'Camisas rojas' tailandeses desafían el estado de excepción y toman una estación de comunicaciones
Bangkok, Agencias
Los manifestantes antigubernamentales tailandeses desafiaron el estado de excepción y tomaron, durante tres horas, la principal estación de comunicaciones del país, hasta lograr el reestablecimiento de la señal de una cadena de televisión que apoya las protestas. El enfrentamiento entre 12.000 camisas rojas y 7.000 miembros de las fuerzas de seguridad eleva la tensión en Tailandia, donde no se vislumbra salida a la larga crisis política.
Miles de opositores al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, rompieron el cordón de las fuerzas de seguridad durante la tarde (cinco horas menos en la España peninsular) e irrumpieron en las instalaciones, a unos 65 kilómetros al norte de Bangkok. Los camisas rojas exigían que se restaurase la señal de la cadena por satélite People Channel (PTV), cortada el jueves por orden del Gobierno por "incitar la violencia y la subversión". Al menos 18 manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos en los enfrentamientos.
Pese a que las fuerzas de seguridad tailandesas emplearon, por primera vez desde el inicio de las protestas, gases lacrimógenos y cañones de agua, los manifestantes se reagruparon y lograron entrar en el complejo de la estación de comunicaciones por satélite de Thaicom, aunque no en el edificio principal. Los camisas rojas saltaron los alambres de espino, y forzaron la puerta de las instalaciones.
Tres horas después, comenzaron a retirarse, después de que las conversaciones entre la policía y los líderes de la protesta resultaran en la reanudación de la señal. Sin embargo, no está claro cuánto tiempo seguirá emitiendo la cadena, en el punto de mira del Gobierno. "Si vuelven a distorsionar la información, tomaremos medidas contra ella", afirmó el portavoz Panitan Wattanayagorn.
El Ejército había amenazado con utilizar la fuerza si los camisas rojas entraban en la estación, desde la que PTV retransmitía en directo las manifestaciones de los opositores. Pero la mayoría de los soldados simplemente se retiraron y dejaron que los manifestantes tomaran el control de los terrenos de la estación.
Las autoridades movilizaron 33.000 soldados y policías adicionales para mantener el estado de excepción en la capital tailandesa, según un portavoz militar. Además, la justicia ordenó la detención de 24 líderes de la protesta.
Los manifestantes, que llevan acampados casi un mes en Bangkok, habían convocado marchas a 10 puntos de la ciudad, pero tras el corte de la señal de la cadena, anunciaron que convergerían en la estación de comunicaciones. Los camisas rojas, que apoyan al primer ministro depuesto y magnate Thaksin Shinawatra, acusan a Vejjajiva de ser un títere del Ejército y piden la convocatoria de elecciones anticipadas.
La declaración del estado de excepción se aprobó el miércoles después de que un millar de manifestantes irrumpiera en el Parlamento, y permite al Ejército asumir el control de la seguridad y declarar toques de queda, entre otras medidas.
En aplicación del decreto, las autoridades entraron en la estación de comunicaciones el jueves y confiscaron los equipos usados para emitir la señal de emisión de PTV, el único canal que respalda las protestas.
Otro enfrentamiento menos grave tuvo lugar en el cruce de Ratchaprsong, una de las zonas neurálgicas de la capital tailandesa, con comercios, hospitales y colegios en los alrededores, y que la protesta tiene tomada desde el sábado.También allí los cuerpos de seguridad acabaron por ceder y replegarse para evitar una escalada de violencia.
Los manifestantes antigubernamentales tailandeses desafiaron el estado de excepción y tomaron, durante tres horas, la principal estación de comunicaciones del país, hasta lograr el reestablecimiento de la señal de una cadena de televisión que apoya las protestas. El enfrentamiento entre 12.000 camisas rojas y 7.000 miembros de las fuerzas de seguridad eleva la tensión en Tailandia, donde no se vislumbra salida a la larga crisis política.
Miles de opositores al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, rompieron el cordón de las fuerzas de seguridad durante la tarde (cinco horas menos en la España peninsular) e irrumpieron en las instalaciones, a unos 65 kilómetros al norte de Bangkok. Los camisas rojas exigían que se restaurase la señal de la cadena por satélite People Channel (PTV), cortada el jueves por orden del Gobierno por "incitar la violencia y la subversión". Al menos 18 manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos en los enfrentamientos.
Pese a que las fuerzas de seguridad tailandesas emplearon, por primera vez desde el inicio de las protestas, gases lacrimógenos y cañones de agua, los manifestantes se reagruparon y lograron entrar en el complejo de la estación de comunicaciones por satélite de Thaicom, aunque no en el edificio principal. Los camisas rojas saltaron los alambres de espino, y forzaron la puerta de las instalaciones.
Tres horas después, comenzaron a retirarse, después de que las conversaciones entre la policía y los líderes de la protesta resultaran en la reanudación de la señal. Sin embargo, no está claro cuánto tiempo seguirá emitiendo la cadena, en el punto de mira del Gobierno. "Si vuelven a distorsionar la información, tomaremos medidas contra ella", afirmó el portavoz Panitan Wattanayagorn.
El Ejército había amenazado con utilizar la fuerza si los camisas rojas entraban en la estación, desde la que PTV retransmitía en directo las manifestaciones de los opositores. Pero la mayoría de los soldados simplemente se retiraron y dejaron que los manifestantes tomaran el control de los terrenos de la estación.
Las autoridades movilizaron 33.000 soldados y policías adicionales para mantener el estado de excepción en la capital tailandesa, según un portavoz militar. Además, la justicia ordenó la detención de 24 líderes de la protesta.
Los manifestantes, que llevan acampados casi un mes en Bangkok, habían convocado marchas a 10 puntos de la ciudad, pero tras el corte de la señal de la cadena, anunciaron que convergerían en la estación de comunicaciones. Los camisas rojas, que apoyan al primer ministro depuesto y magnate Thaksin Shinawatra, acusan a Vejjajiva de ser un títere del Ejército y piden la convocatoria de elecciones anticipadas.
La declaración del estado de excepción se aprobó el miércoles después de que un millar de manifestantes irrumpiera en el Parlamento, y permite al Ejército asumir el control de la seguridad y declarar toques de queda, entre otras medidas.
En aplicación del decreto, las autoridades entraron en la estación de comunicaciones el jueves y confiscaron los equipos usados para emitir la señal de emisión de PTV, el único canal que respalda las protestas.
Otro enfrentamiento menos grave tuvo lugar en el cruce de Ratchaprsong, una de las zonas neurálgicas de la capital tailandesa, con comercios, hospitales y colegios en los alrededores, y que la protesta tiene tomada desde el sábado.También allí los cuerpos de seguridad acabaron por ceder y replegarse para evitar una escalada de violencia.