El ex jugador Robbie Earle facilitó las entradas a las holandesas expulsadas
El ex delantero jamaicano del Wimbledon Robbie Earle facilitó las entradas a las 36 jóvenes holandesas que acudieron al partido Holanda-Dinamarca y fueron expulsadas por la FIFA del estadio Soccer City, al considerar que sus vestidos naranja eran parte de una campaña de publicidad encubierta de una empresa no patrocinadora oficial del torneo.
Las investigaciones de la FIFA condujeron a la cadena de televisión británica 'ITV' ya que se trataba de una de las partidas entregadas al medio para diversos partidos. La emisora descubrió que esas entradas pertenecían a Earle, que trabaja como comentarista de la cadena y que proporcionó todos los pase para el acceso al estadio.
"Tras las reclamaciones de la FIFA de que 2.010 entradas oficiales para el Mundial pudieron haber sido utilizados para una maniobra comercial, ITV revisó su asignación de entradas para el torneo. Las investigaciones inmediatas indicaron que un bloque de entradas parece haber sido utilizado para fines no autorizados durante el partido Holanda-Dinamarca. Un número considerable de entradas asignadas a Robbie Earle para su familia y amigos se han pasado a un tercero en violación de las normas de la FIFA. Como resultado, el contrato de Robbie Earle con ITV se ha rescindido con efecto inmediato", señaló la cadena en un comunicado.
El vestido naranja, el color de la selección holandesa, formaba parte de un paquete promocional de Bavaria, que la marca de cerveza regalaba al comprar su producto como parte de su campaña de publicidad para el Mundial de Sudáfrica .
Tras ser expulsadas de las gradas del Soccer City, fueron llevadas a las oficinas de la FIFA, donde se les acusó de "publicidad encubierta" y les interrogaron durante varias horas. Por su parte Earle comentó que "no pensaba que estuviese cometiendo un error", en declaraciones al diario 'The Sun'. "Cuando la gente oiga la verdadera historia de lo que pasó, igual cambian de opinión", agregó. No obstante, desde el entorno del jamaicano apuntan que "está destrozado" y que "pudo ser engañado por alguien que vendió las entradas que él le regaló".
Bavaria fue la protagonista de una campaña durante el Mundial de Alemania en 2006, al diseñar unos pantalones con los que la FIFA no permitía la entrada a los estadios, por lo que numerosos aficionados tuvieron que ver los partidos en ropa interior.
Las investigaciones de la FIFA condujeron a la cadena de televisión británica 'ITV' ya que se trataba de una de las partidas entregadas al medio para diversos partidos. La emisora descubrió que esas entradas pertenecían a Earle, que trabaja como comentarista de la cadena y que proporcionó todos los pase para el acceso al estadio.
"Tras las reclamaciones de la FIFA de que 2.010 entradas oficiales para el Mundial pudieron haber sido utilizados para una maniobra comercial, ITV revisó su asignación de entradas para el torneo. Las investigaciones inmediatas indicaron que un bloque de entradas parece haber sido utilizado para fines no autorizados durante el partido Holanda-Dinamarca. Un número considerable de entradas asignadas a Robbie Earle para su familia y amigos se han pasado a un tercero en violación de las normas de la FIFA. Como resultado, el contrato de Robbie Earle con ITV se ha rescindido con efecto inmediato", señaló la cadena en un comunicado.
El vestido naranja, el color de la selección holandesa, formaba parte de un paquete promocional de Bavaria, que la marca de cerveza regalaba al comprar su producto como parte de su campaña de publicidad para el Mundial de Sudáfrica .
Tras ser expulsadas de las gradas del Soccer City, fueron llevadas a las oficinas de la FIFA, donde se les acusó de "publicidad encubierta" y les interrogaron durante varias horas. Por su parte Earle comentó que "no pensaba que estuviese cometiendo un error", en declaraciones al diario 'The Sun'. "Cuando la gente oiga la verdadera historia de lo que pasó, igual cambian de opinión", agregó. No obstante, desde el entorno del jamaicano apuntan que "está destrozado" y que "pudo ser engañado por alguien que vendió las entradas que él le regaló".
Bavaria fue la protagonista de una campaña durante el Mundial de Alemania en 2006, al diseñar unos pantalones con los que la FIFA no permitía la entrada a los estadios, por lo que numerosos aficionados tuvieron que ver los partidos en ropa interior.