Con mucho color y la pasión local, Sudáfrica abrió la gran fiesta del fútbol
El Mundial puso arranque con la fiesta inaugural en el estadio Soccer City, que se colmó de a poco y ahora presenta un lleno casi total, esperando el primer partido de la competición, entre Sudáfrica y México.
Con aviones de la fuerza aérea sudafricana sobrevolando el estadio, se dio comienzo a la apertura oficial, donde, con el correr de los minutos, decenas de niños realizaban bailes tradicionales en el campo de juego, con los típicos colores de la bandera sudafricana.
La gente, en las tribunas, mostraba su alegría al son de las vuvuzelas, el instrumento que utilizarán los hinchas locales para alentar a los "Bafana Bafana", tal como se conoce a su selección.
Un escarabajo gigante, quien se movía al ritmo de una canción, fue una de las primeras atracciones que se vieron, en una ceremonia sencilla pero mucho más tolerable que sus antecesoras. La imagen de Nelson Mandela en la pantalla gigante del estadio fue el ícono fundamental de la apertura.
Por medio de telas, en su mayoría de color marrón, se formó cada uno de los continentes que representan el planeta tierra. Luego, un mini Soccer City apareció en el mediocampo, rodeado de bailarines con coloridas vestimentas que bailaban en círculos.
Más de 1500 artistas fueron parte de la fiesta, entre bailarines y cantantes, que también se convirtieron en espectadores de un agradable momento cuando se reunieron las banderas de los países africanos participantes. Sudáfrica, Algeria, Camerún, Ghana y Nigeria, que luego quedaron en el medio de las banderas de los demás equipo que estarán en el Mundial.
En una magnífica coordinación, niños con carteles blancos descubrieron un cartel con el afiche del Mundial, la cual tomó un pico de efusión en los fanáticos que exclamaban ante cada acto representado por los jóvenes artistas.
Así, oficialmente, quedó inagurado el Mundial de fútbol, luego de cuatro largos años de espera, donde la Argentina buscará llegar a su tercer título del mundo en medio de una sociedad que merecía una alegría de este tamaño.
