Ya son 1.944 los muertos por el sismo en China
China, EP
La cifra de muertos que dejó el violento sismo en una remota zona del oeste de China trepó a 1.944, reportaron el lunes medios estatales. Otras 216 personas continúan desaparecidas tras el terremoto, que sacudió el miércoles al condado de Yushu, en la provincia de Qinghai en la altiplanicie tibetana, dijo la agencia de noticias oficial Xinhua.
Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, voló ayer al remoto y devastado lugar para acelerar la distribución de ayuda, mientras los monjes tibetanos cremaban a las víctimas, que hasta ayer se calculaban que eran 1.706.
Además, el líder espiritual tibetano Dalai Lama pidió el sábado a Beijing si podía visitar la región para aliviar a las víctimas. El no ha regresado a China desde que huyó del Tíbet en 1959 después de un fallido levantamiento, y es poco probable que consiga permiso para su viaje.
Cientos de camiones militares, a los que se sumaron caravanas de ayuda organizadas por grupos privados, recorrieron 1.000 kilómetros desde la capital provincial hasta Gyegu, la capital de condado, donde los sobrevivientes están cada vez más desesperados por alimento y refugio.
Algunas organizaciones no gubernamentales establecieron centros de distribución en las afueras de Gyegu para evitar los saqueos y las peleas por comida que ocurrieron en el pueblo. Familiares llevaban más cuerpos envueltos a los cientos de monjes budistas.
Los monjes, muchos de los cuales llegaron en camionetas desde otras regiones tibetanas, estiman que cremaron más de 1.000 cadáveres en las faldas de una colina en las afueras de Gyegu.
La cifra de muertos que dejó el violento sismo en una remota zona del oeste de China trepó a 1.944, reportaron el lunes medios estatales. Otras 216 personas continúan desaparecidas tras el terremoto, que sacudió el miércoles al condado de Yushu, en la provincia de Qinghai en la altiplanicie tibetana, dijo la agencia de noticias oficial Xinhua.
Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, voló ayer al remoto y devastado lugar para acelerar la distribución de ayuda, mientras los monjes tibetanos cremaban a las víctimas, que hasta ayer se calculaban que eran 1.706.
Además, el líder espiritual tibetano Dalai Lama pidió el sábado a Beijing si podía visitar la región para aliviar a las víctimas. El no ha regresado a China desde que huyó del Tíbet en 1959 después de un fallido levantamiento, y es poco probable que consiga permiso para su viaje.
Cientos de camiones militares, a los que se sumaron caravanas de ayuda organizadas por grupos privados, recorrieron 1.000 kilómetros desde la capital provincial hasta Gyegu, la capital de condado, donde los sobrevivientes están cada vez más desesperados por alimento y refugio.
Algunas organizaciones no gubernamentales establecieron centros de distribución en las afueras de Gyegu para evitar los saqueos y las peleas por comida que ocurrieron en el pueblo. Familiares llevaban más cuerpos envueltos a los cientos de monjes budistas.
Los monjes, muchos de los cuales llegaron en camionetas desde otras regiones tibetanas, estiman que cremaron más de 1.000 cadáveres en las faldas de una colina en las afueras de Gyegu.