"La justicia iraní no ha suspendido la lapidación de Ashtiani"
Georgina Higueras, El País
El ministro de Exteriores iraní, Manucher Mottaki, que se encuentra de visita oficial en Madrid, asegura que "la justicia iraní no ha suspendido la lapidación" de Sakineh Mohammadi Ashtiani. Tras amparar la lapidación en tanto que es un "castigo impuesto por la ley islámica", el ministro se manifestó a favor de desatar un "amplio debate" al respecto, pero en cuanto al caso de Ashtiani, de 43 años y madre de dos hijos, indicó que "solo había oído hablar en la prensa occidental" de la conmutación de la condena a esta supuesta adúltera.
A su vez, la sección española de Amnistía Internacional entregó ayer a la Embajada de Irán en Madrid 100.000 firmas contra la ejecución de Ashtian. "Por el momento, se ha librado de morir a pedradas gracias a la participación y compromiso de miles de personas. No obstante, la sentencia a muerte se mantiene y aún podría ser ejecutada en cualquier momento. El año pasado, al menos tres personas condenadas a muerte por lapidación fueron finalmente ahorcadas", recuerda Amnistía en un comunicado.
Durante un desayuno con un pequeño grupo de periodistas, Mottaki, considerado uno de los moderados del régimen iraní, arremetió contra quienes no aceptaron los resultados de las elecciones presidenciales del 12 de junio de 2009, "desataron la violencia y pisotearon las leyes". El ministro dijo que muchos de los manifestantes detenidos entonces ya han sido puestos en libertad, pero aseguró no saber cuántos permanecen aún encarcelados, aunque destacó que continúan en la cárcel "quienes apoyaron la desestabilización" del país.
El jefe de la diplomacia iraní, que se reunió el lunes con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, y anoche viajó a Portugal, señaló que Brasil y Turquía deben formar parte del llamado Grupo de Viena, en el que se incluyen EE UU, Francia, Rusia y el Organismo Internacional para la Energía Atómica. Este grupo pretende retomar en otoño las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, pero Teherán no quiere enfrentarlo solo y busca la complicidad de Brasilia y Ankara, después del acuerdo alcanzado en junio pasado con estos dos países para intercambiar uranio iraní enriquecido al 3,5% por combustible nuclear apto para uso civil.
Para Mottaki las nuevas sanciones decretadas contra Irán por el Consejo de Seguridad de la ONU son un "error estratégico". El ministro insistió en sus criticas a la política de "doble rasero" de este, donde los cinco miembros permanentes son todos potencias nucleares que se permiten sancionar a Irán porque no quiere renunciar a "su derecho" de investigar y fabricar suficiente uranio enriquecido como para atender a sus necesidades civiles. "Estamos en contra del armamento nuclear. La energía es para todos y el armamento nuclear para nadie", subrayó. Y, tras afirmar que no creía que Israel tuviera "valentía" como para atacar directamente a Irán, se mostró convencido de que el futuro de Oriente Próximo pasa por una "solución política y democrática".
El ministro de Exteriores iraní, Manucher Mottaki, que se encuentra de visita oficial en Madrid, asegura que "la justicia iraní no ha suspendido la lapidación" de Sakineh Mohammadi Ashtiani. Tras amparar la lapidación en tanto que es un "castigo impuesto por la ley islámica", el ministro se manifestó a favor de desatar un "amplio debate" al respecto, pero en cuanto al caso de Ashtiani, de 43 años y madre de dos hijos, indicó que "solo había oído hablar en la prensa occidental" de la conmutación de la condena a esta supuesta adúltera.
A su vez, la sección española de Amnistía Internacional entregó ayer a la Embajada de Irán en Madrid 100.000 firmas contra la ejecución de Ashtian. "Por el momento, se ha librado de morir a pedradas gracias a la participación y compromiso de miles de personas. No obstante, la sentencia a muerte se mantiene y aún podría ser ejecutada en cualquier momento. El año pasado, al menos tres personas condenadas a muerte por lapidación fueron finalmente ahorcadas", recuerda Amnistía en un comunicado.
Durante un desayuno con un pequeño grupo de periodistas, Mottaki, considerado uno de los moderados del régimen iraní, arremetió contra quienes no aceptaron los resultados de las elecciones presidenciales del 12 de junio de 2009, "desataron la violencia y pisotearon las leyes". El ministro dijo que muchos de los manifestantes detenidos entonces ya han sido puestos en libertad, pero aseguró no saber cuántos permanecen aún encarcelados, aunque destacó que continúan en la cárcel "quienes apoyaron la desestabilización" del país.
El jefe de la diplomacia iraní, que se reunió el lunes con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, y anoche viajó a Portugal, señaló que Brasil y Turquía deben formar parte del llamado Grupo de Viena, en el que se incluyen EE UU, Francia, Rusia y el Organismo Internacional para la Energía Atómica. Este grupo pretende retomar en otoño las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, pero Teherán no quiere enfrentarlo solo y busca la complicidad de Brasilia y Ankara, después del acuerdo alcanzado en junio pasado con estos dos países para intercambiar uranio iraní enriquecido al 3,5% por combustible nuclear apto para uso civil.
Para Mottaki las nuevas sanciones decretadas contra Irán por el Consejo de Seguridad de la ONU son un "error estratégico". El ministro insistió en sus criticas a la política de "doble rasero" de este, donde los cinco miembros permanentes son todos potencias nucleares que se permiten sancionar a Irán porque no quiere renunciar a "su derecho" de investigar y fabricar suficiente uranio enriquecido como para atender a sus necesidades civiles. "Estamos en contra del armamento nuclear. La energía es para todos y el armamento nuclear para nadie", subrayó. Y, tras afirmar que no creía que Israel tuviera "valentía" como para atacar directamente a Irán, se mostró convencido de que el futuro de Oriente Próximo pasa por una "solución política y democrática".