Derrame en el Golfo: la Casa Blanca se defiende

Redacción
BBC Mundo
La Casa Blanca defendió de nuevo este viernes su gestión de la catástrofe causada por el vertido de petróleo en el Golfo de México, mientras aumenta la frustración ante la aparente incapacidad de la compañía British Petroleum (BP) para contener el derrame que se inició hace más de un mes.

Robert Gibbs, portavoz del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró en rueda de prensa que están haciendo "todo lo humana y tecnológicamente posible" para hacer frente a marea negra, que ya llegó a las costas de Lousiana y amenaza con extenderse al estado de Florida y a Cuba.

"Estamos frente a una catástrofe de una magnitud nunca antes vista en materia de mareas negras en el Golfo de México", destacó Gibbs.
El portavoz también aseguró que están presionando a los responsables de BP "para que sean más transparentes con la opinión pública".

BP ha sido acusada de realizar operaciones de limpieza inadecuadas y de minimizar la magnitud del desastre iniciado el pasado 20 de abril tras la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon.
"No hay nada que creamos que deba hacerse y que no se esté haciendo", dijo Gibbs.
Operación "top kill"

BP ha puesto en marcha una camara que transmite en vivo por internet las imágenes del vertido.
Por otro lado, el director de operaciones de BP, Doug Suttles, indicó este viernes que los trabajos para taponar de manera permanente el flujo de petróleo que sale del pozo se llevarán a cabo a principios de la semana que viene y no el domingo como se había informado en un principio.
La operación, denominada "top kill", consistirá en la introducción en el lugar de la fuga primero de líquidos pesados y después de lodo y cemento que al endurecerse debería taponar el vertido.

Desde hace unos días, y como solución temporal, BP está almacenando parte del petróleo del vertido en un buque a través de un tubo de kilómetro y medio de longitud que se insertó en el pozo.
Este viernes la compañía redujo a la mitad las estimaciones del crudo que está recogiendo.

Según le dijo a la agencia de noticias Reuters el portavoz de la empresa, John Curry, en el período de 24 horas que concluyó en la medianoche del jueves se recuperaron 2.200 barriles de crudo, frente a los 5.000 barriles de los que se había informado en un principio.

"El flujo cambia, no es constante", afirmó Curry.
En cualquier caso, no se sabe con seguridad la cantidad de petróleo ha estado emanando de la tubería submarina.
BP estimó al comienzo que se estaban derramando unos 5.000 barriles de petróleo al día, aunque científicos independientes han calculado que el vertido es diez veces mayor.
Mediciones públicas

Este jueves, al cumplirse un mes del inicio del vertido, se llevó a cabo una vigilia de protesta en Nueva Orleans.
Mientras, la Casa Blanca pidió a BP que haga públicas todas las mediciones del vertido: las muestras de calidad el agua y el aire, la trayectoria de las columnas de crudo submarinas y la localización de los dispersantes.
La petición la realizaron la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano y la directora Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) Lisa Jackson, a través de una carta que enviaron al presidente ejecutivo de BP, Tony Hayward.

En la misiva se indica que, pese a que BP afirma está haciendo todo lo posible para mantener al gobierno y a los ciudadanos informados, "esos esfuerzos, hasta la fecha, han fracasado tanto en su alcance como en su efectividad".
La compañía informó que el gobierno de EE.UU. ha creado un equipo de trabajo para medir de manera más precisa la cantidad petróleo que está siendo derramada en el Golfo de México.

Además, BP ha puesto en marcha una cámara que transmite en vivo por internet las imágenes del petróleo saliendo a borbotones al mar desde el pozo.
Mientras, la EPA ha pedido a BP que utilice un nuevo tipo de dispersante para contener el derrame, mientras aumentan los temores sobre el daño medioambiental que puedan estar causando el uso de esas sustancias químicas.

Florida se prepara

Entretanto, el estado de Florida se prepara para el peor de los escenarios a medida que la mancha de petróleo avanza hacia el este, después de que este miércoles se informara de que una parte del vertido entró en la corriente del golfo.
El gobernador Charlie Crist decidió extender el estado de emergencia a los condados sureños de Florida, incluyendo el condado de Monroe, donde se encuentran los cayos, y el condado de Miami-Dade, cuya ciudad principal es Miami.
No obstante, Crist aseguró que las playas floridanas siguen inmaculadas y que BP ha entregado US$25 millones para promover la imagen del estado y evitar el impacto económico de la pérdida en turismo.

Entradas populares