Los millonarios del fútbol
Foto: Revista Diners
Los futbolistas eran una raza de oprimidos a la que nada se le envidiaba. Servían de ejemplo de lo nocivo para los jóvenes que querían ganarse la vida de una manera diferente de la de una oficina de trabajo. Era el camino errante que recorrían hombres que al retirarse del oficio, después de los treinta y tantos años, pasaban al olvido con lesiones irreversibles en los músculos y el sistema nervioso, y peor aun, con poco dinero y ninguna pensión para hacerle frente a una vejez prematura. Pasaban a vivir de la caridad y de los homenajes.
El panorama mediático del fútbol contemporáneo les ha transformado aquella imagen de perdedores. Ahora son los íconos de un mundo al que no le interesa otro lenguaje que el de las imágenes de éxito, de las personas con el atuendo del ganador a toda prueba y la sonrisa fácil del triunfador. El Mundial de Fútbol es la pasarela ideal por la que desfilan esas vedettes. Cada partido significa una oportunidad de oro para enseñar nuevos gestos y otras actitudes que atraen a más devotos dispuestos a comprar las camisetas, los relojes, las corbatas, la ropa interior y el calzado con la marquilla del nombre del jugador.
Ya poco se habla de equipos de fútbol que representan a un país entero. Sólo importan las individualidades, sus caprichos de millonarios y acaso, para los nostálgicos, una gambeta imposible, la genialidad en el área, el disparo mortal que se convierte en gol.
En estos tiempos de los dioses del césped, el rey del deporte resulta ser el que más se lucre. A él acuden otros adeptos hasta hace un tiempo ajenos a la religión machista del fútbol. Millones de mujeres y millones de miembros de diferentes comunidades se han inscrito en el credo de las masas. Siguen al pie de la letra lo que publican los diarios y las revistas, viven con el corazón las "chivas" de los noticieros y los blogs de la Internet que informan detalles extradeportivos de los jugadores: el automóvil, los enredos de faldas, los looks extravagantes.
A continuación presentamos las cinco estrellas más famosas del próximo Mundial de Fútbol, que bien podrían ser actores de cine o modelos de comerciales de televisión.
CRISTIANO RONALDO
Es el rey del movimiento andrógino. Nacido en Portugal hace 25 años, fue el responsable de introducir el fútbol en el imaginario femenino y en las ilusiones de la comunidad gay. Prueba de ello ocurrió en el día de su presentación como nuevo fichaje del Real Madrid que lo compró al Manchester United por 80 millones de libras (93 millones de euros, 130 millones de dólares, ¡260.000 millones de pesos!), la contratación más cara de la historia. Entonces aquel sábado de agosto en que fue presentado, ochenta mil personas de todas las edades, credos y condiciones llenaron las graderías del estadio Santiago Bernabeu para aplaudir al portugués y comprobar que aquella efigie que inunda los medios de comunicación existe en realidad, también se ríe y se sonroja ante los aplausos.
El carisma de Ronaldo es proporcional a sus triunfos deportivos. Él solo puede ganar partidos y campeonatos sin la ayuda de nadie. Siempre queda entre los mejores en la lista de la Fifa y la prensa especializada.
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KAKÁ
El cerebro de Brasil no parece brasilero. Tal vez de un país menos voluptuoso y carnavalero. Evangélico y de principios atávicos, es el preferido de las madres y las abuelas porque llegó virgen al matrimonio. Además, siempre se lo ve junto a su esposa Caroline en plan de enamorados, ya sea comiendo un helado o caminando por la playa tomados de la mano.
Vive en una casa de 1.500 metros cuadrados situada en La Finca Pozuelo de Alarcón de Madrid, quizás la urbanización más lujosa de Europa. La adquirió hace ya algunas semanas por 7,2 millones de euros, 1,8 millones menos que su salario neto anual en el Real Madrid. Inversión de valor moderado si se tiene en cuenta que el contrato deportivo de Kaká le reporta diez millones de euros anuales, y el publicitario sobrepasa los treinta millones de euros.
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LIONEL MESSI
El jugador argentino Leonel Messi es como Mafalda: siempre tiene la actitud políticamente correcta. Nunca aparece en los tabloides sensacionalistas y por el contrario le rebosan la humildad y los buenos propósitos. Es una máquina que juega a la perfección en el club al que pertenece, el flamante Barcelona que ganó todos los títulos de 2009.
Pero ese bajo perfil le impide ser la gran estrella de su Selección. Ojalá se impregnara un poco de esos defectos del técnico Diego Maradona, aunque fuera sólo durante el Mundial. Le caería bien un poco de vanidad y de soberbia, de sarcasmo en las respuestas, de dramatismo y teatralidad en el campo de juego. De lograrlo, Argentina sería el más serio aspirante al título de campeón.
Pero Messi actúa como si no se diera por enterado de que gana un salario de diez millones quinientos mil euros. Parece ignorar que es el máximo promotor de ventas de la marca Adidas y que hasta con un año de anticipación llena los cupos de los estadios donde se presentará..
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DAVID BECKHAM
La fortuna del futbolista inglés David Beckham sobrepasa los trescientos millones de euros. Tiene propiedades en Manchester, Londres, Madrid, Los Ángeles y Milán. Acostumbra conducir un Porsche 911 Turbo Cabriolet de 78.000 euros. El secreto de este Midas londinense consiste en volver público todo lo referente a su vida personal.
Ningún inglés de hoy lleva el estilo de vida de Oscar Wilde como lo ha hecho David Beckham. Ni siquiera Mick Jagger, vocalista de la banda The Rolling Stones. Al futbolista poco o nada le importa que la gente se entere de sus devaneos con mujeres o de sus mediocres temporadas en los clubes de fútbol en que juega. Menos las fotos que le toman en situaciones comprometedoras. Al fin y al cabo aplica con maestría la fórmula del arrepentimiento. Y siempre sale airoso.
En Hollywood las casas productoras de cine están ansiosas del retiro de Beckham. Con absoluta seguridad existen libretos con personajes sin ninguna gracia pero tocados con la chispa "divina" del dinero y de la fama. Beckham los interpretaría con plena naturalidad.
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THIERRY HENRY
El francés Thierry Henry logró un récord: se lo admira con igual pleitesía en Francia e Inglaterra. En el país galo se encuentra a la altura histórica de Zinedine Zidane. Como éste, Henry obtuvo todos los títulos que sueña un futbolista. En la isla británica además de los goles marcados para el Club Arsenal, impuso un estilo de vestir ecléctico, urbano y exquisitamente elegante. De ahí que sea el modelo preferido de las grandes marcas de la moda y las pasarelas.
Y posee la estrella de los vencedores. De extremo a extremo, la carrera profesional de Henry da cuenta de una serie de triunfos sin parar, que jamás se ha visto interrumpida por lesiones o sanciones disciplinarias. Con treinta y tres años de edad y un salario mensual de seiscientos veinte mil euros, la carrera profesional de Henry ha transcurrido sobre tapetes rojos.
