Los demócratas pierden una primera votación sobre la reforma financiera
Washington, El País
Los demócratas han perdido una primera votación en el Senado para sacar adelante la reforma financiera. No significa un revés importante en los planes del presidente Barack Obama, porque se trata de un mero trámite preliminar que forma parte de un procedimiento muy complejo. La cámara ha rechazado una medida para proceder al debate y votación de la mayor reforma de las regulaciones financieras en EE UU desde la Gran Depresión, en la primera gran prueba de fuego del plan impulsado por el presidente Barack Obama frente a las obstrucciones de la oposición.
Antes del voto, los 41 republicanos del Senado, de un total de 100 escaños, habían indicado que votarían en contra de la moción para proceder al debate de la reforma financiera. Los demócratas necesitaban 60 votos para frenar cualquier obstrucción de sus detractores, pero la medida sólo ha obtenido el respaldo de 57 senadores.
La legislación que eventualmente salga del Senado, que cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, tendrá que ser armonizada con la versión que aprobó la Cámara de Representantes para su votación definitiva por el Congreso. Entre sus principales elementos, la medida propuesta por los demócratas establece un mecanismo para la liquidación de grandes empresas que supongan un riesgo para la economía; ejerce una mayor supervisión federal del mercado de derivados -cuyo valor se calcula en 450 billones de dólares-, y crea una agencia de protección de los consumidores.
Pero la propuesta ha generado discordia en los pasillos del Congreso, ya que los republicanos aseguran que ésta sólo dará pie a más rescates bancarios y han prometido votar en contra. La iniciativa para reformar cómo funciona Wall Street se produce mientras el Senado investiga las acusaciones de presunto fraude por parte de la empresa financiera Goldman Sachs.
Desde el pleno del Senado, el líder de la minoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, ha dicho que su bancada apoya una reforma que "apriete las tuercas a Wall Street" pero no de la forma "apresurada" en que quieren lograrla los demócratas.
Al igual que cuando se opusieron a la reforma de salud, los republicanos consideran que esta legislación también supondrá una costosa injerencia del Gobierno en la economía.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha cuestionado si los republicanos seguirán "protegiendo a las instituciones financieras de Wall Street" o si apoyarán una ley que protegerá al ciudadano de a pie.
"Permanecemos dispuestos a trabajar con los republicanos que sinceramente quieran reformar a Wall Street y esperamos que un acuerdo bipartidista resulte de este esfuerzo importante. Pero, no pueden jugar para ambos equipos ya que un voto en contra de iniciar el debate para responsabilizar a Wall Street es un voto que protege a sus grandes bancos", se ha quejado Reid.
La Casa Blanca ha reiterado su apoyo a la legislación con el fin de conjurar otra crisis financiera como la iniciada en 2008, que condujo al país a una profunda recesión económica, con millones de ejecuciones hipotecarias, pérdida de empleos y de poder adquisitivo.
La reforma financiera es otra de las prioridades del presidente Barack Obama y su aprobación se sumaría a la victoria política que obtuvo con la reforma de sanidad, aunque también medio de agrias disputas partidistas, en marzo pasado.
Los demócratas han perdido una primera votación en el Senado para sacar adelante la reforma financiera. No significa un revés importante en los planes del presidente Barack Obama, porque se trata de un mero trámite preliminar que forma parte de un procedimiento muy complejo. La cámara ha rechazado una medida para proceder al debate y votación de la mayor reforma de las regulaciones financieras en EE UU desde la Gran Depresión, en la primera gran prueba de fuego del plan impulsado por el presidente Barack Obama frente a las obstrucciones de la oposición.
Antes del voto, los 41 republicanos del Senado, de un total de 100 escaños, habían indicado que votarían en contra de la moción para proceder al debate de la reforma financiera. Los demócratas necesitaban 60 votos para frenar cualquier obstrucción de sus detractores, pero la medida sólo ha obtenido el respaldo de 57 senadores.
La legislación que eventualmente salga del Senado, que cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, tendrá que ser armonizada con la versión que aprobó la Cámara de Representantes para su votación definitiva por el Congreso. Entre sus principales elementos, la medida propuesta por los demócratas establece un mecanismo para la liquidación de grandes empresas que supongan un riesgo para la economía; ejerce una mayor supervisión federal del mercado de derivados -cuyo valor se calcula en 450 billones de dólares-, y crea una agencia de protección de los consumidores.
Pero la propuesta ha generado discordia en los pasillos del Congreso, ya que los republicanos aseguran que ésta sólo dará pie a más rescates bancarios y han prometido votar en contra. La iniciativa para reformar cómo funciona Wall Street se produce mientras el Senado investiga las acusaciones de presunto fraude por parte de la empresa financiera Goldman Sachs.
Desde el pleno del Senado, el líder de la minoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, ha dicho que su bancada apoya una reforma que "apriete las tuercas a Wall Street" pero no de la forma "apresurada" en que quieren lograrla los demócratas.
Al igual que cuando se opusieron a la reforma de salud, los republicanos consideran que esta legislación también supondrá una costosa injerencia del Gobierno en la economía.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha cuestionado si los republicanos seguirán "protegiendo a las instituciones financieras de Wall Street" o si apoyarán una ley que protegerá al ciudadano de a pie.
"Permanecemos dispuestos a trabajar con los republicanos que sinceramente quieran reformar a Wall Street y esperamos que un acuerdo bipartidista resulte de este esfuerzo importante. Pero, no pueden jugar para ambos equipos ya que un voto en contra de iniciar el debate para responsabilizar a Wall Street es un voto que protege a sus grandes bancos", se ha quejado Reid.
La Casa Blanca ha reiterado su apoyo a la legislación con el fin de conjurar otra crisis financiera como la iniciada en 2008, que condujo al país a una profunda recesión económica, con millones de ejecuciones hipotecarias, pérdida de empleos y de poder adquisitivo.
La reforma financiera es otra de las prioridades del presidente Barack Obama y su aprobación se sumaría a la victoria política que obtuvo con la reforma de sanidad, aunque también medio de agrias disputas partidistas, en marzo pasado.