 de agosto. En julio el número de civiles muertos en ataques y atentados llegó a 396, casi el doble que el mes anterior, según cifras oficiales, mientras los grupos armados desafían a las fuerzas de seguridad iraquíes.