Obama regaña a Wall Street y Washington
Rebeca Logan, Washington
Transformar el sistema financiero de Estados Unidos es imperativo para prevenir los excesos que pusieron a tambalear la economía mundial y generaron una de las peores crisis económicas en las últimas décadas, dijo el presidente Barack Obama en un discurso para promover su plan de reforma financiera.
Pero antes de presentar los detalles de la reforma, el presidente se lanzó contra los corredores de bolsa y otros agentes del sistema financiero porque su "irresponsabilidad" contribuyó al colapso de "algunas de las firmas financieras más grandes del mundo".
A pocos pasos de Wall Street, en Nueva York, Obama le advirtió a los grandes banqueros que no olvidaran que "detrás de cada dólar intercambiado o invertido hay una familia tratando de comprar una casa, pagar su educación, abrir un negocio o ahorrar para su jubilación" y criticó a las empresas que lucraron "como bandidos explotando a sus consumidores y haciendo sufrir a nuestra economía".
Protección al consumidor
Sin embargo, Obama se aseguró de no causar alarma en los mercados, reafirmando su respaldo al capitalismo y al mercado libre, e invitó a los agentes financieros de Wall Street a unirse a sus esfuerzos de reforma porque, al final, "progresamos o caemos como una sola nación".
Específicamente, Obama propuso una serie de cambios que buscan prevenir futuras crisis económicas, mediante una mayor vigilancia del gobierno sobre el sector financiero, más transparencia en los mercados y mecanismos de protección para los consumidores.
El plan también incluye sistemas para prevenir que los contribuyentes tengan que pagar los platos rotos del colapso de las firmas privadas mediante los famosos "rescates económicos" que utilizaron miles de millones de dólares públicos para proteger empresas privadas.
De Wall Street a Washington
Obama también aprovechó la oportunidad para mandar un mensaje a Washington, ya que cualquier plan de reforma deberá ser aprobado por el Congreso.
"He presentado una serie de reformas a Wall Street... pero también necesitamos reformas en Washington", recalcó Obama, quien lamentó que el Capitolio ya se ha visto invadido por una legión de cabilderos que están presionando en contra de estos cambios.
La propuesta de ley presentada por Obama ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, pero está estancada en el Senado, donde existe una fuerte oposición republicana al proyecto.
Según el representante republicano John Boehner, de Ohio, los cambios propuestos por Obama no sólo no arreglarán el sistema financiero sino que empeorarán la situación.
¿Derivados electorales?
"El presidente Obama habla en grande cuando viene a Wall Street, pero su iniciativa mata la creación de empleos y le provee rescates económicos permanentes a las grandes firmas financieras bajo la mirada de burócratas federales que nadie eligió", dijo Boehner, quien es líder de la minoría republicana en la Cámara.
Boehner y sus colegas republicanos han criticado la legislación porque estiman que no ayudará a los pequeños empresarios, que además protege los rescates financieros ya implementados y opinan que el presidente más bien debería centrarse en la creación de empleos.
Incluso, los 41 senadores republicanos le mandaron una carta al presidente del Senado, el demócrata Harry Reid, para manifestar su descontento y pedir modificaciones en la legislación que abarca 1.408 páginas.
A pesar de esta retórica de oposición, ya han indicios de que los republicanos empiezan a ceder frente a un tema que moviliza a los votantes cansados de verse como las víctimas de los grandes bancos y agentes de Wall Street.
El senador republicano por Iowa, Chuck Grassley, sorprendió a muchos cuando este miércoles votó a favor de un plan de demócrata de reforma financiera en un subcomité del Senado.
Grassley, quien afronta una reñida reelección este año dijo que, aunque "la propuesta no es perfecta", es un paso importante para asegurar la transparencia del sistema financiero.
En los próximos meses, tanto republicanos como demócratas intentarán convencer a un grupo escéptico de votantes que su remedio para Wall Street es el indicado.
Labor que no será fácil ya que, según encuestas de Rasmussen Reports, el 80% opina que Wall Street se ha beneficiado más que los contribuyentes del plan de rescate económico y más del 60%o de los votantes estima que ellos saben más de economía que los políticos que los representan.
