Panamá: cambios en la ley de medicamentos, ¿quien gana, quien pierde?
David A. Ocalagan B.*
La ley actual de medicamentos definitivamente necesita cambios, pero para mejorar los avances alcanzados, nunca para debilitar las regulaciones en la bioequivalencia de los medicamentos, del control previo por medio de nuestro Registro Sanitario Nacional y la implementación del Sistema Nacional de Farmacovigilancia la cual tiene nueve años de mora.
No es comprensible ni justificable que por pretender favorecer a ciertos grupos económicos, toda una población sea expuesta a posibles afectaciones a su salud.
Tampoco la agilización del tramite para obtener el registro sanitario o los procesos de análisis en el laboratorio nacional de referencia, mejorar el acceso de los consumidores a medicamentos y otros productos para consumo humano, más económicos y variados, eliminar la funciones de fiscalización previa de la Dirección de Farmacias y Drogas y pretender que las farmacéutica transnacionales por medio de sus empresas comercializadores internacionales vendan a Panamá medicamentos innovadores o sus productos genéricos a los precios que disponga el MINSA, desconociendo que pertenecemos a la OMC y tenemos un sistema de libre mercado, son las verdaderas causas por las cuales el Ministro de Salud pretende cambiar la ley de medicamentos en nuestro país, para supuestamente mejorar el acceso, regulación y precios de los medicamentos y otros productos para uso humano.
Los panameños deben despertar por que esta será una de las más seria afectación a seguridad sanitaria, porque la salud de la población es fundamental para su desarrollo, una vez que se permita el ingreso para comercializar de toda clase de medicamentos genéricos y otros productos para usos humano, sin tener la capacidad nacional de fiscalización de manera previa de los Registros sanitarios, por la flexibilidad regulatoria que permitirá la nueva ley de medicamentos y otros productos para usos humano a los empresarios.
La propuesta de promover el "turismo médico" se sustenta en parte con la oferta económica ventajosa para los pacientes extranjeros que pueden ir al sector hospitalario privado, se fundamentaran en los bajos precios de los insumos y medicamentos; que tendrán bajos costos por su naturaleza de poca calidad y seguridad, al poder accesar al mercado panameño medicamentos genéricos sin ningún control previo.
En materia de trasplante estamos morosos en la implementación de la nueva ley del ocho de febrero que regula esta materia, que aun no tiene su nuevo Director Nacional de la Organización Nacional de Trasplante, para garantizar su funcionamiento
La ley actual de medicamentos y su reglamentación, determina la creación del Sistema Nacional de Farmacovigilancia, entidad fiscalizadora para garantizar la salud de los panameños en materia de medicamentos, que nunca fue desarrollada en su totalidad.
Las iniciativas que desarrolla el Ministerio de Salud, con la nueva propuesta de ley de medicamentos y otros productos para uso humano, tiene al igual que la nueva ley de trasplante y el anteproyecto de ley sobre turismo médico solamente un común denominador favorecer el dinero y no al ser humano.
La ley actual de medicamentos definitivamente necesita cambios, pero para mejorar los avances alcanzados, nunca para debilitar las regulaciones en la bioequivalencia de los medicamentos, del control previo por medio de nuestro Registro Sanitario Nacional y la implementación del Sistema Nacional de Farmacovigilancia la cual tiene nueve años de mora.
No es comprensible ni justificable que por pretender favorecer a ciertos grupos económicos, toda una población sea expuesta a posibles afectaciones a su salud.
Tampoco la agilización del tramite para obtener el registro sanitario o los procesos de análisis en el laboratorio nacional de referencia, mejorar el acceso de los consumidores a medicamentos y otros productos para consumo humano, más económicos y variados, eliminar la funciones de fiscalización previa de la Dirección de Farmacias y Drogas y pretender que las farmacéutica transnacionales por medio de sus empresas comercializadores internacionales vendan a Panamá medicamentos innovadores o sus productos genéricos a los precios que disponga el MINSA, desconociendo que pertenecemos a la OMC y tenemos un sistema de libre mercado, son las verdaderas causas por las cuales el Ministro de Salud pretende cambiar la ley de medicamentos en nuestro país, para supuestamente mejorar el acceso, regulación y precios de los medicamentos y otros productos para uso humano.
Los panameños deben despertar por que esta será una de las más seria afectación a seguridad sanitaria, porque la salud de la población es fundamental para su desarrollo, una vez que se permita el ingreso para comercializar de toda clase de medicamentos genéricos y otros productos para usos humano, sin tener la capacidad nacional de fiscalización de manera previa de los Registros sanitarios, por la flexibilidad regulatoria que permitirá la nueva ley de medicamentos y otros productos para usos humano a los empresarios.
La propuesta de promover el "turismo médico" se sustenta en parte con la oferta económica ventajosa para los pacientes extranjeros que pueden ir al sector hospitalario privado, se fundamentaran en los bajos precios de los insumos y medicamentos; que tendrán bajos costos por su naturaleza de poca calidad y seguridad, al poder accesar al mercado panameño medicamentos genéricos sin ningún control previo.
En materia de trasplante estamos morosos en la implementación de la nueva ley del ocho de febrero que regula esta materia, que aun no tiene su nuevo Director Nacional de la Organización Nacional de Trasplante, para garantizar su funcionamiento
La ley actual de medicamentos y su reglamentación, determina la creación del Sistema Nacional de Farmacovigilancia, entidad fiscalizadora para garantizar la salud de los panameños en materia de medicamentos, que nunca fue desarrollada en su totalidad.
Las iniciativas que desarrolla el Ministerio de Salud, con la nueva propuesta de ley de medicamentos y otros productos para uso humano, tiene al igual que la nueva ley de trasplante y el anteproyecto de ley sobre turismo médico solamente un común denominador favorecer el dinero y no al ser humano.