Cumbre de Cambio Climático: Está lejos el acuerdo
Bonn, Abi
Las cumbres donde se discuten los temas que podrían cambiar al mundo, como ésta de Cambio Climático que se está desarrollando en Bonn, Alemania, siempre son opacadas por la contingencia, señala un enfoque de Gustavo Sierra, enviado especial del diario argentino Clarín a este evento.
Anota que el recorte histórico de 80.000 millones de dólares anunciado por la canciller Angela Merkel para reducir el déficit, hizo temblar los cimientos de la sociedad alemana y las réplicas se sienten en el hotel Maritime, donde están deliberando 4.000 delegados de 194 países.
"Hasta ahora luchábamos por mejorar el medio ambiente, ahora tendremos que pelear por obtener algún fondo para detener el cambio climático", dice el belga Joaquim Debaissie, de una coalición de organizaciones no gubernamentales europeas.
Mientras tanto, todos los negociadores hablan casi exclusivamente de "la arquitectura financiera" para lograr que las potencias occidentales entreguen, al menos, los 100.000 millones de dólares que se comprometieron entregar antes del 2013 a los países más necesitados para que puedan detener la tala de bosques o reconvertir sus industrias.
"Ese es el eje de todo", comenta el argentino Enrique Maurtua, de CAN International. "Por un lado tenemos abrumadoras evidencias de que si no reducimos las emisiones de carbono, millones de personas van a ver desaparecer sus tierras; por otro, la crisis hace cada vez más difícil conseguir el dinero para evitar ese caos".
Aquí, muy cerca de donde se realiza la cumbre en la ex capital de la desaparecida Alemania Occidental, los sindicatos alemanes discutían las acciones para oponerse a los recortes de la Dama de Hierro alemana. Preparan una huelga general para el 20 de junio.
La propia canciller había tenido que postergar por una semana un crucial encuentro previsto con el presidente Nicolas Sarkozy. Y el ministro de Economía alemán junto a sus colegas de todo el continente se esforzaban por defender a capa y espada al euro que perdió en los últimos seis meses un 20 por ciento de su valor.
Con este panorama se buscan los mecanismos para lograr la financiación de los cientos de miles de proyectos para mejorar el medio ambiente que están parados en el mundo como consecuencia de la crisis. El propio presidente de esta cumbre, Ivo de Boer, había admitido que "el mundo se encuentra enfrentando varias luchas de supervivencia al mismo tiempo". Mientras ya todas las miradas están sobre México que será el anfitrión de la próxima cumbre que se realizará en diciembre en Cancún.
Ayer habló el embajador mexicano Luis Alfonso del Alba, un hombre mejor conocido por su trayectoria en el área de los derechos humanos, quien tuvo que admitir que "no hay que poner todas las expectativas en un acuerdo global para este año".
"El proceso de negociación no va a terminar en Cancún ni en Sudáfrica (donde se realizará la siguiente cumbre en el 2011). Va a llevar mucho más tiempo del que esperábamos", se sinceró De Alba.
"Tenemos que ser ambiciosos y realistas al mismo tiempo. Creo que lo que podremos lograr en mi país son varios acuerdos parciales pero no debemos pretender que en el poco tiempo que queda se llegue a un acuerdo total", dijo De Alba ante una pregunta de Clarín.
Todo esto, mientras las evidencias científicas hablan de otro tipo de urgencias. Según la NASA, los cuatro primeros meses de este año fueron los más calurosos en promedio desde que se miden las temperaturas en la Tierra. Y es muy probable que la temperatura media global del 2010 sea la más alta de la Historia. Y el Postdam Institute alemán hizo proyecciones con las promesas hechas en el documento de la cumbre de Copenhague para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados y concluyó que con esas medidas para fines de siglo la temperatura aumentará, en realidad, en 4 grados, exactamente la misma diferencia de temperatura promedio global que hubo entre la Era Glaciar y la actual.
Las cumbres donde se discuten los temas que podrían cambiar al mundo, como ésta de Cambio Climático que se está desarrollando en Bonn, Alemania, siempre son opacadas por la contingencia, señala un enfoque de Gustavo Sierra, enviado especial del diario argentino Clarín a este evento.
Anota que el recorte histórico de 80.000 millones de dólares anunciado por la canciller Angela Merkel para reducir el déficit, hizo temblar los cimientos de la sociedad alemana y las réplicas se sienten en el hotel Maritime, donde están deliberando 4.000 delegados de 194 países.
"Hasta ahora luchábamos por mejorar el medio ambiente, ahora tendremos que pelear por obtener algún fondo para detener el cambio climático", dice el belga Joaquim Debaissie, de una coalición de organizaciones no gubernamentales europeas.
Mientras tanto, todos los negociadores hablan casi exclusivamente de "la arquitectura financiera" para lograr que las potencias occidentales entreguen, al menos, los 100.000 millones de dólares que se comprometieron entregar antes del 2013 a los países más necesitados para que puedan detener la tala de bosques o reconvertir sus industrias.
"Ese es el eje de todo", comenta el argentino Enrique Maurtua, de CAN International. "Por un lado tenemos abrumadoras evidencias de que si no reducimos las emisiones de carbono, millones de personas van a ver desaparecer sus tierras; por otro, la crisis hace cada vez más difícil conseguir el dinero para evitar ese caos".
Aquí, muy cerca de donde se realiza la cumbre en la ex capital de la desaparecida Alemania Occidental, los sindicatos alemanes discutían las acciones para oponerse a los recortes de la Dama de Hierro alemana. Preparan una huelga general para el 20 de junio.
La propia canciller había tenido que postergar por una semana un crucial encuentro previsto con el presidente Nicolas Sarkozy. Y el ministro de Economía alemán junto a sus colegas de todo el continente se esforzaban por defender a capa y espada al euro que perdió en los últimos seis meses un 20 por ciento de su valor.
Con este panorama se buscan los mecanismos para lograr la financiación de los cientos de miles de proyectos para mejorar el medio ambiente que están parados en el mundo como consecuencia de la crisis. El propio presidente de esta cumbre, Ivo de Boer, había admitido que "el mundo se encuentra enfrentando varias luchas de supervivencia al mismo tiempo". Mientras ya todas las miradas están sobre México que será el anfitrión de la próxima cumbre que se realizará en diciembre en Cancún.
Ayer habló el embajador mexicano Luis Alfonso del Alba, un hombre mejor conocido por su trayectoria en el área de los derechos humanos, quien tuvo que admitir que "no hay que poner todas las expectativas en un acuerdo global para este año".
"El proceso de negociación no va a terminar en Cancún ni en Sudáfrica (donde se realizará la siguiente cumbre en el 2011). Va a llevar mucho más tiempo del que esperábamos", se sinceró De Alba.
"Tenemos que ser ambiciosos y realistas al mismo tiempo. Creo que lo que podremos lograr en mi país son varios acuerdos parciales pero no debemos pretender que en el poco tiempo que queda se llegue a un acuerdo total", dijo De Alba ante una pregunta de Clarín.
Todo esto, mientras las evidencias científicas hablan de otro tipo de urgencias. Según la NASA, los cuatro primeros meses de este año fueron los más calurosos en promedio desde que se miden las temperaturas en la Tierra. Y es muy probable que la temperatura media global del 2010 sea la más alta de la Historia. Y el Postdam Institute alemán hizo proyecciones con las promesas hechas en el documento de la cumbre de Copenhague para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados y concluyó que con esas medidas para fines de siglo la temperatura aumentará, en realidad, en 4 grados, exactamente la misma diferencia de temperatura promedio global que hubo entre la Era Glaciar y la actual.