La marea negra toca tierra
Redacción
BBC Mundo
A pesar de los esfuerzos, ha sido imposible contener el vertido del Golfo de México. El petróleo ha alcanzado ya tierra firme en las islas Chandeleur en Luisiana, que alberga a un gran número de aves acuáticas. Así lo ha confirmado la Guardia Costera de EE.UU.
Según el corresponsal de BBC en Alabama, Rajesh Mirchandani, "se han encontrado aves como pelícanos y alcatraces cubiertas de petróleo a lo largo de la costa pantanosa" de las islas Chandeleur, la zona más cercana a la fuga.
Las islas, que están deshabitadas, forman parte del Refugio Natural Breton y están
consideradas el segundo refugio más antiguo de aves en peligro de extinción.
Un portavoz de British Petroleum aseguró que han enviado equipos de emergencia la zona para desplegar barreras inflables protectoras.
"Estamos haciendo todo lo posible para evitar mayores impactos", aseguró un portavoz de BP a la agencia AFP.
La operación del domo, en marcha
BP asegura que el domo podría recuperar hasta el 85% del petróleo derramado.
Entretanto, la empresa BP ha comenzado ya las labores para sumergir el gran domo de hormigón con el que pretende frenar la fuga de la plataforma petrolera Deepwater Horizon.
El contenedor, de 12 metros de altura y 90 toneladas, está siendo colocado mediante submarinos de control remoto a 1.500 metros de profundidad.
Desde ahí, podrá bombear el petróleo vertido a un barco en la superficie.
El sistema, que nunca antes se ha probado a tanta profundidad, tardará al menos dos días en estar operativo pero, si funciona, podría recuperar del agua hasta un 85% del petróleo derramado, según BP.
No obstante, existe el temor de que el dispositivo dañe aún más el pozo por sus grandes dimensiones y que empeore la fuga.
Otros de los miedos que esgrimen los detractores de esta iniciativa es que el contenedor se podría atascar o que se podrían producir explosiones en la superficie al separar la mezcla de crudo, gas y agua.
Batalla de tres frentes
Grupos ambientalistas han criticado que algunos métodos utilizados para la limpieza dañan a la fauna marina.
El director ejecutivo de BP, Tony Hayward, defendió la operación y aseguró que la compañía piensa en ella como en "una batalla de tres frentes: bajo el mar, en la superficie y en la orilla".
Las operaciones de limpieza incluyen 100 barcos para retirar el vertido de la superficie, así como explosiones controladas.
Otra de las técnicas empleadas es el uso de dispersantes, una combinación de sustancias químicas diseñada para descomponer la mancha de crudo en pequeños fragmentos, antes de que llegue a la costa, que ha generado una ola de críticas entre científicos y ambientalistas.
BBC Mundo
A pesar de los esfuerzos, ha sido imposible contener el vertido del Golfo de México. El petróleo ha alcanzado ya tierra firme en las islas Chandeleur en Luisiana, que alberga a un gran número de aves acuáticas. Así lo ha confirmado la Guardia Costera de EE.UU.
Según el corresponsal de BBC en Alabama, Rajesh Mirchandani, "se han encontrado aves como pelícanos y alcatraces cubiertas de petróleo a lo largo de la costa pantanosa" de las islas Chandeleur, la zona más cercana a la fuga.
Las islas, que están deshabitadas, forman parte del Refugio Natural Breton y están
consideradas el segundo refugio más antiguo de aves en peligro de extinción.
Un portavoz de British Petroleum aseguró que han enviado equipos de emergencia la zona para desplegar barreras inflables protectoras.
"Estamos haciendo todo lo posible para evitar mayores impactos", aseguró un portavoz de BP a la agencia AFP.
La operación del domo, en marcha
BP asegura que el domo podría recuperar hasta el 85% del petróleo derramado.
Entretanto, la empresa BP ha comenzado ya las labores para sumergir el gran domo de hormigón con el que pretende frenar la fuga de la plataforma petrolera Deepwater Horizon.
El contenedor, de 12 metros de altura y 90 toneladas, está siendo colocado mediante submarinos de control remoto a 1.500 metros de profundidad.
Desde ahí, podrá bombear el petróleo vertido a un barco en la superficie.
El sistema, que nunca antes se ha probado a tanta profundidad, tardará al menos dos días en estar operativo pero, si funciona, podría recuperar del agua hasta un 85% del petróleo derramado, según BP.
No obstante, existe el temor de que el dispositivo dañe aún más el pozo por sus grandes dimensiones y que empeore la fuga.
Otros de los miedos que esgrimen los detractores de esta iniciativa es que el contenedor se podría atascar o que se podrían producir explosiones en la superficie al separar la mezcla de crudo, gas y agua.
Batalla de tres frentes
Grupos ambientalistas han criticado que algunos métodos utilizados para la limpieza dañan a la fauna marina.
El director ejecutivo de BP, Tony Hayward, defendió la operación y aseguró que la compañía piensa en ella como en "una batalla de tres frentes: bajo el mar, en la superficie y en la orilla".
Las operaciones de limpieza incluyen 100 barcos para retirar el vertido de la superficie, así como explosiones controladas.
Otra de las técnicas empleadas es el uso de dispersantes, una combinación de sustancias químicas diseñada para descomponer la mancha de crudo en pequeños fragmentos, antes de que llegue a la costa, que ha generado una ola de críticas entre científicos y ambientalistas.