Transformar el sistema financiero de Estados Unidos es imperativo para prevenir los excesos que pusieron a tambalear la economía mundial y generaron una de las peores crisis económicas en las últimas décadas, dijo el presidente Barack Obama en un discurso para promover su plan de reforma financiera.
Pero antes de presentar los detalles de la reforma, el presidente se lanzó contra los corredores de bolsa y otros agentes del sistema financiero porque su "irresponsabilidad" contribuyó al colapso de "algunas de las firmas financieras más grandes del mundo".
A pocos pasos de Wall Street, en Nueva York, Obama le advirtió a los grandes banqueros que no olvidaran que "detrás de cada dólar intercambiado o invertido hay una familia tratando de comprar una casa, pagar su educación, abrir un negocio o ahorrar para su jubilación" y criticó a las empresas que lucraron "como bandidos explotando a sus consumidores y haciendo sufrir a nuestra economía".
Protección al consumidor
Sin embargo, Obama se aseguró de no causar alarma en los mercados, reafirmando su respaldo al capitalismo y al mercado libre, e invitó a los agentes financieros de Wall Street a unirse a sus esfuerzos de reforma porque, al final, "progresamos o caemos como una sola nación".
Específicamente, Obama propuso una serie de cambios que buscan prevenir futuras crisis económicas, mediante una mayor vigilancia del gobierno sobre el sector financiero, más transparencia en los mercados y mecanismos de protección para los consumidores.
El plan también incluye sistemas para prevenir que los contribuyentes tengan que pagar los platos rotos del colapso de las firmas privadas mediante los famosos "rescates económicos" que utilizaron miles de millones de dólares públicos para proteger empresas privadas.
De Wall Street a Washington
Obama también aprovechó la oportunidad para mandar un mensaje a Washington, ya que cualquier plan de reforma deberá ser aprobado por el Congreso.
"He presentado una serie de reformas a Wall Street... pero también necesitamos reformas en Washington", recalcó Obama, quien lamentó que el Capitolio ya se ha visto invadido por una legión de cabilderos que están presionando en contra de estos cambios.
La propuesta de ley presentada por Obama ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, pero está estancada en el Senado, donde existe una fuerte oposición republicana al proyecto.
Según el representante republicano John Boehner, de Ohio, los cambios propuestos por Obama no sólo no arreglarán el sistema financiero sino que empeorarán la situación.
¿Derivados electorales?
"El presidente Obama habla en grande cuando viene a Wall Street, pero su iniciativa mata la creación de empleos y le provee rescates económicos permanentes a las grandes firmas financieras bajo la mirada de burócratas federales que nadie eligió", dijo Boehner, quien es líder de la minoría republicana en la Cámara.
Boehner y sus colegas republicanos han criticado la legislación porque estiman que no ayudará a los pequeños empresarios, que además protege los rescates financieros ya implementados y opinan que el presidente más bien debería centrarse en la creación de empleos.
Incluso, los 41 senadores republicanos le mandaron una carta al presidente del Senado, el demócrata Harry Reid, para manifestar su descontento y pedir modificaciones en la legislación que abarca 1.408 páginas.
A pesar de esta retórica de oposición, ya han indicios de que los republicanos empiezan a ceder frente a un tema que moviliza a los votantes cansados de verse como las víctimas de los grandes bancos y agentes de Wall Street.
El senador republicano por Iowa, Chuck Grassley, sorprendió a muchos cuando este miércoles votó a favor de un plan de demócrata de reforma financiera en un subcomité del Senado.
Grassley, quien afronta una reñida reelección este año dijo que, aunque "la propuesta no es perfecta", es un paso importante para asegurar la transparencia del sistema financiero.
En los próximos meses, tanto republicanos como demócratas intentarán convencer a un grupo escéptico de votantes que su remedio para Wall Street es el indicado.
Labor que no será fácil ya que, según encuestas de Rasmussen Reports, el 80% opina que Wall Street se ha beneficiado más que los contribuyentes del plan de rescate económico y más del 60%o de los votantes estima que ellos saben más de economía que los políticos que los representan.