El Portsmouth sobrevive a su extinción, aún en manos de administradores
Londres, Agencias
El Portsmouth ganó hoy el juicio que determinaba su supervivencia después de que un tribunal le retirara la razón al departamento del Fisco y la Aduana (HMRC, en inglés) en su acusación sobre la prioridad que beneficiaba a los acreedores futbolísticos en el proceso de rescate financiero del club.
El intento de HM Revenue & Customs (HMRC) era bloquear la forma en que se trataban de resolver las deudas de la entidad inglesa por considerar que era "injusta y gravemente defectuosa" porque, en su opinión, daba preferencia a los acreedores relacionados con el negocio del fútbol.
El modo escogido por el Portsmouth para llevar a cabo el proceso era el llamado Acuerdo Voluntario de Empresa (CVA, por sus siglas en inglés) y se pretendía que esa propuesta ayudara al club a salir de las manos de los administradores con un pago organizado de sus deudas.
Un abogado de HMRC, Gregory Mitchell, había dicho que la forma en que el acuerdo favorecía a los acreedores -incluyendo a jugadores, que podrían recuperar el cien por cien del dinero- sobre otros como su propio grupo significaba "una clase de primicia de la que se excluía a muchos".
Los abogados del Portsmouth, por su parte, habían advertido de que el club se enfrentaría a su propia extinción si perdían el caso, resuelto finalmente antes de que el sábado el equipo inicie su temporada en la segunda división inglesa, tras quedar último en la tabla de la Premier League antes del verano.
El Portsmouth continúa todavía en manos de administradores después de convertirse la pasada temporada en el primer club de la Premier en llegar a ese extremo, motivo por el que se le impuso una multa que restaba nueve de sus puntos en la clasificación general y que contribuyó a su descenso.
La entidad del sur de Inglaterra se declaró a principios de abril en suspensión de pagos ante la imposibilidad de encontrar compradores que pudieran hacer frente a la deuda acumulada por esta entidad de más de cien años de antigüedad y que ascendía a 120 millones de libras (137 millones de euros).
El Portsmouth solicitó a la Premier League permiso para vender varios de sus jugadores fuera de la temporada de traspasos para ayudar a liquidar la deuda, solicitud que fue rechazada por la Premier League, igual que más tarde le negó la posibilidad de concederle respaldo financiero para su rescate.
El Portsmouth ganó hoy el juicio que determinaba su supervivencia después de que un tribunal le retirara la razón al departamento del Fisco y la Aduana (HMRC, en inglés) en su acusación sobre la prioridad que beneficiaba a los acreedores futbolísticos en el proceso de rescate financiero del club.
El intento de HM Revenue & Customs (HMRC) era bloquear la forma en que se trataban de resolver las deudas de la entidad inglesa por considerar que era "injusta y gravemente defectuosa" porque, en su opinión, daba preferencia a los acreedores relacionados con el negocio del fútbol.
El modo escogido por el Portsmouth para llevar a cabo el proceso era el llamado Acuerdo Voluntario de Empresa (CVA, por sus siglas en inglés) y se pretendía que esa propuesta ayudara al club a salir de las manos de los administradores con un pago organizado de sus deudas.
Un abogado de HMRC, Gregory Mitchell, había dicho que la forma en que el acuerdo favorecía a los acreedores -incluyendo a jugadores, que podrían recuperar el cien por cien del dinero- sobre otros como su propio grupo significaba "una clase de primicia de la que se excluía a muchos".
Los abogados del Portsmouth, por su parte, habían advertido de que el club se enfrentaría a su propia extinción si perdían el caso, resuelto finalmente antes de que el sábado el equipo inicie su temporada en la segunda división inglesa, tras quedar último en la tabla de la Premier League antes del verano.
El Portsmouth continúa todavía en manos de administradores después de convertirse la pasada temporada en el primer club de la Premier en llegar a ese extremo, motivo por el que se le impuso una multa que restaba nueve de sus puntos en la clasificación general y que contribuyó a su descenso.
La entidad del sur de Inglaterra se declaró a principios de abril en suspensión de pagos ante la imposibilidad de encontrar compradores que pudieran hacer frente a la deuda acumulada por esta entidad de más de cien años de antigüedad y que ascendía a 120 millones de libras (137 millones de euros).
El Portsmouth solicitó a la Premier League permiso para vender varios de sus jugadores fuera de la temporada de traspasos para ayudar a liquidar la deuda, solicitud que fue rechazada por la Premier League, igual que más tarde le negó la posibilidad de concederle respaldo financiero para su rescate.