El Ramadán llega a un Pakistán devastado
Ana Gabriela Rojas, Nueva Delhi, El País
"La gente está desesperada: lo han perdido todo y ahora necesitan ayuda para alimentarse y sobrevivir", así define por teléfono la situación en Pakistán el portavoz para el Programa Mundial de Alimentos , Amjad Jamal. Se estima que al menos seis millones de personas requerirán de asistencia alimentaria por los próximos tres meses.
Los daños a los cultivos son "masivos" y en algunas áreas "se perdió casi todo". Tal es el caso de la provincia de Punjab, que es considerada el granero del país.
Los mercados no están funcionando, las reservas se perdieron y la gente también perdió sus cosechas y ganado. "El precio de la comida, especialmente de frutas, verduras y granos está aumentado terriblemente. Esto es muy peligroso en un país con el 48% de sus habitantes bajo la línea de la pobreza", asegura Jamal. También seis millones de personas necesitan que se les provea de agua potable, en caso contrario, se temen que broten las epidemias transmitidas por el agua contaminada. La OMS reporta más de 15.000 casos de diarrea aguda.
El Ramadán encontró hoy a Pakistán inundado de norte a sur. Los musulmanes acostumbran a ayunar del amanecer al anochecer durante este mes. "Ramadán o no Ramadán, ya estamos muriéndonos de hambre", dijo Mai Hakkema a AP. Esta mujer afectada asegura que están forzados a ayunar por el desastre que azota al país desde hace dos semanas.
Mufti Muneebur Rehman, uno de los líderes religiosos más reconocidos ha dicho a los medios que pide a los afectados que paren los ayunos y que los realicen más adelante en el año. Por otra parte, los talibanes lanzaron un comunicado en el que decían que las inundaciones son "un castigo de dios al país" por aceptar a los líderes seculares y urgieron a boicotear la ayuda extranjera.
Por su parte la ONU ha lanzado su plan de respuesta de emergencia a las inundaciones. Se necesitarán unos 460 millones de dólares en las siguientes semanas para "cubrir las urgentes necesidades humanitarias de millones de personas", dicen en un comunicado.
Esta es una "catástrofe mayor", según el encargado de asuntos humanitarios de la ONU, John Holmes. Dice que la cifra de muertos ha sido relativamente baja comparada con otros desastres naturales, pero que el número de afectados es extraordinariamente alto. "Si no actuamos suficientemente rápido, muchos más podrían morir de enfermedades y falta de alimentos", concluyó.
El gobierno estima que más de 14 millones de personas están afectadas en diferentes grados. La tragedia podría alcanzar dimensiones todavía peores, ya que la lluvia sigue cayendo en algunas zonas y existen más riesgos de inundaciones. Cientos de miles de personas están desplazadas.
"La gente está desesperada: lo han perdido todo y ahora necesitan ayuda para alimentarse y sobrevivir", así define por teléfono la situación en Pakistán el portavoz para el Programa Mundial de Alimentos , Amjad Jamal. Se estima que al menos seis millones de personas requerirán de asistencia alimentaria por los próximos tres meses.
Los daños a los cultivos son "masivos" y en algunas áreas "se perdió casi todo". Tal es el caso de la provincia de Punjab, que es considerada el granero del país.
Los mercados no están funcionando, las reservas se perdieron y la gente también perdió sus cosechas y ganado. "El precio de la comida, especialmente de frutas, verduras y granos está aumentado terriblemente. Esto es muy peligroso en un país con el 48% de sus habitantes bajo la línea de la pobreza", asegura Jamal. También seis millones de personas necesitan que se les provea de agua potable, en caso contrario, se temen que broten las epidemias transmitidas por el agua contaminada. La OMS reporta más de 15.000 casos de diarrea aguda.
El Ramadán encontró hoy a Pakistán inundado de norte a sur. Los musulmanes acostumbran a ayunar del amanecer al anochecer durante este mes. "Ramadán o no Ramadán, ya estamos muriéndonos de hambre", dijo Mai Hakkema a AP. Esta mujer afectada asegura que están forzados a ayunar por el desastre que azota al país desde hace dos semanas.
Mufti Muneebur Rehman, uno de los líderes religiosos más reconocidos ha dicho a los medios que pide a los afectados que paren los ayunos y que los realicen más adelante en el año. Por otra parte, los talibanes lanzaron un comunicado en el que decían que las inundaciones son "un castigo de dios al país" por aceptar a los líderes seculares y urgieron a boicotear la ayuda extranjera.
Por su parte la ONU ha lanzado su plan de respuesta de emergencia a las inundaciones. Se necesitarán unos 460 millones de dólares en las siguientes semanas para "cubrir las urgentes necesidades humanitarias de millones de personas", dicen en un comunicado.
Esta es una "catástrofe mayor", según el encargado de asuntos humanitarios de la ONU, John Holmes. Dice que la cifra de muertos ha sido relativamente baja comparada con otros desastres naturales, pero que el número de afectados es extraordinariamente alto. "Si no actuamos suficientemente rápido, muchos más podrían morir de enfermedades y falta de alimentos", concluyó.
El gobierno estima que más de 14 millones de personas están afectadas en diferentes grados. La tragedia podría alcanzar dimensiones todavía peores, ya que la lluvia sigue cayendo en algunas zonas y existen más riesgos de inundaciones. Cientos de miles de personas están desplazadas.