Obama mandará 1.200 soldados de la guardia nacional a la frontera con México
Yolanda Monge, Agencias
Barack Obama comunicó ayer a los miembros republicanos del Congreso que tiene previsto enviar 1.200 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México dentro de un plan para mejorar las condiciones de seguridad en esa zona, según comentaron algunos participantes en la reunión. Este plan forma parte de la estrategia de la Casa Blanca para impedir la aplicación de la ley contra los inmigrantes ilegales en Arizona y otras similares que están siendo consideradas actualmente por otros Estados fronterizos.
El presidente dijo a los congresistas republicanos, que en su mayor parte respaldan la propuesta de Arizona, que comparte la preocupación de la población de esa región por el desorden y la violencia vinculada a la inmigración, pero insistió en que medidas como la adoptada por ese Estado no son el instrumento adecuado para hacer frente a esos problemas.
El presidente manifestó que está estudiando diversas medidas para que el Gobierno federal se involucre más directamente en la mejora de la situación fronteriza. Para ello, Obama va destinar 500 millones de dólares.
El envío de 1.200 soldados de la Guardia Nacional, un cuerpo de las fuerzas armadas que se ocupa principalmente de los problemas de seguridad en los Estados, servirá para reforzar la vigilancia de la policía fronteriza, así como para adiestrar a nuevas unidades policiales que se sumen en el futuro a esa labor.
La medida ha sido ya considerada insuficiente por algunos representantes de la oposición. El senador de Arizona John McCain manifestó ayer que se requiere la presencia de al menos 6.000 soldados para mejorar las condiciones de seguridad en la frontera con México, frecuentemente afectada por la actividad de las bandas de narcotraficantes que operan al otro lado.
La presencia de miembros de la Guardia Nacional ha sido frecuente en varios puntos de la frontera durante los años de la presidencia de George Bush, pero fueron retirados al final de su mandato, sin que hayan sido sustituidos por suficientes guardias fronterizos.
Las autoridades de Arizona justifican la ley que criminaliza la inmigración ilegal como una forma de llenar el vacío de autoridad dejado por el gobierno federal.
Barack Obama comunicó ayer a los miembros republicanos del Congreso que tiene previsto enviar 1.200 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México dentro de un plan para mejorar las condiciones de seguridad en esa zona, según comentaron algunos participantes en la reunión. Este plan forma parte de la estrategia de la Casa Blanca para impedir la aplicación de la ley contra los inmigrantes ilegales en Arizona y otras similares que están siendo consideradas actualmente por otros Estados fronterizos.
El presidente dijo a los congresistas republicanos, que en su mayor parte respaldan la propuesta de Arizona, que comparte la preocupación de la población de esa región por el desorden y la violencia vinculada a la inmigración, pero insistió en que medidas como la adoptada por ese Estado no son el instrumento adecuado para hacer frente a esos problemas.
El presidente manifestó que está estudiando diversas medidas para que el Gobierno federal se involucre más directamente en la mejora de la situación fronteriza. Para ello, Obama va destinar 500 millones de dólares.
El envío de 1.200 soldados de la Guardia Nacional, un cuerpo de las fuerzas armadas que se ocupa principalmente de los problemas de seguridad en los Estados, servirá para reforzar la vigilancia de la policía fronteriza, así como para adiestrar a nuevas unidades policiales que se sumen en el futuro a esa labor.
La medida ha sido ya considerada insuficiente por algunos representantes de la oposición. El senador de Arizona John McCain manifestó ayer que se requiere la presencia de al menos 6.000 soldados para mejorar las condiciones de seguridad en la frontera con México, frecuentemente afectada por la actividad de las bandas de narcotraficantes que operan al otro lado.
La presencia de miembros de la Guardia Nacional ha sido frecuente en varios puntos de la frontera durante los años de la presidencia de George Bush, pero fueron retirados al final de su mandato, sin que hayan sido sustituidos por suficientes guardias fronterizos.
Las autoridades de Arizona justifican la ley que criminaliza la inmigración ilegal como una forma de llenar el vacío de autoridad dejado por el gobierno federal.